martes, 28 de diciembre de 2010

Lo que pasó

Por: Carlos Almenara
c.almenara@hotmail.com
Diciembre de 2010

Si se comparan las realidades cual dos fotos resultan incomprensibles. Una foto de la realidad nacional de, digamos, agosto de 2009 y otra de diciembre de 2010, no se comprende cómo pudo producirse semejante cambio.
En agosto de 2009 recién había sido derrotado en la provincia de Buenos Aires Néstor Kirchner. En diciembre de 2010 Cristina tiene más del 60% de imagen positiva y cerca del 50% de intención de voto a nivel nacional. En agosto de 2009 los medios concentrados pronosticaban el cambio de sino político inminente, una transición con una especie de gobierno parlamentario y en diciembre de 2010 hasta la llamada “oposición” admite que Cristina tiene todas las posibilidades de ser reelecta. ¿Qué pasó entre estos dos momentos?
Es imprescindible una teoría explicativa.
Hay quienes explican el cambio por la muerte de Néstor Kirchner, por la performance económica, por la asignación universal por hijo; en fin, hay una gran variedad de argumentos pero no todos igualmente plausibles.
Nosotros tenemos una teoría que venimos esbozando desde 2008 y planteando más acabadamente desde 2009. Queremos discutirla porque pensamos que explica lo que ocurrió y permite sacar algunas consecuencias.
A comienzos de 2008 Clarín prohijó una protesta rural que permitió el desarrollo de un relato en clave maccarthista inédito en la historia argentina.
Recordemos qué es el llamado maccarthismo. Durante los años ’50 en Estados Unidos, un senador (Joseph Mc Carthy) se dedicó con apoyo de sus pares a “perseguir comunistas”. En un escenario absolutamente ilegal sometía a escarnio y persecución a quienquiera cayera bajo su lupa con la acusación de “comunista”. Desde entonces el concepto de maccarthismo ha servido para explicar este tipo de persecuciones que se hacían en aquellos Estados Unidos en defensa de los “auténticos valores americanos”.
Eso pasó en Argentina. Pero pasó de un modo inédito. ¿Por qué inédito?
Porque nunca un particular, en ningún país, tuvo bajo su control el 60% de la comunicación masiva, menos en tiempos recientes con la importancia y alcance que adquirieron los medios y menos aún con la solvencia semiótica con que se hizo en nuestro país. Aquí no fue cuestión de un periodista mal agestado, no, aquí se construyó un estricto relato, preciso, que no permitió ninguna vacilación y que se reprodujo hasta el infinito con ese inmenso poder de fuego del grupo Clarín.
¿En qué consistió ese relato?
Ese relato (y esta es una de las exposiciones posibles al respecto) consistió en presentar a Néstor y a Cristina como usurpadores, como agresores al pueblo. Consistió en presentarlos como la ajenidad radical, lo otro, lo horrible, lo monstruoso. ¿Ajeno a qué? Ajeno al pueblo sano. Ese pueblo sano que aparece representado en los amenos periodistas de TN y en los entrevistados cuidadosamente seleccionados.
Los kirchneristas fueron retratados como “ultras”. ¿Ha visto ud. la calificación de ultra utilizada con los seguidores, por caso, de algún gobernador? Los “ultrakirchneristas” eran caricaturizados como los ayudantes de los villanos en las historias de superhéroes de Hollywood.
Este relato sólo fue posible por la concentración monopólica de la comunicación. No hubiera sido viable con pluralidad comunicacional. El conflicto por la Resolución 125 no hubiera ocurrido del modo que ocurrió con pluralidad comunicacional. Esta estrategia requiere una concentración tal que de verosimilitud a ese discurso excluyente y persecutorio que simula un pueblo (encapsulado, individualista, aislado), que se reencuentra en los espacios de interacción cara a cara repitiendo las mismas consignas que escucharon al presentador del show de noticias.
Discutir el discurso Clarín requiere revisar reglas epistemológicas y lógicas.
El pueblo sano, ese obsceno “Todos Nosotros” que siguen usando, ¿qué es? ¿Qué quiere decir para la política que Clarín diga quién y cómo es el pueblo? Clarín, el dueño del 60% de la comunicación masiva, el líder de los empresarios de la economía concentrada, el que se quedó con el papel para diarios por medio de secuestro y torturas, el que legitimó a cambio la dictadura genocida, el que es propiedad de una señora que se niega a determinar si sus hijos adoptados son hijos de desaparecidos... ese Clarín dice quién es el pueblo. Y quién no. Y Kirchner no.
Si hubiera una pesadilla prototípica, ideal, para la libertad de expresión, para la democracia, ese sueño malicioso sería que alguien alguna vez hiciera lo que aquí concretó Clarín.
Pero éste es el relato que explica la derrota de Kirchner en junio de 2009 en Buenos Aires. Era necesario decir todo esto para decir qué pasó ahora. Por qué son distintas las dos fotos.
Nuestra hipótesis es que es este relato el que fracasó estrepitosamente. Es en alguna medida y si se nos permite, debido a un cierto misterio popular, que una gran gesta del pueblo argentino destruyó esta lacra.
Es verdad que hay muchos factores coadyuvantes. El primero y principal es el gobierno de Cristina Kirchner que ha sido excepcional; también el funcionamiento de la economía, la AUH, medidas puntuales de reparación, todo eso da soporte a lo que para nosotros es la principal razón del cambio de tendencia social.
Hubieron muchos ciudadanos de a pie que se pararon y dijeron – No, no es como dice Clarín. - Es mentira. - Yo banco al gobierno. - No me chupo el dedo, pero le creo mil veces más a Kirchner que a Clarín. Y a pesar de que Clarín siguió mintiendo, manipulando, escondiendo, estas voces comenzaron a escucharse. Con extraordinaria militancia estos ciudadanos de a pie se hicieron escuchar. Y no fue el PJ, aunque hubiera muchos peronistas de partido y de fuera de partido, así como gente de otras tradiciones políticas e independientes. Uno de los misterios de la reconstitución del pueblo argentino es precisamente cómo a pesar del inmovilismo de las estructuras se impuso la revaloración del gobierno nacional. Carta Abierta, los grupos que se constituyeron en torno a 6,7,8, buena parte de la comunicación alternativa fue protagonista central en un momento en que la militancia tuvo como eje la lucha por la palabra, por la interpretación de los hechos.
El relato del pueblo sano sometido a monstruos, se desmoronó. No soportó la argumentación, no soportó que personas de carne y hueso, inteligentes, intachables, que no respondían a la caricaturización estigmatizante de Clarín, se plantaran, militaran y dijeran: No, Clarín miente.
Las multitudes que vimos en las exequias de Néstor Kirchner no son más que el reflejo de este proceso que ya venía de antes y es el desmoronamiento del discurso fascista de Clarín.
La derrota del discurso que describimos ya ocurrió, ahora vienen otras cosas; lo que ya vemos, los debates actuales están inscriptos en claves nuevas que no responden a esa matriz, aunque queden algunas rémoras.
Igualmente restan muchas cuestiones para pensar respecto de la instauración discursiva propiciada por Clarín. Una de ellas que preocupa especialmente es la de las miles de personas que reprodujeron el fascismo. No hace falta recordar al lector los infames mails que circularon, las versiones y escritos más mentirosos, obscenos y agraviantes que se conozcan sobre cualquier presidente, pero también los más xenófobos, estigmatizantes, discriminadores. Cómo “recuperar” (contener, evitar daño de y a) esos miles que (simbólicamente) se pusieron la capucha del Ku Klux Klan es un problema actual para la democracia argentina.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Los pibes

se pone joven el tiempo
y acepta del tiempo el reto
qué suerte que el tiempo joven
le falte al tiempo el respeto
Mario Benedetti – Cielito de los muchachos

Yo no estoy de acuerdo con eso de que todo tiempo pasado fue mejor. El futuro es mejor.
Luis Alberto Spinetta

El domingo 28 de noviembre se coronó campeón del TC (Turismo Carretera) Agustín Canapino, un chico de 20 años. Dirimió el campeonato con Mariano Werner, de 21. Es el campeón más joven por lejos que ha tenido la categoría en toda su historia. Los fierreros lo saben bien, el TC es la categoría máxima del automovilismo en el país.
Hace un mes, durante las exequias de Néstor Kirchner se puso de manifiesto algo de lo que ya antes había muchos indicadores: la presencia activa y militante de la juventud.
Confieso que no me había dado cuenta que allí había algo específico para ver.
Porque, ¿qué tiene la juventud de específico?
Esta es una discusión que se actualiza permanentemente cuando las juventudes políticas definen su quehacer o cuando las áreas gubernamentales de juventud diseñan su programa.
¿Qué es la juventud para una chica de 16 embarazada, o con un hijo?
¿Qué es para un albañil de 18 que tiene que trabajar todo el día y atender su mujer y sus hijos el resto del tiempo?
¿Qué es para un desocupado, sin secundario completo, que no ve un horizonte de progreso y que no tiene a nadie que lo entusiasme por el futuro? Que en realidad no ve razones para entusiasmarse por el futuro.
¿Qué es para un descendiente de pobladores nativos pobres cuando todos los estereotipos de éxito socialmente construidos corresponden a otras razas y otras gentes? Cuando el futuro solo ofrece sumisión y derrota. ¿Qué es para él la juventud sino un período de alienación radical?
Existe profusa bibliografía de estudios sociológicos sobre la situación de las poblaciones por rangos etarios y en particular de los jóvenes, como situación laboral, escolarización, etc. Menos abundante es la reflexión sobre lo específico de la juventud.
Hablamos de un código que no se explica por los datos demográficos. Por ejemplo, la irrupción del rock and roll en los años ’50, la cultura hippie de los ’60, el compromiso político de los ’70 constituyen marcas de época que inundaron la cultura y explicaron y dieron sentido y proyecto a generaciones que se incorporaban a la vida adulta.
Lo generacional es siempre problemático porque los recortes cometen injusticias. Y la dimensión cultural también es compleja en tanto es parte de una industria inserta en los mecanismos del mercado, máxime ante épocas como algunas de las mencionadas en que la censura era habitual. La promoción de la porquería también era habitual. Como ahora, pero antes a los tiros. Es decir, la distancia de manifestaciones artísticas de búsqueda en los inicios del rock nacional a la “valiente muchachada de la armada” de Palito Ortega refleja también una industria cultural que pone en problemas la aparición de proyectos generacionales.
Entonces, puede que haya momentos en que no haya nada para mirar ahí. Ninguna especificidad. Lo que de alguna manera es decir ningún proyecto más o menos abarcativo.
Si definiéramos que hay un proyecto o códigos generacionales, una cuestión a mirar es la relación con los mayores y el pasado.
Puede, como ha ocurrido en muchos (¿todos?) países en guerra que sea dable ver cómo los adultos exterminan una generación mandándola a la muerte en el frente de batalla.
Puede que la nueva generación defina su identidad como reacción o rebeldía en relación a la generación de sus padres. Un caso de mucha pregnancia ha sido la generación de los ’60, que ha quedado en buena medida como modelo de constitución de una cultura juvenil.
Pero estos no parecen ser los casos.
No estamos ante jóvenes que se rebelan a sus padres.
No estamos ante jóvenes sacrificados por la sociedad, aunque sí hay una preocupante persistencia de la estigmatización de los jóvenes pobres.
Todo esto es absolutamente especulativo, provisorio y sujeto a los avatares imprevisibles del futuro, pero probablemente nos encontramos ante jóvenes distintos a estos modelos. Estos jóvenes parecen valorar y reconocer a sus mayores. Por supuesto no a todos sus mayores, pero sí se sienten parte de un devenir histórico, con una historia que valoran, incluso veneran. Son laboriosos, esforzados, disciplinados; en abierta contradicción con los estereotipos difundidos.
De algún modo parecen jóvenes que tienden una mano a anómicos y desechos mayores recordándoles cómo construir un proyecto.
Todo está por definirse pero de tres cosas quiero advertir a estos jóvenes que hacen bien en construirse como un colectivo: de los cínicos, de los reventados y de la liturgia engañosa.
El cinismo es el gran enemigo de los proyectos, en particular de los proyectos políticos. El cinismo es la mentira, el descreimiento radical de que algo puede cambiar. “Acá siempre afanaron, afaná vos, no seas gil”, “los que mandan siempre van a mandar, tienen la sartén por el mango”, infinidad de relatos en clave de la imposibilidad de cambiar o de la ingenuidad del intento. En distintas variantes, desde los medios a las estructuras partidarias sin excluir las organizaciones sociales son atravesados por discursos cínicos. El proyecto tiene utopía o no es proyecto colectivo. La praxis es una trabajosa lucha en el lodo de lo real pero sin utopía es sólo barro. Los aparatos que impelen al pragmatismo ven con ojos deseantes un colectivo juvenil que, piensan, a su servicio sería una delicia.
El reviente es una variante del cinismo, es el que está de vuelta. El reventado no cuestiona el proyecto por el lado de la conveniencia, lo cuestiona por el lado de la inutilidad, del inevitable fracaso a que está condenado. Es una variante del cinismo porque no aparece del mismo modo sino que se presenta como alguien que “ya estuvo allí”. Pues bien, no le crean. Nadie estuvo allí, simplemente porque ese allí es inevitablemente nuevo.
El cinismo y el reviente ocultan matices y diferencias. La “defensa de la clase política” y los “políticos son todos atorrantes” son expresiones que manifiestan ambos riesgos y que de un lado dan por bueno un paquete por decir poco, problemático; y del otro construyen un nihilismo que puede transformarse en profecía autocumplida.
El problema de la liturgia engañosa refiere a la idea del retorno al origen. El desafío del proyecto es volver a un pasado idílico. Por definición un proyecto relatado en estos términos se convierte en reaccionario y retrógrado.
La irrupción del colectivo juvenil pone en escena una posibilidad fascinante, nueva, a construir. Los indicios que aparecen son más que prometedores.
No esperen los jóvenes que le hagan el camino orégano porque van a tener que pelear. Todavía no han constituido un colectivo con identidad pero por primera vez en mucho tiempo existe la posibilidad que lo hagan. ¡Adelante!

jueves, 25 de noviembre de 2010

¡Escándalo!

Por: Carlos Almenara
c.almenara@hotmail.com

Escándalo, es un escándalo...
Raphael

El escándalo tiene una extensa tradición en la denominada prensa amarilla. El recurso es conocido y utilizado por cualquier buen redactor de revistas de famosos o por guionistas de novelas. Incluye sorpresa, resulta atrapante. Imposible resistirse al develamiento de un secreto que supuestamente quebranta una cierta moral.
Esto es conocido. Forma parte usos socialmente aceptados de los consumos culturales populares.
Pero hay un nuevo escándalo. Uno decididamente político. Una construcción de sentido que pretende consecuencias fuertes.
Requisitos para el escándalo
Junte los siguientes ingredientes:
• Un hecho que semeje verosimilitud. El hecho, que para nada es necesario que sea cierto, debe simular inflingir la moral establecida.
• Algunos actores (políticos) dispuestos a seguir un guión,
• Un multimedios que controle férreamente más del 60% de la comunicación masiva en el país.
La mezcla se realiza del siguiente modo:
Alguien dice haber sido sobornado, planta una valija, cometen un delito impactante, un hecho de sangre, se conoce un déficit en la gestión pública (un hospital que no atiende, una escuela que no enseña, una obra pública con sobreprecio)... en fin un sinnúmero de opciones que pueden oficiar de hecho iniciador, acontece.
El hecho iniciador que puede ser inventado o real. Si es inventado es probable que quede registrado en filmación. Por ejemplo, si el titiritero sabe que uno de los actores va a denunciar a alguien de soborno filmará la cara del denunciado incluso antes que el denunciante devele el misterio. Posiblemente la trama ya estuviera escrita previamente.
Pero no es necesario que el hecho sea falso.
El hecho, como dijimos, debe ser moral o políticamente condenable.
¿Qué ocurre entonces?
Habrá una cobertura de prensa inconmensurable. Verdaderamente inconmensurable porque a la artillería del multimedios se sumarán los retransmisores del multimedios y rebotará de modo tal que todo el mundo terminará hablando del escándalo.
Aquí aparece el nudo de la operación. El ingrediente secreto de este estofado. El modo en que se presenta el escándalo debe salpicar al gobierno nacional. No al gobierno nacional, a la presidenta. Si se trata de sobornos, son mandados por la presidenta, si se trata de un sobreprecio es para la Kaja, si se trata de un delito es por ideologismo o desidia de la presidenta, si se trata... siempre debe salpicar a la presidenta. Y debe trasuntar soberbia, obstinación, autoritarismo, corrupción, incluso violencia, por parte de la presidenta. El metamensaje será “nos están robando lo nuestro”, metamensaje que sigue reflejado en ese eslógan obsceno: “Todos Nosotros”.
No hace falta poner todas las letras, el multimedios transmitirá esto no solo mediante palabras sino también por los gestos de sus presentadores, por las insinuaciones, frases incompletas, desde ya por los titulares y la agenda.
Para dar cobertura a las horas de programación y el centimetraje necesario para la operación hacen falta actores de reparto dispuestos a seguir el guión: el elenco estable de los defensores del multimedios. Son un ingrediente totalmente accesorio pero necesario para rellenar el preparado.
Final anunciado
¿Por qué el escándalo?¿Qué se busca con el escándalo?
No se busca informar, no se intenta corregir alguna conducta de la escena pública. No, lo que se busca es enfurecer la opinión pública. Generar odio. Sí, odio, porque el significado que se construye no es racional sino sentimental. Se vive como una pérdida. ¡Es que nos están robando!¡Es la presidenta! De última, si no tienen nada para decir, con el maccarthismo más sofisticado pero ya conocido en nuestra historia, “nos están robando nuestro estilo de vida”.
La utopía del monopolio (estrictamente grupo con posición dominante) es generar un escenario tipo De La Rúa en la secuencia: hecho, interpretación y difusión, escándalo, indignación, cacerolas, calle, renuncia.
Si no voltean al gobierno nacional la segunda opción es horadarlo, debilitarlo.
No hace falta profundizar sobre los problemas para la democracia y la paz que provocan estas conductas del monopolio. Pero ya fueron. Hoy son manotazos de ahogado. Este estofado se arruinó.
Haría bien el sistema político argentino en tomar nota del fracaso de los escandalosos.
Nosotros sepamos que todavía nos queda un rato por soportar a estos escandalosos truchos, que aparecerán escándalos nuevos, pero no será por demasiado tiempo. El monopolio tendrá que cumplir la ley. Y ahí sí, listo el pollo.

jueves, 28 de octubre de 2010

Néstor, mi testimonio

28/10/2010

Me pareció que la muerte de Mariano Ferreyra no había que politizarla, que los antojadizos análisis que se escucharon por un asesinato absurdo, sobraron. Dijeron más de los que lo hacían que del hecho en sí.
Pero en este caso no. En este caso el gran dolor que trae un luto sentido está lleno de contenido. Me parece que hay que hablar.
Néstor Kirchner tiene una dimensión extraordinaria. No estamos hablando de una figura anecdótica. Hoy ya la tiene pero el tiempo le dará proporciones míticas.
Kirchner, para los luchadores, para los militantes, es comprensible. Es el idioma que conocemos.
Aunque no era un gran orador. Se enredaba algunas veces. Mejor. Como una marca de época había que volver a los hechos. No servía el “jarabe de pico”.
Aunque fue muy inteligente no fue un iluminado.
Hizo buena parte de lo que estaba en el debe, en el inconsciente, de la democracia argentina. No porque se desconociera sino porque los otros fueron cobardes. Subían por izquierda y bajaban por derecha como tantas veces se ha dicho o en el mejor de los casos se volvían “posibilistas” llegados al gobierno. Había que enjuiciar genocidas, sacarse de encima al Fondo Monetario, enfrentar el poder concentrado, las relaciones carnales y tantas otras cosas...
Néstor fue un valiente y en honor a eso, confusamente, abombado aún, diré cosas que pueden ser inconvenientes o molestas. Cosas que no son para giles ni chicaneros.
Fue leal. Fue leal al que debía ser leal. Fue leal al pueblo, al que quizás aprendió a querer o a idealizar en sus años mozos de La Plata. Ese pueblo que, sabemos, no está dado, no existe de antes, no viene hecho. El pueblo que es una apuesta. Una apuesta a que aparece lo mejor de la especie. Sí hay miserables, cómo no saberlo. Pero el militante de la transformación apuesta a los valores. El militante no ve en, por decir algo, el dirigente vecinal un entregador de los vecinos, ve un promotor de la organización para el crecimiento conjunto. Los dos existen, todos sabemos que hay entregadores de los suyos, el militante no lo desconoce, apuesta a que se imponga la solidaridad, el interés conjunto.
La política se hace con otros. No es una cuestión personal.
El proyecto colectivo del que hablaba Néstor... es realmente impresionante. ¿Qué otro dirigente podría decir esto? ¿Podría algún otro? ¿No es conmovedor?
Pero por otro lado ¿cómo es posible?
Cuando se descubren identidades, conexiones nuevas, a posteriori parecen obvias. Uno se pregunta, ¿esto que es evidente cómo no lo descubrieron antes? Bueno es que antes no era evidente.
A mí me preocupa hablarle a los militantes. Me preocupa hablarle a gente informada y hago una apuesta a la capacidad interpretativa del lector.
Vuelvo, ¿cómo puede un militante participar en espacios en que no les dicen que hay un proyecto colectivo?¿Cuál es su rol entonces?¿Es que no les da vergüencita?¿Qué dicen? ¿Qué lo de Néstor era mentira? No. Pero aunque lo hubiera sido es mucho más de lo que tienen los otros proyectos visibles. Balbuceantes mediocres que sólo pueden hablar de ellos mismos, mostrar su riqueza, sus esposas o sus correrías. ¿Y ustedes? ¿Dónde juegan?¿De qué? Lo que dice el “líder” que es hoy A, mañana B, después no sabemos. En cierto sentido es más respetable la derecha abierta, explícita, que si no fuera tan golpista y cruel, hasta habría que reconocérselo. No, con Néstor no pasó eso.
Un pequeño gesto, que como señala el filósofo Slavoj Zizek a cuento de otras historias, diferencia radicalmente unos y otros liderazgos: unos como Néstor o Cristina terminan de hablar a un auditorio político y aplauden, aplauden a los militantes, aplauden aquello que “estamos haciendo juntos”; otros, para qué decirlo, terminan y se tiran besos a sí mismos en el reflejo de las cámaras. Un mundo de distancia en un gesto.
Siempre dobló bien. Si las madres dicen que Néstor es un hijo para ellas, no es posible tener una referencia ética superior. Ese hijo fue siempre consecuente con los postulados transformadores.
Kirchner creyó en el pueblo y en esa creencia estamos construyéndolo.
Creyó en el trabajo y en ese tesón reconstruimos la cultura del trabajo. No estaba dado. En los noventa nos decían que la tasa de desempleo friccional, aquella que no se puede bajar, era y sería por siempre no menor al 12% y había que acostumbrarse a un mundo sin trabajo.
Había que acostumbrarse a que casi uno cada dos adultos en condiciones de jubilarse no pudiera hacerlo. Antes del estallido de la crisis de 2001 uno de los mayores, si no el mayor problema de política social era la carencia de cobertura para este sector. Hoy la cobertura supera el 90%.
Como me señaló mi amigo Ariel, sería imposible no mencionar la convicción latinoamericanista de Kirchner. Única en el contexto nacional, tan acorde a los tiempos del continente.
Pero no son los logros los que quiero destacar de Kirchner. Disiento en este punto con algo que manifestó la presidenta en alguna ocasión. No son los logros. No son las concreciones, que si se dan mejor. Son las magnitudes de las luchas, las batallas, los intentos, que, ciertamente hay que darlas con toda vocación para triunfar, pero no es el triunfo el que da valor, sino la nobleza de la causa.
Además hay logros. Quizá los mayores de nuestra historia, aunque no los hubiera igual Néstor seria luminoso. Personalmente reivindico a Alfonsín, precisamente, porque se atrevió a dar peleas importantes.
Siempre aparece el proyecto colectivo y allí vamos derecho a un punto álgido: la estructura política. Allí tuve una discrepancia con él cuando asumió la presidencia del PJ.
Kirchner en la acción reflejó un anhelo que muchos tenemos para renovar la política. No un latiguillo vacío y prejuicioso sino, básicamente, que la organización tenga que ver con los fines que declama. Algo funciona mal cuando el mismo aparato que sostiene a Kirchner antes sostuvo a Menem. Pero no es patrimonio exclusivo, algo anda mal en una UCR que antes sostuvo a Alfonsín se alineó en la Internacional Socialista y luego postuló a De La Rúa y se ofreció como espinel de la derecha económica.
Ese desafío, el de conectar las estructuras con las ideas, un gran desafío pendiente de la Argentina, muchos quisimos que se comenzara a corregir con Kirchner. Él eligió otro camino, lo explicó. Bueno, Kirchner siempre fue incómodo, también para quienes lo apoyamos. Porque ¿qué hacer frente a esto?
Algunos compañeros frente a esto o usando esto como excusa se fueron. Terminaron haciendo fuerza contra el proyecto más transformador de la historia argentina. Un verdadero despropósito.
Tampoco es leal aducir apoyar temas puntuales. No, claro, si la política argentina fuera así de fácil... Resulta que hay que construir mayorías y que el poder aprieta por todos lados, busca grietas, halaga egos, motiva, incentiva, premia, castiga, escracha en primeras planas. Es como si Pino tuviera que contenerse de salir en Clarin durante, digamos, dos meses. No es fácil.
Construir mayorías es difícil, hay que negociar, el apoyo en un tema los líderes locales lo cambian por otras cosas, por apoyo para sus agendas en el mejor de los casos. ¿Pero es distinto en otras fuerzas con representación parlamentaria? No parece.
Igual, esa línea, esa tarea sigue abierta. ¿Cómo establecer reciprocidad entre ideas, proyectos y estructura política?
No parece buena respuesta negar las mejores ideas y proyectos por recelos con la estructura.
Hay otra respuesta, ningún problema hay con la estructura. Esta línea de respuesta parece imponerse en parte la lectura de los hechos.
Mi opinión es que no es así. Sí hay problema. Y ese problema adquiere carácter dramático cuando se discute la sucesión.
¿Cómo tratar este problema?
Con mucho cuidado, porque tienen prioridad los hechos. Tiene prioridad preservar el modelo.
El PJ puede ser una valiosa herramienta para sostenerlo, pero puede ser todo lo contrario.
Entonces aparece la necesidad de diversificar las miradas. Así como hay militantes con vocación para dar la pelea del sentido del peronismo, que leen mecánicamente la irrupción de Néstor como la vuelta a las raíces, al cauce principal, otros leemos distinto.
Leemos que la tarea de alinear ideas y estructura es una pelea nueva, que tiene historias y antecedentes, pero que todavía hay que dar y que un líder consecuente como Kirchner es la referencia principal de esa construcción identitaria. Construcción que reconoce como propias crónicas de luchas populares variadas, muchas veces mencionadas pero amalgamadas en un nuevo giro histórico, las luchas del anarquismo y el socialismo de principios de Siglo XX, las del comunismo, las del yrigoyenismo, las del peronismo, actualizadas en un cuerpo de valores también nuevo y explicitado quizá como nunca en estos años.
Siempre la identidad es reconstrucción o construcción nueva. Kirchner resignificó el peronismo para muchos peronistas. Pero también reordenó el mapa político. Esa novedad todavía no se refleja en las construcciones políticas.
Hay reinterpretaciones, relecturas sobre algo que ya venía, un cauce que renueva su flujo que nunca debió cesar y que ahora se cruza con aquella mirada que valora preservar el cauce sea cual sea su flujo.
En fin, de lo que se trata es de cómo consolidar un cierto cuerpo de valores políticos y sociales. No va de suyo ni remotamente que la única forma de hacerlo sea a través del PJ. Claro que entiendo que también se trata de consolidar y fortalecer un gobierno.
Cristina ha mostrado tantas, no, mayores, cualidades que Néstor. De hecho las mejores medidas de gobierno las tomó Cristina.
Hay una derecha excitada que se llevará un nuevo chasco.
Con paciencia de orfebre y valentía de Néstor iremos moldeando el futuro. Sin dejar de nombrar lo que nos pasa.
En algunas cosas para hacer está viva la memoria. Terminar con el monopolio constructor del odio social y garantizar que los juicios a los genocidas terminen pronto en condenas son para mí las prioridades que tienen que convocarnos.
Seguramente, como debe ser, serán los hechos, las acciones las que tendrán la prioridad. Ese sentido, la organización que sigue a la estrategia y la política y no el inverso es también una novedad reciente.
Esa es también otra incomodidad bienvenida. Nos impone a muchos experimentar búsquedas nuevas. Esa figura luminosa que fue Néstor Kirchner alumbrará el esfuerzo.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Teoría C

Por: Carlos Almenara
c.almenara@hotmail.com
Octubre de 2010

En “El lado humano de las organizaciones”, de 1960, Douglas McGregor formuló dos modelos típicos o prototípicos para explicar lo que luego se llamó estilos de dirección. McGregor describió organizaciones que eran gestionadas con políticas que suponían ideas pesimistas acerca del hombre y su motivación; y otras en las que ocurría todo lo contrario. Planteadas como extremos de un continuo la Teoría X y la Teoría Y sirvieron para modelar concepciones sobre cómo administrar y reflejaron concepciones antropológicas.
La Teoría X se manifiesta en las concepciones más tradicionales de la administración y contiene una serie de supuestos sobre las personas.
El hombre es indolente y perezoso por naturaleza, evita el trabajo o hace lo mínimo posible. Le falta ambición, evita la responsabilidad. Las personas son ingenuas y sin iniciativa. En consecuencia, la administración debe controlar y dirigir estrechamente a las personas con estímulos económicos o amenazas de castigos.
La Teoría Y, que para McGregor refleja la concepción moderna de la administración, supone lo contrario de la primera.
El trabajo es una actividad tan natural como divertirse o descansar. A las personas les gusta tener algo que hacer. Buscan y aceptan responsabilidades y desafíos. Son creativas y competentes. En consecuencia, pueden ser automotivadas y autodirigidas. La dirección deberá crear las condiciones que estimulen el desafío, entre otras cosas, mediante descentralización de las decisiones, ampliación del cargo, participación y autoevaluación.

Estilo Clarín
Con la importancia asumida por la comunicación y especialmente por la situación que vive el país dado el ataque sistemático a la población por parte de Clarín, perfectamente podemos formular la Teoría C, cómo ve Clarín al argentino promedio, de qué quiere convencerlo, cómo quiere que actúe, cómo manipula su deseo y cómo consigue que reaccionen ciertos argentinos.
Así, tentativamente, el estilo C, basado en el hombre C, podría consistir en:

1. El argentino promedio carece de interpretación y participación política. Interpreta el mundo a partir de su acceso a las noticias. No tiene pasado, ni historia. Lo afirmado ayer puede ser negado hoy sin menoscabo. No contextualiza lo que se le informa. Es generalmente pasivo, salvo cuando reacciona estilo “manada”.
2. Es menester proveer una interpretación de los hechos a la gente. Esa interpretación o bajada de línea no sólo se hará en programas políticos sino que se hará incluso con mayor provecho en noticieros u otros formatos que no den lugar a la polémica explícita. Para el éxito de esta interpretación es requisito un proceso de concentración multimediática que presente a ésta como la única interpretación posible/sensata.
3. El argentino medio teme, goza, lucha. Teme a la inseguridad, lo que lo retrae al fuero privado y lo encapsula. Goza entretenimiento televisivo en un círculo de proximidad, amenidad, eros y thánatos, sexo y deportes. Todo recoletamente recogido en su hogar. Lucha cuando nosotros, su vínculo con el mundo, provocamos un estallido colectivo al mostrar el rostro de lo intolerable. Nosotros, Todos Nosotros, que hacemos el mundo, señalamos a los antisociales, enemigos de la gente.
4. Nuestra oferta cubre todo: papel, ondas sonoras y visibles, cables para ver y oír y cables para navegar. Eros y thánatos, canales de sexo, programas de sexo, programas solidarios, canales de deportes, canales de noticias. 24 horas. Todos los días. No podemos abandonar, quitarle el mundo a nuestro pasivo cliente.
5. El argentino es patriota. Le construimos una patria y lo hacemos celoso defensor. Aunque sea en nombre de la Coca Cola lo llamamos a defender a la patria. O podemos construir una patria más democrática. Porque qué es la patria sino los otros de nuestra comunidad, esos otros que dicen lo mismo que nuestros periodistas, que dicen lo mismo que ese argentino medio que, en definitiva, nosotros construimos. Y, sobre todo, le fabricamos el enemigo, el usurpador. Esta nueva y superadora versión del maccarthysmo es simplemente irresistible.
6. El argentino medio no tiene espíritu crítico. Pero si cometiéramos algún error, si algo fallara, se subsana sacando el tema de nuestras noticias. Siempre tendremos un grupo de políticos que saben que solo en este juego tienen algún destino y nos defenderán con uñas y dientes. Y alternativamente nos presentaremos como los campeones de la libertad de prensa. Nos presentaremos como víctimas del autoritarismo.

Una nota adicional a la Teoría C, con la que cuenta el monopolio, es que ante esta teoría no faltará el hombre C que responda con la formulación de una teoría K que no será otra cosa que un compendio de prejuicios y odio concentrado en defensa del estilo de vida de Todos Nosotros.
El hombre C es el supuesto que orienta la gestión pero es también una profecía autocumplida. Entender su funcionamiento es un requisito para pensar en otras profecías, pensar en la construcción de la cultura popular y en otras utopías.

lunes, 11 de octubre de 2010

Reconstruir el debate público

Por: Carlos Almenara
c.almenara@hotmail.com

Cuando se robaron la discusión
La asonada del poder concentrado iniciada en 2008 ha sido vencida. Por lo menos ésa asonada. Un intento destituyente sustentado en un lock-out patronal, colaboración política, pero fundamentalmente liderado por el grupo de medios que con posición dominante y prácticas monopólicas controla más del 60% de la comunicación pública en Argentina.
El fracaso de la intentona acompañado de la continuidad relativamente disimulada de la farsa, no permitió esclarecer suficientemente lo que estuvo en juego, pero luego de los intentos de golpe de nuevo cuño, padecidos en Venezuela, Honduras y recientemente en Ecuador, el caso de Argentina en 2008 no puede dejar de percibirse en clave de complot. Incluso la continuidad del vicepresidente con su rol por lo menos ambiguo no resiste la mínima reflexión.
Por caso, ahora en una muestra más de locura, Clarín y La Nación boicotean el Censo. Llaman a la gente a no contestar. La comunidad democrática tiene que empezar a reconstruir los pactos para poner límite a esta indiscriminada violencia contra el estado de derecho y contra la sociedad.
Pensamos que hay que seguir denunciando sus atropellos y terminar con ese monopolio infame que tuvo el sistema político de rodillas.
Pero están acabados. Será muy difícil que renazcan. Porque su problema no es con el gobierno, es con el pueblo. Esperan ganar con sus candidatos “opositores” el año que viene pero aunque lo consiguieran, que no lo harán, ellos están fritos.
Esta lucha ya está en la memoria del pueblo.
Así que tenemos que empezar a recuperar el debate público que secuestraron.

La palabra, la fundamentación
¿Cómo funciona hoy la deliberación? No funciona.
Hasta hace un tiempo para los políticos “opositores” por ejemplo no había repreguntas.
Podían decir las tonterías más grandes, las barbaridades más inconexas, pero todo era permitido si se inscribía en un relato general que los presentaba como cruzados de la gesta para derrocar la dictadura autoritaria de los Kirchner y decían esto por televisión para millones (lo cual es una contradicción en sí mismo).
Ahora aparecen algunos periodistas que preguntan, ellos dirán con sorna, no leo ese medio, no veo ese programa... Nunca darán razón de su acción.
Este es sólo un caso y no el más relevante. Hemos dado cuenta parcial de este proceso en artículos anteriores disponibles en internet.
Pero a la hora de reconstruir el debate público, hay que retomar la necesidad de dar razón de lo que hacemos.
Y no sólo la derecha. En Mendoza la conducción de ATE no ha dado cuenta de cómo puede entenderse su alianza con la estructura política del cobismo. Y el cobismo tampoco ha dado cuenta. ¿Cómo es esto? Perfectamente pueden hacer una alianza pero hay que explicarlo.
El poder tradicionalmente no explica, actúa. Hace. Allí, en su hacer manifiesta su ideología. No necesita explicar. La democracia necesita explicar. La deliberación, el debate público necesita razones. Ya dijimos, estamos desentramando la imposición y el silencio que nos impuso Clarín. Ahora hay que volver a explicar razones si queremos recuperar la democracia.
Otra cuestión importante para la que también sirve el ejemplo anterior: la metáfora de la ingeniería. Si levantamos una pared aquí, si colocamos ladrillos en esta pared de aquí, salvo una explicación que a priori parecería sorprendente, no podemos aducir que estamos levantando la pared de enfrente. En todo caso, nuevamente será necesario explicar.
Por supuesto, hacemos mención a las raras alianzas que no se explican y que cuando se lo hace se presenta una patente contradicción en sus términos.
Recuperada la fundamentación será necesario exigir verdad, exigir que los discursos no contengan mentiras flagrantes. Pero para exigir verdad, primero hay que recuperar la fundamentación. Es cierto que no hay una única verdad universal, pero también que hemos asistido al paroxismo de la invención y la manipulación mediática.

La prioridad de los hechos
A nuestro entender la máxima central y ordenadora de la recuperación del debate público es dar prioridad a los hechos.
No es que como decía Piero allá lejos: “las cosas se cuentan solas”. No, si hemos corroborado algo estos últimos dos años es la posibilidad de inventar interpretaciones absolutamente desconectadas de lo real cuando se tiene suficiente poder comunicacional. Las cosas no se cuentan solas, hay que contarlas, hay que relatarlas. ¡Pero hay que relatar algo de lo real! Debe haber algún correlato fáctico del relato.
Nada esencial, pero dadas las experiencias, vamos a los hechos.
Si se lee a los escribas del monopolio sólo se encontrará referencia a lo subjetivo, cómo (en sus sueños) Kirchner fue derrotado, cómo sufrió, cómo se va a morir, cómo es tan maltratador, cómo ataca, impone... Una risa. No hay un sólo hecho.
No hay ninguna categoría con la que las ciencias sociales intentan explicar la realidad. Es todo anecdótico. No estamos criticando al periodista que vuelca información de sus fuentes en sus notas, no, estos escribas tienen poco de eso. Pero explicar lo que pasa es algo que mucha gente intenta hacer hace tiempo y para ello suelen utilizar categorías, conceptos, con cierto grado de elaboración, de agregación. Estos “periodistas”: Morales Solá, Grondona, Tenembaum, Lanata, Van der Kooy, Castro y tantos otros; lo desconocen. Todo es anecdótico. Todo es subjetivo.
Podrían crear categorías, celebramos la posibilidad. Jauretche proponía animarnos. Pero no, ellos no tienen tal pretensión.
Utilizar las categorías de las ciencias sociales es otro puntal para recuperar el debate público. Categorías como clases sociales, cuestiones organizacionales, la lucha institucional por el poder, culturas partidarias, tradiciones, la contextualización e historización de las temáticas o como mínimo, las estadísticas, son fundamentales. No decimos nada nuevo, hace tiempo que si hay que explicar lo que pasa se recurre a ellas, pero en este tiempo de excepción el monopolio secuestró también la explicación de lo social.
Preveemos cuestiones problemáticas para recuperar una deliberación apoyada en los hechos, en lo real. Una de ellas es la de los políticos profesionales. Todas las sociedades complejas tienen políticos profesionales y probablemente ello sea necesario y deseable en tanto se especializan en un ámbito de acción con especificidades propias. Pero el juego de la diferenciación a la que se ven compelidos los políticos profesionales genera un problema para lograr la preeminencia de los hechos. Por caso, hay quienes alteran radicalmente su discurso en tanto les toque ocupar el rol de oficialista u opositor. Ese clivaje ha sido muy dañino en nuestro sistema político, básicamente ha derivado siempre en la concentración de la riqueza y el poder.
En fin, habrá que ir señalando los problemas de un debate que no suponemos idílico, ni fácil, ni impoluto. Tampoco suponemos el triunfo necesario de la razón.
Simplemente proponemos recuperar la lógica, la consistencia del relato que nos aleja de la locura a la que pretendieron llevarnos. Hacerlo en el debate público.
Porque, además, hay cosas verdaderamente complejas para discutir. La realidad no es simple.
Para abarcarla o para incidir, lo primero es recuperar nuestra palabra, con cordura, con coherencia. Dar razones.
Ni más ni menos que reconstruirnos la democracia.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

La persistencia de aquel sistemático ataque a la población

Comentario bibliográfico

La persistencia de aquel sistemático ataque a la población

Por: Carlos Almenara
c.almenara@hotmail.com



Silencio por Sangre
La verdadera historia de Papel Prensa
Daniel Cecchini y Jorge Mancinelli. – 1ª. ed. – Buenos Aires, Perio Mundo, 2010

Impura
¡Firmá, impura, o te mato! Le decían a Lidia Papaleo de Graiver sus torturadores los primeros meses de 1977 en una celda de Puesto Vasco. Lo que debía firmar era la cesión de acciones de la empresa productora de papel de diarios que había sido de su marido, muerto en un accidente aéreo y que ahora le pertenecía a ella y a su hija de un año, María Sol.
A Lidia, las torturas le destrozaron el abdomen y los pechos. Los golpes le producían un constante estado de confusión. Le generaron un tumor cerebral que le fue operado en el mismo centro clandestino.
En Puesto Vasco era “la impura”. Se había casado con un judío. La saña contra los judíos fue especial durante la dictadura. La saña contra las mujeres también. También contra los homosexuales. Lidia cuenta que mataron niños en ese antro porque los padres no decían lo que querían sus torturadores.

La pureza, esencia de fascismo
La búsqueda de una supuesta pureza racial, sexual, ideológica o en el aspecto que se quiera es un concepto fundante de los totalitarismos. En Argentina ha tenido una extensa y lamentable vigencia.
Los festejos del bicentenario tuvieron una enorme trascendencia porque, precisamente, rompieron con el relato de nuestra historia que contenía la génesis del exterminio. La idea de pureza, la pretensión de que existe una esencia de lo nacional, de lo patriótico, que quien no posee los atributos que alguien dispone en nombre de la Nación y la Patria, no tiene derechos.

De lo que hablamos
Clarín y La Nación se apropiaron de Papel Prensa. Lo hicieron utilizando a las Fuerzas Armadas como tropa propia. Papel Prensa es la única productora nacional de papel para diarios y le permitió a Clarín comenzar con la concentración de medios. Vendían caro a otros y barato a ellos mismos aplicando lo que se denomina “precios de transferencia”.

La publicación de Silencio por sangre hecha luz sobre un hito central de los años de plomo y muerte, explica por qué la dictadura fue cívico – militar y no sólo militar. Los coautores civiles habían utilizado hasta ahora la estrategia del camuflaje, se habían presentado como demócratas, pero las pruebas los incriminan. Este libro es una de ellas.
Las revelaciones de Silencio por sangre, luego corroboradas y ampliadas en el Informe Papel Prensa presentado por la comisión al efecto creada en el ámbito del Ministerio de Economía y por testimonios conocidos a posteriori de la edición del libro, forman parte de la cuestión principal en el debate público actual: la discusión entre la política y el poder oligárquico que se expresa en la concentración mediática.
Silencio por sangre retoma la senda del mejor periodismo de investigación en Argentina. Busca hechos, recaba testimonios, datos, conexiones, documentos. Las interpretaciones tienen base argumental y fáctica. Las especulaciones refieren a conexiones fundadas. Decimos con esto que la investigación de Cecchini y Mancinelli no forma parte de la abundante producción de libelos psicologistas sin conocimientos psicológicos. No estamos hablando de panfletos propagandísticos del estilo “qué les pasó”, propaganda sin ningún asidero fáctico y sólo apuntalada por una “realidad” que inventan en la tele y reproducen en amañadas interpretaciones creativas. Siempre basadas en caracterizar un personaje.
No, aquí volvemos a los hechos. Aquí recuperamos una tradición que como recuerda Eduardo Anguita en el prólogo tiene a Rodolfo Walsh como puntal estilístico.
Pero no sólo en este punto recordamos a Walsh. Este trabajo discute las construcciones de sentido en la sociedad de su tiempo. Discute interpretaciones.
“La prensa argentina está a la altura de este compromiso” afirmaba con satisfacción Jorge Rafael Videla poco después del golpe. Por supuesto que se refería a Clarín y La Nación entre otros. ¿Puede la democracia argentina expresar igual satisfacción con su prensa? ¿No es hora que la democracia pueda decir lo suyo?
Por eso Silencio por sangre no es sólo el relato de lo que pasó, es junto con el informe del la Comisión del Ministerio de Economía y los testimonios posteriores, un instrumental imprescindible para dirimir el presente, para construir el futuro.
Los apólogos de Videla son también los jefes del conglomerado opositor. Son los mismos golpistas de entonces, ahora sin Fuerzas Armadas. Intentaron un golpe en 2008 con el estilo del que luego se concretó en Honduras.
Fallaron, no tienen retorno. La gesta del pueblo argentino que lo evitó todavía está por contarse. Lo que es mejor, todavía la política puede transformar estructuras para que estos grupos no capturen más el Estado. Pero para entender por qué el pasado se reescribe en las acciones del presente, por qué el fascismo de Clarín haciendo apología de Videla o callando es el mismo que el de TN – Todos Ellos cuando manipula la información y hasta guiona los gestos, es necesario explorar estos antecedentes.
Silencio por sangre ilustra sobre cuestiones que tienen un interés especial. Para Mendoza, el caso Greco, que el juez Rafecas considera forma parte del “sistemático ataque a la población” que se producía por entonces. O las declaraciones de un ex propietario de un diario que vincula a Carrió con la consecución de los hijos de Magnetto.
El final está abierto. Tenemos las mejores expectativas de justicia.

jueves, 5 de agosto de 2010

Las imprescindibles retenciones

Por: Carlos Almenara – Referente de Espacio para la Reparación Social
c.almenara@hotmail.com

El lunes 2 de agosto El Sol publicó una extraordinaria explicación de Aldo Ferrer acerca de por qué las retenciones a la exportación de granos son imprescindibles.
La cuestión que se discute con las retenciones son los precios relativos de nuestra economía. Éste es el principal problema. ¿Por qué? Porque de lo que se está hablando es de la posibilidad de términos de intercambio diferenciales. Ocurre lo siguiente: en Argentina se puede producir rentablemente soja con un dólar de $ 2, pero no se pueden producir tractores ni autos ni aceitunas ni vino ni pera con ese valor del dólar que es la moneda de referencia internacional para valuar los bienes en nuestra región.
Entonces, si el precio del dólar fuera de $2 ¿qué produciría Argentina? Soja, granos, algunos productos primarios. ¿Por qué no produciría autos, tractores, aceitunas, vinos ni peras? Porque sería más barato importarlos. Recordemos que en los noventa las aceitunas que encontrábamos en los supermercados eran españolas, los duraznos, griegos. ¿Cómo fue posible esto en una Mendoza que desde siempre produjo aceitunas y duraznos? Porque la convertibilidad congeló por ley un tipo de cambio que hizo perder competitividad a las economías regionales.
¿Qué pasa con un dólar a $ 4 como ahora? La industria puede trabajar, las economías regionales también, productos que antes se importaban ahora se fabrican aquí, la economía se orienta a proteger el trabajo nacional, no a importarlo.
Pero Argentina tiene una particularidad, ¿qué pasa con el productor de soja con un dólar pleno a $ 4? Tiene una rentabilidad extraordinaria, súper extraordinaria. Pero ese no es problema central, hay dos problemas mayores, el deterioro del poder de consumo popular y la sustentabilidad de largo plazo del tipo de cambio.
Los bienes para los que Argentina tiene una fenomenal ventaja comparativa son los productos derivados de la pampa húmeda, son alimentos necesarios. El efecto de una eliminación de las retenciones sería un encarecimiento inmediato de todos los alimentos. Resulta risible y sólo adjudicable a la mala fe el argumento que no comemos soja. - Mire la mala política agropecuaria actual que ha subido el precio de la carne – dice Biolcati – a renglon seguido, la cantinela de que bajen las retenciones a la soja. Es precisamente una baja de las retenciones lo que haría aumentar más el precio de la carne, es precisamente que las retenciones a la soja no son suficientemente altas lo que hace encarecer la carne. Contradiciendo en un extraño sentido la teoría económica y con inocultable cinismo decía uno de estos personajes – déjennos ganar con la soja para poder mantener las vacas. Mentira, no hicieron ni hacen eso, ganan con la soja y desertifican los campos con la soja. No plantan ni plantarán cultivos menos rentables, ni destinarán los campos a ganadería por caridad.
No solo que bajar las retenciones a la soja sería inconveniente para la diversidad productiva rural, para la soberanía alimentaría y para la preservación de los suelos, sino que al contrario la medida correcta destinada a estos objetivos es subir las retenciones a la soja. Si suben las retenciones a la soja, campos ahora destinados a ese cultivo se destinarán a ganadería, a lechería, a trigo, maíz, apoyados en una racionalidad (no la única) que entienden, los empresarios harán lo que es mejor negocio.
Sin retenciones operaría un sistema cambiario que haría difícil sostener en el tiempo lo que Ferrer llama un tipo de cambio de equilibrio desarrollista volviendo a lo que ha sido la tendencia de largo plazo de la economía, un peso sobrevaluado. Lo que Biolcati sin ilustración pero con el instinto que corresponde a un presidente de la Sociedad Rural explicaba como la Argentina del centenario. Con claridad lo plantea Biolcati, su modelo agroexportador es incompatible con un modelo que contenga industria y economías regionales; no es válido lo inverso, un modelo productivo con inclusión tiene lugar para una economía rural pujante. Pero dirimir esta encrucijada representa un desafío de otro tenor, no económico.

El problema político

Las retenciones a las exportaciones constituyen medidas económicas razonables, conocidas y aceptadas por la teoría económica y de larga tradición en el país. No sólo son defendibles, son absolutamente necesarias para el desarrollo industrial de la Argentina y de las economías regionales, el problema de su defensa es político.
El modelo de funcionamiento del sistema político vernáculo al calor de canallas como Carrió y fascistas como Clarín derivó en un juego de deslegitimación radical del gobierno nacional, sólo sustentado y sustentable en la concentración mediática del periodismo independiente de la realidad, que fundó un escenario en que todo vale para “voltear” el gobierno. En esa clave puede leerse la agenda de buena parte de la oposición. ¡Macri pide aumento de las jubilaciones! ¡Los que votaron a favor de las AFJP ahora pontifican sobre dinero que antes dejaron robar y fugar! ¡Biolcati se preocupa por la pobreza!. En fin, ejemplos de semejante desfachatez sobran.
Una cosa cabe advertir una vez más, el juego de la proyección o traslación. Adjudicar al otro algo que yo estoy haciendo. Biolcati hace un discurso violentísimo acusando al gobierno de ... confrontativo ¿? Ese es un juego que usaron en la discusión por la Resolución 125 y que intentan reiterar ahora.
Probablemente Biolcati se pregunte por qué muchos que antes le festejaban las ocurrencias ahora disimulan incómodos el vínculo. Es que mucho ha cambiado y cambiará aún más. La “proeza” regresiva contra la nación de los cruzados del empresariado agropecuario sólo fue posible por Clarín. Ellos fueron un accidente de la concentración mediática. Pero Clarín está en crisis terminal, sus estrategias no alcanzan a la subsistencia. No puede ofrecer la cobertura de otrora.
Biolcati es Biolcati y vuelve a ser visualizado como lo que siempre fue, un representante de la oligarquía que esquilmó el país, mató generaciones e intentó hacer sus riquezas aquí para gastarlas en Europa. Siempre hambreando la población.
Porque el modelo agroexportador que a ellos les gusta no solo lo quieren para ganar plata, quieren que el resto se hunda. Son acérrimos opositores al desarrollo nacional. El “granero del mundo” es eso. Los únicos que “zafamos” somos nosotros es el metamensaje que nos mandan estos personajes. No sólo quieren rentabilidad quieren la diferencia, tanto como que ellos ganen les importa que los otros pierdan.
Finalmente, qué es, en qué se basa el reclamo por baja de retenciones. ¿Pierden plata? No, con lo caraduras que son ni ellos se atreven a decir eso. Finalmente sólo es que “el Estado se está quedando con su plata”, como dicen. Falso, totalmente falso. Corresponde a una lógica antisocial que hay que desterrar porque solo lleva a la destrucción del planeta y del hombre.
Pero por supuesto, no tenemos expectativas respecto de Biolcati. Lo que dice es lo esperable del personaje, quienes tienen que tomar nota del nuevo escenario son los representantes políticos. Y cada vez más políticos opositores tomarán cuenta de la nueva realidad, también con una lógica que ellos entienden. Si quedan pegados a Biolcati van a quedar muy escrachados socialmente. Hay todo un espacio de conveniencia vacante para opositores razonables que se despeguen de estos personajes decadentes. Y como se sabe, nuestros políticos no suelen dejar espacios vacíos.
La solución al problema político debería permitir una fuerte reformulación de la política agropecuaria, aumentos de las retenciones a la soja incluidos.

martes, 13 de julio de 2010

Derechos - El Sol 12/07/2010

La media sanción de Diputados del proyecto que posibilita el matrimonio entre personas del mismo sexo abre una discusión inimaginable en la Argentina de hace unos años.

Evidentemente, y como ha sido bien planteado por los militantes de esta causa y por los legisladores más lúcidos, corresponde a una ampliación de derechos que se inscribe en la corriente histórica de otras ampliaciones de derechos que, vistas retrospectivamente, hacen difícil explicar las situaciones previas. La universalización del voto masculino según padrones generales y no sólo de los “vecinos respetables”, el voto femenino, los derechos laborales y el contrato de trabajo, la jubilación, la sindicalización, los derechos sociales –como educación y salud– son sólo algunos hitos del siglo XX que requirieron su consagración legislativa, y todavía muchos de los derechos sociales tienen un cumplimiento parcial no exento de retrocesos.

Hubo también otras gestas libertarias. Las luchas de los pueblos originarios contra el sometimiento de la conquista, la emancipación de la corona española, la abolición de la esclavitud, las lides por dejar definitivamente de ser colonia de los países centrales.

Todas estas luchas tienen causas: “Nosotros, los de acá, queremos decidir”, “nosotros, los de acá, no aceptamos su supuesta superioridad”, “nosotros, los de acá, somos iguales que ustedes y, por lo tanto, queremos lo mismo que tienen ustedes”. Es el tipo de cuestionamiento que hace avanzar la idea democrática. Es lo que está diciendo, está exigiendo, el colectivo de organizaciones de defensa de los homosexuales. El razonamiento es “somos iguales, queremos iguales derechos”. Simple, fácil. Sin embargo no está de más plantear ciertas cuestiones que, aunque obvias algunas, no siempre están presentes en el debate público.

Primero, la ley no crea homosexuales, los homosexuales ya existen, de lo que se trata es de reconocerles derechos como al resto. Los homosexuales no le preguntan a nadie sobre su derecho a existir. Detrás de ciertos planteos o, si se mira bien, de todos los planteos que discriminan a los homosexuales, hay una idea fundamentalista, antidemocrática, que niega el derecho a la existencia de los homosexuales. Como máximo de tolerancia este planteo dice (existen, bueno, como kelpers, de segunda; son una “desviación”, no pretendan entonces tener los mismos derechos; demasiado que los dejamos compartir nuestro mundo, que los dejamos vivir; porque sépanlo, el mundo es nuestro, esta sociedad es nuestra, de los heterosexuales). El cuestionamiento democrático aparece cuando la comunidad homosexual dice no, no les reconocemos a ustedes la potestad de asignarnos un lugar subordinado y eso que exigimos lo queremos reflejado en las leyes. Todos los derechos fueron conquistados de este modo.

Segundo, el reconocimiento de derechos nada dice de las opciones sexuales personales. Es una obviedad pero debe ser señalado. Sexualidades perversas y dañinas suelen manifestarse en claustros, instituciones jerárquicas, disciplinarias, de las que una vez dentro no hay salida. Son ese tipo de instituciones las que prohijan el daño y la perversión (no hablamos del matrimonio, sino de otras instituciones). La enorme cantidad de casos de abuso, la mayoría homosexual, que aparecen en la Iglesia católica, una cantidad claramente desproporcionada al número de miembros en relación al resto de la sociedad, ofrece un interesante caso de estudio. ¿Habría abusadores en las marchas contra el “casamiento gay”? Seguramente hubo homosexuales.

Tercero, hay cierto peligro de estereotipar la conducta homosexual y estigmatizar un estereotipo. Por caso, asociar la homosexualidad masculina a la “mariquita”, no sólo discrimina a los destinatarios del calificativo, sino que oculta un sinnúmero de homosexuales que no responden a ese tipo y, razonando de modo inverso, legitima el discurso machista, socialmente dominante y que constituye el principal obstáculo para tratar este tema. Hay también personalidades “varoniles” que asumen la opción por la homosexualidad. En el caso de las lesbianas, el mismo rol cumple la “marimacho”, estereotipo que es precisamente eso, una caricatura cultural deformada, que hace sufrir a los estigmatizados y confunde a los analistas. Percibimos cierta “lombrosonización”(1) del debate. Los homosexuales serían distinguibles por ciertas marcas exteriores, y lo serían de una vez y para siempre. Creemos que la realidad es más diversa y que las posibilidades son innumerables y dependen del devenir de la vida de cada quien.

La preocupación por los niños que manifiestan quienes se oponen parece una excusa, porque no han presentado pruebas de que este derecho afecte a los menores y al contrario sí hay muestras. ¿Pero una excusa para qué? Para evitar el cambio social, para evitar la democracia, para sostener una fundamentación teocrática, autoritaria e impositiva del orden social. Es lo mismo que estuvo en discusión durante el mayo del Bicentenario (2).

Parte fundamental del análisis riguroso es contextualizar históricamente los conceptos, describir cuáles son las condiciones sociales, económicas, culturales y políticas que hacen posible que ciertos temas puedan avanzar, o aunque más no sea, plantearse. Sólo son posibles estos planteos en un gobierno libertario como el de nuestra presidenta, que se atreve a cosas que otros no y que avanza aún más que lo que “aconsejarían” las condiciones.

Si es posible creer aún en el progreso, pensar que la humanidad se humaniza y que los pueblos avanzan, este derecho será consagrado más temprano que tarde. Y como sí es posible y necesario, ¡bienvenidos los avances en los derechos!







(1) Césare Lombroso (1835-1909) sostenía que los delincuentes eran reconocibles por rasgos físicos.
(2)http://www.elsolonline.com/noti cias/viewold/21046/la-revoluciondel- bicentenario--por-carlos-almenara--

La revolución del Bicentenario - El Sol 26/05/2010

Los festejos del Bicentenario con centro en Buenos Aires han sido extraordinarios. Por qué no pensar que sirven de espejo de la Nación. Nos devuelven la imagen de lo que colectivamente construimos.

Un fabuloso compendio de manifestaciones artísticas y culturales, acompañado de múltiples foros de discusión sobre nuestra historia, se organizó para celebrar los 200 años de la Revolución de Mayo.

En las construcciones sociales y políticas existen pocos automatismos. Este espejo no es autónomo de los procesos políticos actuales, al contrario, sólo la política actual explica esta representación.

Así como el Centenario se festejó fastuosamente en eventos elitistas propios del modelo de país agroexportador, vigente hasta el 2003 y con mucho poder político y económico aún (la reinauguración del teatro Colón muestra su persistencia), el Bicentenario expresa la Argentina diversa, la de la ebullición de identidades, colores, particularidades.

Nos muestra como parte de América latina y Sudamérica, a las que el Centenario dio la espalda con esa actitud vergonzante, pero finalmente ridícula, de quien aspira al reconocimiento del superior traicionando a los suyos, a su pueblo.

El Bicentenario nos muestra varios, distintos, plurales.

Conviene quizá comenzar mencionando la marcha de los pueblos originarios. Estudios genéticos indican que 56% de la población argentina tiene algún antepasado indígena. Es razonable entonces preguntarse por qué la temática tiene tan escasa visibilidad pública. Una hipótesis posible es que la respuesta a esa pregunta es la misma que cruza los 200 años. Una fenomenal represión política y cultural que construyó una nacionalidad única, una idea de patria autoritaria. Hemos vivido un único modo de ser argentinos. Y, por “desgracia” para los pueblos originarios, los que eligieron el estereotipo decidieron que los argentinos “venían de los barcos”. No hubo modos de ser argentino siendo indio (se fue argentino matando indios). Siendo indio sólo se podía ser un aspirante a argentino, había que ir renunciando a lo distintivo.

Como no se pudo ser argentino de primera siendo judío, siendo ateo, siendo homosexual, siendo comunista, anarquista o sindicalista (también se fue argentino matando en distintos momentos cada categoría).

Poco se ha difundido la suerte de los negros en estas tierras, muchos de ellos, héroes de la independencia, ya que pocos quedaron para contarlo.

Los festejos comenzaron, no de modo oficial, porque fue un reclamo, con la marcha de los pueblos originarios, recibida por la presidenta. Un gesto político que debe convertirse en una ampliación de ciudadanía de los miembros de esas comunidades y una urgente reparación a ellas, fundamentalmente, devolviendo las tierras que les fueron expropiadas.

Las posteriores expresiones artísticas y culturales que hemos visto no sólo tuvieron en sí mismas una calidad altísima, sino que también fueron cuidadosamente seleccionadas, de modo de conformar una expresión plural, diversa, emancipadora e integradora.

La masiva participación popular en los festejos hizo estéril el intento de los medios del Grupo Clarín de desconocer el evento o equipararlo (dividir pantalla) con otros. Resultan incomparables las refacciones a un teatro. Tampoco le resultó conveniente al afán destituyente del medio darle pantalla continuada al impresentable piquetero garca De Angeli. Optaron, entonces, por decir que el Bicentenario lo hacemos “Todos Nosotros - TN”, no el Gobierno. No, los festejos los organizó el Gobierno nacional, fueron un éxito fenomenal y, precisamente, lo fueron a pesar de y contra Clarín. Que, dicho sea de paso, ¡le compró a Macri, y Macri le vendió, los derechos exclusivos de televisación de la fiesta del Colón!

No habrá tranquilidad o no habrá democracia en Argentina mientras Clarín siga manejando 70% de la comunicación masiva, es realmente insólito que ese grupo siga teniendo en jaque a gran parte de la dirigencia política argentina. Para conocer cómo hace Clarín para ganar mercados y sus métodos de penetración en sectores industriales, ver http://www.elargentino.com/nota -91972-Tuve-un-tumor-cerebrapor- los-golpes-que-recibil.html.

Dicho esto, que es cansador pero es realmente necesario, porque hay que desentramar permanentemente el engaño, la manipulación del multimedios hegemónico del país, volvemos al Bicentenario.

Seguramente, costará encontrar una metáfora mejor de la Argentina plural de la integración que esa maravillosa expresión artística que es Mundo Alas, la obra liderada por León Gieco, acompañado por artistas discapacitados que pudimos apreciar en los festejos del día 22. No sólo su obra es de notable factura, sino que el trato entre ellos y con Gieco es de una profesionalidad y un respeto que dice tanto como la obra en sí. Los discapacitados son también argentinos que merecen igualdad.

Se trata de una ampliación de la democracia. Una nueva actualización del eslogan “La patria somos todos”, que ha utilizado el Gobierno nacional y que constituye todo un programa.

No es la paparruchada del “consenso” lo que nos permite construir una Argentina plural. Es, precisamente, lo contrario, resistirse a la homogeneización impuesta, lo que posibilita la expresión de lo diverso. Los argentinos no somos “una hibridación”, como se ha sentido con rancio aroma por allí, somos identidades distintas y contradictorias, también conflictivas. Pero todos tenemos todo el derecho de nuestro lado. Y lo reclamamos como habitantes argentinos. Y reclamamos, además, nuestro derecho de hablar por esta tierra, de dar, con nuestro testimonio, el de nuestra Nación. Quizá esta es la revolución del Bicentenario.

Caricaturas - El Sol 10/05/2010

La realidad, como distinta a lo real inasible, se construye de interpretaciones. Las interpretaciones sólo podemos hacerlas con lo que sabemos, y lo que sabemos en cuanto a temas de debate público, en el mejor de los casos, es limitado. En el más frecuente, parcial, intencionalmente sesgado. La concentración de la comunicación tiene más efectos de los que habitualmente se reconoce. En este sentido, aunque consideramos que es una discusión epistemólogica compleja, nuestra opinión es que los medios “construyen” la realidad o, al menos, dan los elementos a base de los cuales las personas formarán su “libre” opinión. Hay libertad pero es parcial.

Veamos un caso. Susana va al supermercado, busca un producto que había pagado 10 y ahora vale 13. Se enoja. Se enoja con el Gobierno. ¿Es la única reacción posible? No, podría enojarse con el supermercado. Podría enojarse con el fabricante. Podría ver si hay alternativa más económica, podría detectar que es la política de precios del fabricante ganar clientes con un precio bajo y luego subirlo. No hay ninguna relación mecanicista necesaria entre una cosa y la otra. Entre el aumento de precio del producto y la responsabilidad del Gobierno. La relación es una construcción que Susana internalizó a partir de lo que escucha por radio, televisión o lee en diarios. Este es un ejemplo menor pero que puede graficar lo dicho.

Todas las lecturas de la esfera pública, la formación del sentido común, es decir, el patrón de interpretación de los fenómenos, se afectan mediáticamente. Esto sólo basta para entender que es urgente desarmar los monopolios. Ernesto Espeche, director de la carrera de Comunicación Social de la UNCuyo, suele postular la existencia de una relación entre grado de organización comunitaria y poder de influencia mediático, o sea, si usted participa en un partido político, un sindicato, una unión vecinal, hay un filtro para evitar que los medios lo condicionen demasiado, o compañeros con los que resistir la imposición de la interpretación única. Si no existe esa mediación, la línea interpretativa mediática afecta mucho más. En Argentina hay poca organización que permita otras lecturas.

El mecanismo actualmente exacerbado es el siguiente: se presenta una parodia hiperbólica con pretensiones de realidad. Muchas personas, por diversas razones pero básicamente porque son bombardeadas por esa “realidad”, la creen. La interpretan en esa clave. Y pueden reafirmar su lectura de su seren- el-mundo cuando en la carnicería comulgan con la opinión del vecino: “Esto ya no se aguanta más. ¿Cuándo se ha visto semejante Gobierno? ¿Hasta cuándo nos vamos a dejar atropellar?”.

En fin, un sinnúmero de frases parecidas a esas.

¿Qué mejor prueba, entonces? Está claro, no sólo yo pienso que esto no se aguanta más, somos muchos, somos todos. El pueblo entero. ¿Y si no fuéramos todos? Bueno, los interesados, los que cobran un sueldo o reciben prebendas. Está clarísimo. Además, construimos lazos sociales, nos socializamos, nos encontramos con el otro en la diatriba contra Cristina.

Así funciona, así ha venido funcionando.

Por supuesto que es una ficción interesada, disvaliosa y totalitaria. No es que construye un pueblo contra el poder; al revés, inventando que el poder está en el Gobierno, construye un pueblo al servicio del poder real.

Está dejando de funcionar porque cada vez somos más los que nos damos cuenta del jueguito. Muchos, sin más, por el descaro con que miente el Grupo Clarín.

CARICATURAS GRACIOSAS MA NON TROPPO. Una de las construcciones interpretativas, cómo decir, llamativas, es la de los vice. Resulta que parece extenderse el caso del vice desleal con el proyecto político, que es presentado como un resistente luchador contra el aparato partidario, con legitimidad para conservar su cargo. Esto es francamente insostenible. Un vice es alguien que tiene que respaldar al titular del Poder Ejecutivo, si no lo hace, tiene que irse. Nuestro sistema constitucional supone que ello es así y así debe ser, porque, si no, se altera el equilibrio institucional. Este razonamiento elemental, que siempre tuvo vigencia en tanto reflejaba el mandato del constituyente, ha sido alterado por la interpretación mediática. Entonces, lo simpático del caso acaba cuando el sistema de gobierno está amenazado. Que haya vices, que, teniendo esta conducta y aferrándose al cargo, hayan tenido alta imagen sólo es posible por el forzamiento interpretativo del monopolio de medios.

CARICATURAS DE GUERRA. La última operación del Grupo Clarín es denunciar persecución a periodistas. Es simplemente una mentira. Pero no una mentira cualquiera. Utiliza el mecanismo de la proyección, consistente en que un actor produce algo que imputa al otro. Los periodistas de Clarín que siguen estrictamente el mentiroso guión de Héctor Magnetto y, en consecuencia, no son independientes machacan 24 horas por día con un discurso discriminador y violento contra todo lo que se acerque al Gobierno nacional y ellos, que generan violencia, acusan a otros de “escracharlos”. Ellos, que maltratan a los legisladores que apoyan al Gobierno nacional, ellos que ocupan 70% de las posibilidades de hablar, tampoco quieren que las paredes hablen. Lo quieren todo. Lo triste es que muchos políticos creen que tienen que tenerlo todo.
Por cierto, como señaló Eduardo Aliverti, deberían tener cuidado con las palabras. Pepe Eliaschev, por ejemplo, usó referencias al terror de Estado. No tiene derecho.

La prueba de que es mentira que tengan miedo y que es una puesta en escena para generar zozobra en la población es que lo sigan diciendo. No hay un sólo hecho que puedan probar que merezca el tratamiento que le dan al tema. Hacen una parodia de victimización.

No tienen miedo, lo que quieren hacer es seguir construyendo el relato de que hay un gobierno autoritario.

HAY QUE DECIRLO. Un buen consejo en tiempos en que engaña tanto la tele es apegarse lo más posible a lo real, a los hechos.

No sólo es mentira que hay un gobierno nacional autoritario, es además, el más pacífico, democrático, el que más ha respetado las libertades individuales, los derechos humanos y los derechos de las minorías en mucho, mucho, tiempo.

Incluso, el gobierno de Alfonsín, que fue un líder democrático, al que valoramos y reivindicamos enormemente, cedió ante presiones de las corporaciones que implicaron censuras (Yo te saludo, María – película de Godard–, la transmisión del Juicio a las Juntas, etcétera). Declaró estado de sitio, detuvo gente, por cosas que, comparadas, no representan ni 5% de lo que ha sufrido este gobierno sin restringir libertades.

Debe hacerse un reconocimiento a la contención y la contribución a la convivencia en paz que ha realizado el colectivo que apoya al Gobierno nacional, que ha tolerado y tolera la sistemática descalificación de la mayor parte de la comunicación masiva, la descalificación degradante en extremo de dirigentes como Elisa Carrió, quien sistemáticamente incita a la violencia (“la gente en la calle quiere que los maten”, dijo bárbaramente).

El interés de Clarín & Co es generar zozobra, generar miedo, horadar al Gobierno nacional, destituirlo. Quieren llevarnos al invierno.

Lo que es seguro con las discusiones que se están planteando, disputas que sacan a luz lo que siempre estuvo oculto, es que llegará la primavera.

Economía e inflación - El Sol 27/04/2010

Entre preocupación social y reclamo opositor visto como oportunidad de criticar, la “inflación” aparece como problema público.

La nota de Aldo Ferrer titulada Controlar la inflación sin enfriar la economía, publicada el lunes 19 por El Sol, resume con solvencia científica un enfoque necesario para esquivar la segura receta de ajuste con que amenaza “la oposición”(1).

Vale un comentario sobre Aldo Ferrer. Economista argentino, destacado continental y mundialmente, exponente de un pensamiento latinoamericano original, heredero de la corriente cepalina con origen en el impulso a esa Conferencia de Naciones Unidas que promocionó y luego dirigió Raúl Prebisch, Ferrer es uno de los analistas imprescindibles no sólo de Argentina, sino también de la globalización. Este economista es uno de los referentes teóricos máximos de la línea económica del Gobierno nacional. Con la autonomía de cualquier intelectual que aprecia su independencia valorativa y capaz de criticar cuando lo considera necesario, es un defensor de la administración de política económica iniciada en el 2003 de la mano de Néstor Kirchner.

Es muy interesante destacar que Ferrer es de origen radical y que generaciones de cuadros de la UCR se formaron en este orden de ideas.

¿Qué plantea Ferrer? Lo mismo que planteó toda su vida o al menos en los últimos 40 años.

¿Por qué defiende la política económica del Gobierno nacional? Porque refleja los conceptos declamados durante décadas en el enfrentamiento teórico con el neoliberalismo.

¿Por qué quienes dirigen la UCR se alejaron de este pensamiento? Eso es algo que no ha sido explicado pero que tiene una prueba irrefutable en su comportamiento en el Congreso nacional. Es cierto que este pensamiento nunca fue hegemónico en la UCR, pero que no haya ni vestigios de él... No hay registro en los últimos 60 años.

La tesis de Ferrer en relación con la coyuntura es que Argentina ha superado la restricción institucional, externa y fiscal de otrora y que la inflación actual no obedece ni a un exceso de demanda (los niveles de ocupación de los factores productivos son más o menos semejantes a momentos con menos inflación) ni a una “inflación de costos” (insumos básicos que empujan hacia arriba los precios de todos los bienes). La inflación que enfrentamos es inercial, y en ella tienen un rol central las expectativas.

Una vez más, en cuestiones de interés público resulta decisivo el modo en cómo se construyen las creencias. El nudo de la concentración de lo que se lee, oye o mira se convierte en el mayor obstáculo a la democratización, también de la economía.

EL DIAGNÓSTICO ORTODOXO. Presente en boca de la Coalición Cívica, UCR, peronismo disidente y macrismo apuntan precisamente a una inflación por exceso de demanda. El “irresponsable” incremento del gasto público, los déficits provinciales, la asignación universal por hijo, el gasto en infraestructura generan un aumento de la demanda agregada que la oferta no puede atender, ergo, suben los precios. ¿Cuál es el remedio? El ajuste. ¿No le resulta conocido el razonamiento? Es nuestro viejo y conocido ajuste, que orientó las políticas económicas de los noventa y principios de siglo. Ajuste significó baja de los sueldos de los maestros, de los policías, de los empleados públicos en general, baja de las jubilaciones, restricción del crédito, enfriamiento de la economía, estancamiento, desocupación. Eso sí, con precios estables. Es más, algún mes llegamos a tener deflación de precios.

“Afecta más a los sectores de menores ingresos”, dicen. Es una verdad a medias. Lo que más afecta a los sectores más pobres es no tener ingresos, y la receta del ajuste se ha encargado sistemáticamente de destruir trabajos.

TÉRMINOS EN DISPUTA. Aunque suele olvidarse, sobre todo en las facultades de Ciencias Económicas, la economía es una ciencia social, y, como tal, susceptible de contrastación con la realidad. ¿Por qué la receta del ajuste que nos llevó a la desintegración social y económica nos llevaría ahora a otro lado?

Las relaciones económicas en una sociedad están histórica y socialmente determinadas y no hay nada de naturales en ellas, al contrario, así como las sociedades deciden ciertos modos de producir y distribuir su riqueza, sus bienes, pueden perfectamente decidir otros modos.

Dentro de las sociedades capitalistas, incluso, no hay una única prioridad económica. Mientras que para la “oposición” la prioridad es la estabilidad de precios, para el oficialismo nacional es mantener tasas altas de crecimiento que sigan combatiendo el desempleo y generando redistribución del ingreso.

Por eso, lo que se suele presentar como una negación, soberbia o autismo que le imputan a las autoridades nacionales sobre “negar” la inflación no es tal cosa. Consiste, desde una perspectiva heterodoxa, en resistirse a aceptar el diagnóstico de que la inflación es el gran problema. Aceptado el diagnóstico, difícilmente se evitarán las políticas de ajuste.

Ello no impide ver precios que suben más de lo deseable.

UN PAR DE COSAS PARA HACER. Esfuerzos estatales y privados pueden coadyuvar a evitar pérdidas de poder adquisitivo. En primer término, la conciencia social de la necesidad de buscar y comparar precios y elegir los menores. No convalidar subas descabelladas.

Las experiencias asociativas de compra comunitaria son un instrumento valiosísimo a promover. Además de evitar intermediarios, se enriquece la dieta familiar cuando se pueden desarrollar compras comunitarias en mercados cooperativos y se fomenta la asociación. Hay una rica experiencia en esta materia que hay que difundir, promover e imitar.

No pagar la marca. Sería muy importante una campaña de concientización en este sentido. Debería ser una gran campaña nacional acompañada de las garantías de control de la ANMAT y Bromatología o similares de las provincias, de modo tal de poder garantizarles a los consumidores que los productos más baratos cumplen estándares mínimos de calidad que preservan su salud.

Mucho puede hacer el Estado para promover la oferta. Microemprendimientos, apoyos crediticios y demás. La política del nuevo Banco Central presionando al sistema bancario para conseguir una baja en las tasas de interés ayuda mucho a estimular la oferta.

Desde luego, es necesaria una fuerte intervención del Estado para impedir la formación monopólica, oligopólica o cartelizada de precios. En fin, una extensa y desafiante batería de posibilidades, sin caer en el trillado, conocido e ineficaz ajuste.






(1) El encomillado obedece a que, como hemos dicho en otras ocasiones, “la oposición” sólo existe como ficción útil a los medios de comunicación concentrados y a los negocios legislativos. Existen oposiciones o minorías o bloques no oficialistas que son diversos entre sí y no fueron juntos a elecciones.

lunes, 12 de abril de 2010

Grotescos, inconcientes e instituciones

Por: Carlos Almenara
Referente de Espacio para la Reparación Social

Grotescos
En una nueva e incontrastable demostración de que Cobos debe renunciar, el vicepresidente nos ofrece otro papelón. En este caso apela a una artimaña demagógica para publicitar que descontará la dieta de los senadores que no den quórum la próxima sesión y que los citará por los diarios.
Este vicepresidente no deja de sorprender por la brutalidad del menoscabo a las instituciones de que es capaz.
No contento con batir el récord de ser el único vicepresidente que se conoce que haya votado contra el presidente en toda la historia y en todos los países, no satisfecho con eso, sigue en su puesto, disfrutando su generoso sueldo, nombrando funcionarios del Senado (cada día nos enteramos de nuevos nombramientos), disfrutando de presupuesto público para viajes proselitistas, de su guardia personal y un sinnúmero de privilegios. Lo que es más impactante, sigue en su puesto horadando al Poder Ejecutivo. Este ariete opositor en la vicepresidencia desequilibra gravemente el sistema institucional.
El nuevo grotesco supone, además, una afrenta a la cultura democrática, una muestra de prepotencia y de ignorancia.
¿Va a “escrachar” por diarios a quienes no dan quórum? Es una medida autoritaria y payasesca. Lo mismo que descontar de la dieta por ese motivo.
Sería muy bueno que el Senado baje las dietas. Eso. ¡Que bajen las dietas! ¡Que bajen su sueldo los senadores, diputados y funcionarios de ambas Cámaras!
Lo que es propio de la mala fe o de la ignorancia es amenazar con un descuento de las dietas por no dar quórum. El quórum fue y es una herramienta política vinculada con la opinión de si hay que tratar los temas del orden del día o no. No ocurre como dice TN que los senadores “no trabajan”, no, es que usan una herramienta política que antes usó hasta el cansancio “la oposición”. En realidad si trabajan o no, no es por el quórum que podamos estimarlo.
Es claro que no se puede medir la productividad de un legislador como la de cualquier trabajador, es una falacia plantear una evaluación de los legisladores por cantidad de proyectos presentados. El voto a la Ley de nacionalización de las jubilaciones vale más que 10.000 proyectos de declaración. El legislador tiene una tarea de representación política, lo que tiene que hacer es re - presentar en el ámbito público los intereses derivados de los sectores en que se apoya el proyecto político de su partido. Esa tarea incluye no dar quórum si preserva estos intereses.
La ocurrencia desconoce el funcionamiento de cualquier ámbito representativo. Desde las Federaciones Universitarias, los Gremios, las Confederaciones Gremiales, los Colegios Profesionales, las Cámaras Empresarias hasta la Comisión Directiva de una Unión Vecinal, en todos los casos el juego del quórum forma parte de los instrumentos lícitos de que disponen los sectores en pugna. Restringirlo en este contexto es una conducta persecutoria.
La agenda de “la oposición” es totalmente intransigente, a pedido de Clarín, y consiste en definir cómo desfinanciar al gobierno nacional. Ante esta agenda y con probabilidad de triunfo de la “oposición” pedirle al oficialismo que de quórum es ridículo. Lo que hace Cobos es un grotesco extorsivo.
La maniobra de pinzas a la que apuesta el vicepresidente es la siguiente: el monopolio informativo hace creer a la población que el descuento es porque los senadores no trabajan. Dicen esto y él queda como un campeón que conecta con las demandas de “la gente”. Además le cumple a Morales y Rodriguez Saá el mandato de usar partidariamente su cargo.
Es decir, Cobos sólo existe en su rol actual con la ayuda de Clarín. Pero ya ni eso le alcanza, se cae a pedazos. Los que lo rodean y no le advirtieron a tiempo el bochorno que significa su propuesta podrían señalarle un camino más digno para su futuro, la renuncia.
Porque a pesar de sus aspiraciones, Cobos nunca será un representante auténtico y estamos en tiempo de autenticidades.

Inconcientes
Como suele señalar un columnista dominical el proyecto de “la oposición” es el de una Argentina gobernada por sus propios dueños. Cobos, como tantos otros, por más que se esfuercen, que les cumplan, no son más que una desdeñable segunda opción.
Los últimos días aparecieron dos muestras del inconciente de los dueños de la Argentina.
El viernes 9 se conoció el fallo de la Cámara de Casación que ordenó realizar las pruebas de ADN a los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, principal propietaria de Clarín, para averiguar si son hijos de desaparecidos durante la dictadura. Lo notable es que fundaron el fallo en un defecto formal del recurso: no firmaron los jóvenes en cuestión que eran los afectados. Adicionalmente la Cámara ordenó al juez enviar el expediente al Colegio de Abogados para ver si merecen sanción los patrocinantes por representar intereses contrapuestos: los de Ernestina (la posible victimaria) y los hijos (las posibles víctimas).
¿Cómo es posible semejante error formal en abogados experimentados?
La hipótesis de la nota es que es posible porque no podía fallar si defendían a Ernestina. Es una verdadera dueña de la Argentina. Con ella todo es más fácil. Cuando el juez Bergesio, finalmente, después de todas las dilaciones posibles, decidió extraer las muestras de ADN les dio una hora adicional, caso único en un allanamiento. Imagínese, un allanamiento, judicialmente es lo mismo que si hubiera que detener un asaltante. ¿Se puede pensar un policía golpeando la puerta, preguntando si está y dándole una hora para “prepararse” al buscado? La sospecha es que ese tiempo que sirvió para que llegaran los abogados pudo haber sido usado para alterar las pruebas. El procedimiento estuvo plagado de irregularidades.
El ex juez Marquevich denuncia que fue sometido al Consejo de la Magistratura y destituido por haber detenido a Ernestina Herrera de Noble en esta causa. Y cuenta que durante el juicio político los directivos de Clarín se mostraban a sus anchas hablando y operando con la mayor parte de los miembros del jury.
La gaffe de los abogados de Ernestina muestra la creencia en la impunidad peremne.
Pero hay otro inconciente que también se develó en otro fallido, Mauricio Macri descartó matar a los trapitos de Capital Federal. En una entrevista de Nelson Castro, ante la requisitoria del periodista de que su propuesta de penalizar la actividad de los cuidacoches no contemplaba una solución de fondo (de una problemática social que requiere contención, trabajo), Macri se defendió, - Bueno Nelson, no podemos matarlos.
Por ello Macri no puede darle una solución de fondo al problema.

Instituciones
La meneada institucionalidad está seriamente puesta en duda. Pero no por mirar cómo falla algún juez, sino precisamente por lo contrario, por tolerar la connivencia entre el poder económico, político y judicial.
Está puesta en duda no porque se de o no quórum en el Congreso, sino por la presidencia de una Cámara que apela a medidas persecutorias.
Está puesta en duda por un vicepresidente que sirve con fruición a esa “oposición” mandadera de los dueños de la Argentina.
Ellos, los dueños, suelen utilizar la “institucionalidad” de pretexto pero como en el psicoanálisis a veces muestran lo que verdaderamente los motiva.

lunes, 29 de marzo de 2010

Extraña elección y algunas conclusiones

Por: Carlos Almenara
Referente de Espacio para la Reparación Social - Mendoza

Epistemología del problema
Las elecciones del domingo 28 de marzo en la Ciudad de Mendoza ofrecen la posibilidad de múltiples lecturas, intentamos aportar una.
No somos partidarios del concepto de “el mensaje de las urnas (o de la gente)”. Es interesante observar aquí lo errado y tendencioso de dicha noción. Ocurre que la cobertura de la prensa, a través de la cual la mayoría accede a la discusión pública, consta principalmente de crónicas de actores individuales. Nos enteramos de una declaración del dirigente A, un exabrupto del dirigente B, que el dirigente C se juntó con el dirigente D, nos enteramos también sobre el D-ismo y sus internas. Todo gira en torno a individuos. Y, de pronto, los periodistas dicen: “el mensaje de la gente es ...”, “la gente dijo en estas elecciones ...”, y el consabido “la gente quiere ...”. Resulta que todo el análisis y la información política se redujo a lo individual y de pronto dan un salto mortal y dicen que “la gente da un mensaje”. Bueno no, no hay tal categoría de “la gente”, tampoco hay un mensaje unívoco ni mucho menos.
Para analizar creencias, cuestiones colectivas, sería productivo incorporar el paradigma dirigencial, esto es, asignar importancia al juego y competencia de élites, grupos y organizaciones en la definición del orden vigente y por supuesto incluir conceptos como clases sociales, infraestructura y superestructura.
Pero no, el análisis político predominante en la prensa se ocupa de las declaraciones, los gestos y las juntas de los figurones. Más preocupante todavía es que cuadros políticos y militantes no ven otro modo de entender el acontecer. Todo se reduce a lo anecdótico. La “realidad” se vuelve refractaria a los hechos, negadora de los datos y el estudio.
Lo anterior fundamenta que vamos a tratar de no caer en pretendidos “mensajes” de la elección del domingo.
Aún así es posible y necesario interpretar, entender.

Carencia representativa
El primer dato a comentar es el menor porcentaje de votantes que en elecciones anteriores. Ello es totalmente esperable en una elección que sólo define concejales, con el respeto que merecen los concejales, pero que no pone en juego intendentes, legisladores, gobernador, presidente.
La U.C.R. obtuvo una holgada primera minoría con algo más de 40%, sin embargo consiguió el 67% de los cargos en juego. Luego se ubicaron cuatro listas que consiguieron porcentajes cercanos al 10%, dos de ellas lograron un cargo cada una. Los 6 concejales, el 100% de los cargos en juego, representan el voto de fuerzas que sumadas alcanzan poco más del 60% de los votantes. Es decir, hay casi un 40% de votantes que no verán representado su voto en el Concejo Deliberante de Capital. Esto suele ocurrir en cargos ejecutivos, para los cuales, según la dispersión del voto, los intendentes, gobernadores o presidentes reúnen porcentajes electorales mucho menores al 50%. Pero debería llamar la atención en un cuerpo legislativo que pretende, precisamente, representar la voluntad popular (es decir, las diversas opciones elegidas por la ciudadanía).
Urge reconsiderar la reducción de la cantidad de miembros de los Concejos Deliberantes operada durante la gestión gubernativa de Iglesias. El argumento del mayor gasto que esto supondría no debería llevar a un dilema absurdo entre representación y costo.

Lecturas
Es difícil generalizar una lectura del resultado. Parece fortalecido el liderazgo de Fayad en el departamento, pero tampoco esto está exento de polémica y hay quienes muestran resultados mejores 9 meses antes. Tampoco es claro que la victoria de Fayad tenga una interpretación en la puja nacional.
Hay quienes han vinculado a Fayad al kirchnerismo, lo que es rotundamente rechazado por él. Parece entonces que primó la “municipalización” de la elección, revalidando cuestiones territoriales e identitarias.
Es muy interesante esta cuestión pues ofrece una perspectiva oxigenadora en relación a una polarización nacional muy fuerte en la que las cosas se juegan a todo o nada, con una actitud destituyente de parte de sectores de “oposición” y la mayor parte de los medios. Es decir, frente a este escenario nacional, que la temática municipal haya pesado más en la mayor parte de los electores muestra una saludable posibilidad de multiplicar lo político en otros pliegues, clivajes, dilemas, que aquellos que machacona y sádicamente presenta Clarín.
Quizá el dato más novedoso que arrojó la elección fue el acceso de Alberto Montbrun al Concejo como candidato del Partido Socialista. Un resultado muy meritorio. Rápido de reflejos, Montbrun, se propuso ocupar el espacio de “una izquierda democrática, progresista, que reivindique los valores de la equidad, de la solidaridad, de la transparencia y del verdadero progresismo” (El Sol, 29/03/2010).
En cuestiones políticas, mientras no se pruebe lo contrario, debería primar el crédito a la autopresentación de los actores. Ahora, hablar de izquierda democrática, de progresismo, de equidad y solidaridad remite a un proyecto nacional. Y estos valores hoy en la Argentina están encarnados en las políticas de la presidenta. No hay quien haya hecho más en nuestra historia reciente por la equidad, la reparación de la injusticia, por la solidaridad que Néstor y Cristina Kirchner. Por supuesto es una afirmación polémica, aceptamos el debate y reconocemos la multiplicidad de miradas posibles. Sin embargo, resulta difícil imaginar que un Partido Socialista liderado por Giustiniani, miembro activo del Grupo A represente hoy una izquierda democrática, progresista, equitativa. Suele verse a Giustiniani compartiendo posturas con Rodriguez Saá o Menem, quienes no intentan hacer creer a nadie que defienden la equidad.
Con todos los inconvenientes, incomodidades y contradicciones que supone, sólo reconociendo que los últimos dos gobiernos nacionales provocaron una ruptura que cambió el hecho “natural” de que en Argentina había poderes a los que ni el gobierno ni la ley alcanzaban, sólo valorando lo mucho que se logró, puede sinceramente postularse el valor de la equidad y la solidaridad. El falso republicanismo de la cancha inclinada a favor de los poderosos es incompatible con la igualdad (que es el término que debería usar Montbrun, es el término de la tradición de izquierda, no equidad).
El camino del progresismo, del verdadero, no es asfaltado, no es fácil de transitar, es difícil que se pueda construir el proyecto progresista desde las pantallas de Clarín. Es contradictorio con el verdadero progresismo la especulación política consistente en opinar según las encuestas, o hacer política diferenciándose del oficialismo sólo para posicionarse como “oposición”.
Lo local, el territorio, el municipio, la proximidad ofrecen a la utopía democrática un anclaje encantador, pero reconocen un límite en procesos que son nacionales o globales. En cierto punto y aunque no nos desdecimos de lo que dijimos antes, que lo municipal ofrece otras posibilidades, es imposible esquivar este debate. Posiblemente lo que sí está vacante, lo que nadie ha propuesto suturar es el espacio de la coherencia, la brecha que se abre entre distintas instancias, entre la construcción de una fuerza progresista y la democracia interna, entre el proyecto y el posicionamiento por conveniencia o entre la democracia local y el proyecto nacional. Pensar esas tensiones ayudaría a saldar interrogantes y lo más importante, a construir lo que sí, efectivamente, hace falta.

Carta a Revista Veintitrés

Sr. Director:
Escribo con la esperanza de que esta vez sí publiquen mi opinión sobre el columnista de vuestra revista, Ernesto Tenembaum.
Tenembaum no es un periodista cualquiera, es el elegido por Clarín para rascar el fondo del tarro.
La polémica, entonces, no es anécdota ni antagonismo personal, refleja el fondo de la disputa política actual. Para un análisis de cómo Clarín desarrolló una estrategia de comunicación totalitaria remito a los lectores a: http://www.elsolonline.com/noticias/viewold/el-sonido-de-clarin--por-carlos-almenara--todo-noticias--todos-nosotros-
El relato de Clarín, que brilla en TN (Todos Nosotros) con especial intensidad, es un elaborado maccarthismo discriminador que estructura todos los mensajes en el código siguiente: “Todos Nosotros, el pueblo sano, soporta la usurpación del kirchnerismo, montonero, que nos roba lo nuestro. Urge terminar con los usurpadores. No hay objetivo mayor, todo debe ser subordinado a este imperativo principal. El pueblo sano tiene izquierda, centro y derecha, todos tenemos cabida. El kirchnerismo, no. Esa es una manifestación inaceptable.”
El relato entronca, tiene lazos, con toda nuestra frondosa historia de maccarthismo, discriminación y persecución política, desde el antiperonismo, al “viva el cáncer”, los ataques al “populismo”, el desprecio al pobre y al extranjero, pasando por la crónica de la subversión y los aplausos a los insanos belicosos de Malvinas; pero tiene componentes radicalmente nuevos. El primero: nunca en Argentina hubo tal poder de fuego, nunca un grupo reunió lo que reúne Clarín. Los diarios de mayor tiraje en Capital y las principales y ciudades del interior, más del 70% de los clientes de cable, varios canales de cable, TN, canales de aire, muchas radios, portales de internet. Pero no solo esto, además, los canales del interior de otros propietarios levantan la señal de TN, las radios leen los titulares de Clarín, señales como América de De Narváez reproducen las lecturas de Clarín. En fin, nunca hubo tanto poder de fuego y nunca tanta uniformidad discursiva. El segundo: cuesta encontrar en nuestra historia un conglomerado político tan visiblemente servil como el que cuenta este multimedio.
Pero no le alcanzó. Fe hay que tener en un pueblo cada vez más conciente. No le alcanzó y ahora va por el fondo del tarro.
¿Qué les pasó? Lo mandan a decir a Tenembaum.
Ahora hay un relato alternativo. Hubo un momento en que era posible enamorarse, pero defraudaron. La voz que Tenembaum jurará como propia muestra el hilo del titiritero que mueve las piezas con intención destituyente conocida.
Dice Tenembaum por televisión: a Menem lo criticábamos más. A De La Rúa, también. Mentira, pero el asunto no es ese, el problema no es el programa político, el problema es el noticiero. El problema es la inscripción de todos los discursos, incluso los gestuales, con la colección de caras de TN que son de antología, en el relato principal de: “usurpadores que nos roban, ajenos de toda ajenidad”.
Como se pregunta Víctor Hugo Morales, qué le pasó a Tenembaum. Un periodista al que todos respetábamos y al que le reconocíamos inteligencia, dedicación y honestidad, pero que desde su paso a Clarín o por lo menos en los últimos tiempos es incapaz de desmarcarse del discurso fascista de sus jefes. Porque no se trata de que no critique al gobierno, se trata de que no lo haga según el libreto conspirador nefasto de Magnetto.
Carlos Almenara - Mendoza
c.almenara@hotmail.com