lunes, 12 de abril de 2010

Grotescos, inconcientes e instituciones

Por: Carlos Almenara
Referente de Espacio para la Reparación Social

Grotescos
En una nueva e incontrastable demostración de que Cobos debe renunciar, el vicepresidente nos ofrece otro papelón. En este caso apela a una artimaña demagógica para publicitar que descontará la dieta de los senadores que no den quórum la próxima sesión y que los citará por los diarios.
Este vicepresidente no deja de sorprender por la brutalidad del menoscabo a las instituciones de que es capaz.
No contento con batir el récord de ser el único vicepresidente que se conoce que haya votado contra el presidente en toda la historia y en todos los países, no satisfecho con eso, sigue en su puesto, disfrutando su generoso sueldo, nombrando funcionarios del Senado (cada día nos enteramos de nuevos nombramientos), disfrutando de presupuesto público para viajes proselitistas, de su guardia personal y un sinnúmero de privilegios. Lo que es más impactante, sigue en su puesto horadando al Poder Ejecutivo. Este ariete opositor en la vicepresidencia desequilibra gravemente el sistema institucional.
El nuevo grotesco supone, además, una afrenta a la cultura democrática, una muestra de prepotencia y de ignorancia.
¿Va a “escrachar” por diarios a quienes no dan quórum? Es una medida autoritaria y payasesca. Lo mismo que descontar de la dieta por ese motivo.
Sería muy bueno que el Senado baje las dietas. Eso. ¡Que bajen las dietas! ¡Que bajen su sueldo los senadores, diputados y funcionarios de ambas Cámaras!
Lo que es propio de la mala fe o de la ignorancia es amenazar con un descuento de las dietas por no dar quórum. El quórum fue y es una herramienta política vinculada con la opinión de si hay que tratar los temas del orden del día o no. No ocurre como dice TN que los senadores “no trabajan”, no, es que usan una herramienta política que antes usó hasta el cansancio “la oposición”. En realidad si trabajan o no, no es por el quórum que podamos estimarlo.
Es claro que no se puede medir la productividad de un legislador como la de cualquier trabajador, es una falacia plantear una evaluación de los legisladores por cantidad de proyectos presentados. El voto a la Ley de nacionalización de las jubilaciones vale más que 10.000 proyectos de declaración. El legislador tiene una tarea de representación política, lo que tiene que hacer es re - presentar en el ámbito público los intereses derivados de los sectores en que se apoya el proyecto político de su partido. Esa tarea incluye no dar quórum si preserva estos intereses.
La ocurrencia desconoce el funcionamiento de cualquier ámbito representativo. Desde las Federaciones Universitarias, los Gremios, las Confederaciones Gremiales, los Colegios Profesionales, las Cámaras Empresarias hasta la Comisión Directiva de una Unión Vecinal, en todos los casos el juego del quórum forma parte de los instrumentos lícitos de que disponen los sectores en pugna. Restringirlo en este contexto es una conducta persecutoria.
La agenda de “la oposición” es totalmente intransigente, a pedido de Clarín, y consiste en definir cómo desfinanciar al gobierno nacional. Ante esta agenda y con probabilidad de triunfo de la “oposición” pedirle al oficialismo que de quórum es ridículo. Lo que hace Cobos es un grotesco extorsivo.
La maniobra de pinzas a la que apuesta el vicepresidente es la siguiente: el monopolio informativo hace creer a la población que el descuento es porque los senadores no trabajan. Dicen esto y él queda como un campeón que conecta con las demandas de “la gente”. Además le cumple a Morales y Rodriguez Saá el mandato de usar partidariamente su cargo.
Es decir, Cobos sólo existe en su rol actual con la ayuda de Clarín. Pero ya ni eso le alcanza, se cae a pedazos. Los que lo rodean y no le advirtieron a tiempo el bochorno que significa su propuesta podrían señalarle un camino más digno para su futuro, la renuncia.
Porque a pesar de sus aspiraciones, Cobos nunca será un representante auténtico y estamos en tiempo de autenticidades.

Inconcientes
Como suele señalar un columnista dominical el proyecto de “la oposición” es el de una Argentina gobernada por sus propios dueños. Cobos, como tantos otros, por más que se esfuercen, que les cumplan, no son más que una desdeñable segunda opción.
Los últimos días aparecieron dos muestras del inconciente de los dueños de la Argentina.
El viernes 9 se conoció el fallo de la Cámara de Casación que ordenó realizar las pruebas de ADN a los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, principal propietaria de Clarín, para averiguar si son hijos de desaparecidos durante la dictadura. Lo notable es que fundaron el fallo en un defecto formal del recurso: no firmaron los jóvenes en cuestión que eran los afectados. Adicionalmente la Cámara ordenó al juez enviar el expediente al Colegio de Abogados para ver si merecen sanción los patrocinantes por representar intereses contrapuestos: los de Ernestina (la posible victimaria) y los hijos (las posibles víctimas).
¿Cómo es posible semejante error formal en abogados experimentados?
La hipótesis de la nota es que es posible porque no podía fallar si defendían a Ernestina. Es una verdadera dueña de la Argentina. Con ella todo es más fácil. Cuando el juez Bergesio, finalmente, después de todas las dilaciones posibles, decidió extraer las muestras de ADN les dio una hora adicional, caso único en un allanamiento. Imagínese, un allanamiento, judicialmente es lo mismo que si hubiera que detener un asaltante. ¿Se puede pensar un policía golpeando la puerta, preguntando si está y dándole una hora para “prepararse” al buscado? La sospecha es que ese tiempo que sirvió para que llegaran los abogados pudo haber sido usado para alterar las pruebas. El procedimiento estuvo plagado de irregularidades.
El ex juez Marquevich denuncia que fue sometido al Consejo de la Magistratura y destituido por haber detenido a Ernestina Herrera de Noble en esta causa. Y cuenta que durante el juicio político los directivos de Clarín se mostraban a sus anchas hablando y operando con la mayor parte de los miembros del jury.
La gaffe de los abogados de Ernestina muestra la creencia en la impunidad peremne.
Pero hay otro inconciente que también se develó en otro fallido, Mauricio Macri descartó matar a los trapitos de Capital Federal. En una entrevista de Nelson Castro, ante la requisitoria del periodista de que su propuesta de penalizar la actividad de los cuidacoches no contemplaba una solución de fondo (de una problemática social que requiere contención, trabajo), Macri se defendió, - Bueno Nelson, no podemos matarlos.
Por ello Macri no puede darle una solución de fondo al problema.

Instituciones
La meneada institucionalidad está seriamente puesta en duda. Pero no por mirar cómo falla algún juez, sino precisamente por lo contrario, por tolerar la connivencia entre el poder económico, político y judicial.
Está puesta en duda no porque se de o no quórum en el Congreso, sino por la presidencia de una Cámara que apela a medidas persecutorias.
Está puesta en duda por un vicepresidente que sirve con fruición a esa “oposición” mandadera de los dueños de la Argentina.
Ellos, los dueños, suelen utilizar la “institucionalidad” de pretexto pero como en el psicoanálisis a veces muestran lo que verdaderamente los motiva.