miércoles, 24 de diciembre de 2014

Pactada de antemano

En Página 12 del domingo 14 de diciembre apareció una nota de Emmanuel Álvarez Agis, viceministro de economía, titulada “Desafío superado”. En ella Álvarez Agis explica cómo el gobierno nacional atravesó con éxito el pago anticipado y voluntario del Boden 2015. Básicamente, ante insistentes versiones de que los bonos que vencen 2015 no se pagarían, el gobierno realizó un operativo ofreciendo cancelarlos anticipadamente: sólo 2% adelantó su cobro.

¿Qué tiene esto de bueno? Que despeja la incertidumbre, si había tenedores de bonos que dudaban, esto les da mayor seguridad, pone un techo a las tasas de interés que enfrenta el país y mejora las expectativas. Las expectativas tienen un rol muy importante en la inversión y en la economía en general.

A continuación el viceministro se dedica a responder dos críticas de la prensa hegemónica: por qué no se suspendió este canje y la acusación de que estuvo mal gestionada. En cuanto a la primera sostiene que hubiera sido una señal muy negativa suspender la operación, en cuanto a la segunda realiza una descripción que merece ser detallada.

“En la prensa escrita y en algunas redes sociales se leen críticas que argumentan que la operación no estuvo ‘pactada de antemano con los inversores’ o que ‘el Gobierno no tenía arreglada la colocación’. Resulta sorprendente que estos argumentos no escandalicen a la prensa y a la opinión pública. ¿Qué significa pactar una operación por 6700 millones de dólares de antemano?”

Álvarez Agis pone la lupa, como tantas veces ha ocurrido con el kirchnerismo, en un hormiguero que habíamos naturalizado pero cuyas consecuencias no se nos olvidan. Los negociadores de la deuda, el ciclo de la deuda eterna, las misiones del Fondo Monetario Internacional y la pléyade de chupamedias que los cortejaba con enorme festejo mediático, todo eso, todo ese circo que fundió el país, toda esa élite que se la robó toda, que prohijaron, seguramente, el mayor proceso de corrupción de nuestra historia, ellos, pactaban las operaciones de antemano. Decir qué es pactar la operación de antemano parece una redundancia.

Como sostiene el viceministro esta crítica es “una confesión de parte”.

Recorrer la habitualidad en tantas zonas del Estado, gestionadas por “especialistas” de los dos lados mostrador, esos funcionarios que vienen de la actividad privada, gestionan un tiempo algún área del Estado y luego, ante su eventual salida, son inmediatamente recibidos con honores en ese mismo ámbito, ese tipo de situaciones que fueron (y en parte son) tan frecuentes es también algo a desnaturalizar.

Son situaciones que están en todos los niveles del Estado y que empiezan a desencajar cuando se recupera la política, cuando la participación popular aparece en escena.

Dos escenas cercanas que seguramente van a resultar familiares al lector del gran Mendoza:

1. La Municipalidad de Capital sancionó una Ordenanza “de convivencia” donde regula cada uno de los usos del espacio público. Hay que pedir permiso hasta para jugar al fútbol en la calle. Viola todos los derechos que garantiza nuestra Constitución Nacional. ¿Quién la hizo? Un grupo de concejales del que el lector no puede nombrar dos. Cero participación popular. Urge su derogación.

2. En la misma ciudad de Mendoza se reactivó la construcción de un shopping a dos cuadras del kilómetro cero. El concejal a cargo de la intendencia lo decidió, cero participación popular. Si la ciudad es un caos de tránsito total hoy asusta imaginar lo que será con este centro funcionando.

En cada instancia de nuestra vida social aparecen innumerables ejemplos donde la aparición de la política y la participación desnaturaliza zonas cooptadas por poderes fácticos que ya “tienen las cosas pactadas de antemano”.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Por qué la confesión

El senado estadounidense presentó un informe muy impresionante en que da cuenta de cómo la CIA torturó a lo largo del mundo. La noticia es bien conocida y ha tenido amplias repercusiones.

El enorme impacto no se debe a ninguna revelación de hechos insospechados sino a la confesión de parte.

Resulta muy difícil entender la lógica de la publicación del informe. Por lo pronto no parece un hito que implique que van a cambiar los métodos de política internacional. Sin embargo me parece que no es cuestión de archivar el expediente sin más como un gesto cínico más en la historia del imperio. Con palabras se construyen cosas sostenía el título de un viejo libro de semiótica y confesar semejantes aberraciones no es gratuito.

Varias líneas de reflexión se disparan.

1- Las derrotas de Obama

Parece que alcanza que Obama declare un objetivo, una política, una intención, para que los sectores que abiertamente se identifican con el poder real le tuerzan la mano. Desde anuncios de retiradas de tropas en Irak o Afganistan, cerrar Guantánamo, los planes de salud, la reforma migratoria hasta este mismo caso en que luego del anuncio del respaldo presidencial a la difusión del informe, los responsables de la CIA anunciaron que no habría castigos.

Esta debilidad recuerda el apoyo inicial que Obama brindó a la Argentina en el caso de los reclamos de los fondos buitre pero que luego cambió a prescindencia cuando apareció Griesa. Mi lectura es que allí también el sector financiero buitre le dobló el brazo al presidente.

En esta clave hay una tensión entre una parte de lo que Eisenhower llamó el complejo industrial militar, sumado a las agencias de inteligencia, con sectores de la política, incluido quizá el Departamento de Estado.

2- Las implicancias en política internacional

Uno de los grandes temas del mundo actual, seguramente el más trascendente en términos geopolíticos, es qué tanto puede hablarse de hegemonía estadounidense. El imperio ve por primera vez en décadas cómo su primacía mundial comienza a verse amenazada en distintos campos. Sus respuestas hacen hablar a muchos analistas de una especie de retorno a la guerra fría. Las sanciones económicas a Rusia y la actual caída en los precios del petróleo parecen corroborar la idea de que Estados Unidos ha decidido un “ataque” a ese país por medios no bélicos (aunque sí incluyendo el enfrentamiento militar en otros escenarios como Ucrania o Siria).

En un contexto en que John Kerry, el encargado de la política exterior, necesita recorrer continuamente el mundo para sostener frágiles sistemas de alianzas, el hecho de reconstruir un imaginario al que apelar les urge.

Es decir, necesitan recuperar su excusa favorita: decir que tal país viola los derechos humanos. Con muy poco tiempo de diferencia el Senado norteamericano presenta este informe y “sanciona” a líderes venezolanos por supuestamente “violar los derechos humanos”.

Con todo derecho ud., lector, dirá: -sancionan a Venezuela por encarcelar a un tipo que generó decenas de muertos y cometió delitos que abarcan medio código penal, con toda la protección legal y en el marco del estado de derecho y Estados Unidos confiesa que tortura de la peor manera, en cualquier parte, sin respetar ninguna soberanía ni derecho de ningún tipo de sus prisioneros... ¿cuál es la equivalencia?

Claro que ud. ya sabe la respuesta: ninguna.

Pero eso no es nuevo, el doble estándar no es nuevo.

Lo cierto es, me parece, que en el tembladeral de su hegemonía les sirve generar al menos la simulación de que ellos “cuestionan” cualquier violación de Derechos Humanos, en un sistema –su sistema- que funciona con pesos y contrapesos.

3- El Estado terrorista

Los argentinos sabemos de primera mano que un Estado terrorista genera un conjunto de consecuencias tan enormes que no se agotan un escenario. La legitimación a las torturas por parte de la CIA no es un problema ajeno al asesinato de afroamericanos a manos de la policía.

Se aplica aquí, en sentido inverso, el apotegma de que la política exterior es una prolongación de la política interior. Validar las torturas en terceros países va de la mano con la feroz conculcación de libertades que aceptaron los mismos ciudadanos estadounidenses desde el 11 de setiembre de 2001.

La publicación del informe puede, entonces, verse también como una reacción al descontrol de sus organismos policiales, o mejor, a la rebelión de los negros.

4- En pleno desarrollo

Así se encuentra el debate mundial acerca de si el orbe se ordenará de acuerdo a algún sistema de derecho o a una jungla con nula regulación. Nuestro país, con el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner, es una referencia mundial poco valorada internamente, una vanguardia en la lucha por un mundo de paz, justicia y derecho. Los planteos de la presidenta en cada uno de los foros internacionales siguen cuidadamente esta línea. Una línea de política exterior que puede sostener porque para adentro también muestra una defensa y promoción de derechos humanos como no habíamos conocido en nuestra historia. Comparar este programa de Cristina con las insinuaciones de candidatos presidenciales opositores sobre Derechos Humanos es imposible, pertenecen a distintas dimensiones.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Carencias intelectuales

El 14 de noviembre murió Tulio Halperin Dongui, en palabras de Felipe Pigna, el más destacado historiador argentino.
Como suele ocurrir, hubo distintos recuerdos en los medios. Uno de ellos en la Televisión Pública. Cristina Mucci lo recordó mediante una entrevista de hace unos años.
Allí, un diálogo que transcribo como mi memoria me permite discurría más o menos así:
Mucci: Ud. sostiene que los grandes problemas argentinos parten del ’30...
THD: Sí, efectivamente. Lo que ocurrió es que allí, con el golpe del ’30, se inició una represión terrible, una agresión innecesaria a los radicales, por parte de quienes luego los necesitarían para conformar un mismo bloque.
Sabido es que el texto difícilmente refleja el gesto. El gesto de THD luego de decir lo anterior fue de notoria incomodidad, acompañado con una leve tos.
Me pareció un tremendo disparador para pensar varias cosas.
Primero, la vigencia de un antiperonismo que se ha reactualizado de modo anacrónico. Esa herencia se inserta en el debate político del presente en articulación con un sistema mediático de construcción semiótica que no conoció el mismo Perón.
Un segundo elemento es que la frase ilustra una infrecuente concepción sociológica de lo político. La idea es que los candidatos, los partidos, más allá de su voluntad, reflejan una realidad social que los excede. Hay un “bloque” al que se incorporó el radicalismo en los cuarenta y eso que fue el gran asunto político argentino en los cincuenta y sesenta prolongó su presencia hasta el golpe del ‘76. Frondizi rompió, en los hechos, el mecanismo, pero la proscripción que exigía la conducción de ese “bloque” continuó.
THD habla de un bloque pero se ruboriza cuando lo nombra. Estas líneas no entrarán en el análisis profundo de la obra y el pensamiento de un historiador erudito e intelectual relevante de la Argentina. Pero vale la pena vincular ese bloque, la potencia y la vigencia de ese bloque con el conjunto de hechos que hace que THD sea el historiador preferido de la academia, el emblema con el que los historiadores de cuchitril arremeten contra los que publican para el público masivo y contra las distintas versiones del revisionismo.
La academia no está demasiado dispuesta a que la plebe discuta sus saberes. El “bloque” no está demasiado dispuesto a que nadie cuestione sus privilegios. La academia sabe bien cómo armar un jurado o una camarilla, al “bloque” nunca le falta un juez que ponga en caja cualquier desaforada pretensión.
Y dos cuestiones más, dos ausencias.
Una, la falta en las derechas actuales, grosso modo, “el bloque”, de referentes intelectuales de fuste. En ese sentido es muy de lamentar que Halperin Dongui no participe más del debate de la actualidad. Claro que no podrá ser reemplazado por Luis Alberto Romero, grosero y ramplón propagandista, que comparte con Alejandro Rozitchner un indicio que sería injusto y preocupante generalizar pero que indicaría que las generaciones subsiguientes no llegan a la altura de los antepasados. Ni José Luis Romero ni León Rozitchner tienen por qué cargar con las pavadas de sus hijos que sí aparecen como intelectuales de las derechas vernáculas.
La otra gran ausencia es la del relato. Las derechas no tienen relato más que el relato Clarín. Relato no es como dicen los pregoneros del monopolio un “verso”, relato es argumentar la posición, explicar cómo interpreta el actor la historia y el presente y qué propone para el futuro.
Las derechas hacen explícito el relato genocida de Clarín, ese que tiene como objeto del escarnio a la presidenta y a todos los que la defiendan pero no tiene, o calla, un discurso para explicar el país. Por eso son mejores los Lanata o los Tinelli que los historiadores.
“El bloque” se caracteriza en Argentina al menos desde los setenta por ser chato, rentista, parasitario y sanguinario.
Cuando este sábado 13 de diciembre Argentina celebre en Plaza de Mayo los 31 años de recuperada la democracia no estará demás recorrer estas cuestiones.

martes, 2 de diciembre de 2014

Una ciudad en retroceso

El concejal que asumió la intendencia en reemplazo de Víctor Fayad en la Ciudad de Mendoza, Rodolfo Suárez, fuerza un bienvenido debate.

Sus medidas, en un mar de argumentos falaces, proponen cambios profundos para la vida de cientos de miles de mendocinos que viven o transitan por ella.

La sanción del “Código” de convivencia urbano entre sus primeras medidas de gobierno muestra el perfil que pretende imprimir a su gestión: represivo, profundamente autoritario, senil. Al mismo tiempo privilegia el negocio inmobiliario en una ciudad sin planificación y sin equidad social. Conforme al posicionamiento político que debate su partido, representa el modelo Macri. “Orden” y negocios.

Las comillas sobre orden tienen que ver con que esa es una promesa de las derechas que nunca se cumple. El imposible deseo de acallar al otro, someterlo de tal modo que no lo percibamos, que no nos moleste. El intendente no termina de percibir que en democracia no se puede. En dictadura tampoco pero esa es otra discusión.

Como decía el profesor Waldo Ansaldi, historiador argentino, “¿qué es lo contrario de orden? Otro orden, no el desorden sino otro orden”.

En este caso la apelación al orden de Suárez es una impostura, una mentira. La Municipalidad ha fracasado con todo éxito en cada uno de sus intentos. El tránsito es un caos de magnitud nunca vista. Los agentes municipales agreden a los músicos callejeros mientras frente a ellos hay descomunales taponamientos de tránsito. La parte positiva es que no se meten en el tránsito porque cada vez que lo hacen empeoran la situación.

La Municipalidad ha recibido fondos nacionales que le permitieron renovar el asfalto como no se hacía en décadas. ¿Lo planificó? Perfectamente. Estudió el modo de cortar calles de manera tal que colapse totalmente la ciudad. Por ejemplo, hay recursos para asfaltar diez cuadras, entonces, uno que apela al sentido común y a elementos fundamentales de geometría piensa que cortarán una calle y asfaltarán diez cuadras... Error, la Municipalidad corta diez calles distintas. Mejor, todas en la misma zona. Colapso total.

Ahora, cuando tienen que justificar el Código autoritario, ¿qué dicen? Que los que protestan no pueden cortar una calle... Si los piqueteros aparecieron en Argentina cortando rutas y calles, ¿quién es el mayor piquetero en la Ciudad de Mendoza? Por supuesto, su intendente.

Suárez hace ostentación de una carencia total de mirada urbanística. Da pavor pensar las consecuencias que puede tener la rehabilitación del Shopping de Maristas. Pero el modelo Macri es así: la mejor planificación es el mercado, los negocios inmobiliarios.

Mientras tanto la zona oeste de Capital sigue carente de infraestructura, plan, políticas sociales, promoción económica y, en general, una atención acorde a las posibilidades de la Ciudad.

El caso del “Código” excede largamente cualquier discusión municipal. Con la pretensión de “regular el espacio público” restringe e impide derechos constitucionales básicos: La libertad de expresión, la protesta, el ejercicio de toda industria lícita entre muchos otros. La idea es: cualquier cosa que ud. quiera hacer en la ciudad, tiene que pedirnos permiso a nosotros. ¿Y qué criterio aplicarán para autorizarte o no? No lo dicen, lo que les parezca. Una discrecionalidad impropia del liberalismo que dicen representar.

La gestión de la ciudad siempre pone de manifiesto la concepción ideológica subyacente. Quizá como pocas tareas políticas, la administración municipal expone cuál es la concepción del hombre, la idea de ciudadanía, la idea acerca de la participación, la inclusión y la igualdad.

Suárez ya mostró las suyas. Una ciudad autoritaria, desigual, sin participación, abierta a los negocios inmobiliarios que impidan cualquier plan y cualquier política inclusiva.

El modelo antagónico no está formulado. Pero en eso estamos.