domingo, 19 de marzo de 2023

La mafia es una gran montaña de mierda

 La mafia es una gran montaña de mierda que pudre a toda la sociedad que la acoge.

Peppino Impastato



Por Carlos Almenara


Rocco Carbone es uno de los principales intelectuales del presente. Sus trabajos sobre la “mafialización” del Estado argentino deberían marcar una ruptura epistemológica. Una reciente entrevista al investigador nos permite reconocer algunas conceptualizaciones imprescindibles para desentrañar los comportamientos de diversos actores institucionales, políticos, económicos y sociales en el país.


Las ciencias sociales en general, disciplinas como Sociología, Ciencia Política, en particular, abordan problemas como el Estado, la división de poderes, la representación; estos conceptos pocas veces han sido cruzados con la compleja cuestión mafiosa.


Para Carbone la paradoja del “Estado ilegal” sirve para pensar la mafialización del Estado argentino. Es una paradoja pues contiene una contradicción insoluble, si el Estado es la máxima representación de lo legal, si es la fuente de lo legal, de lo lícito y de lo ilícito, ¿cómo puede convertirse en un actor ilegal? Efectivamente, eso ocurre cuando está inficionado por la mafia. Ese es, precisamente, el principio de la mafiosidad en el Estado, el empalme orgánico y sistemático, de lo legal y lo ilegal, donde se institucionaliza la criminalidad. Esto ha acontecido en la Argentina.


Desde la filosofía marxista, el Estado es un órgano de dominación que nace de la necesidad de controlar los antagonismos de las clases sociales. Cuando la clase económicamente dominante se hace del Estado se vuelve también políticamente dominante. En las sociedades burguesas, modernas, el poder político es la expresión del antagonismo de clases. Cuando hablamos de mafia referimos organizaciones criminales complejas, nacionales, transnacionales e intercontinentales. Las mafias pueden ser organizaciones más poderosas que los Estados. Sin embargo, la condición mafiosa y la condición estatal son concurrentes, mafia y Estado se parecen. La mafia está estructurada con la misma lógica de la estatalidad. son instituciones complementarias.


Las mafias son organizaciones gentilicias, se organizan alrededor de familias naturales, de un “padrino”, un boss, que articula un orden patriarcal violento mafioso, a partir de ese núcleo agrega miembros. El Estado también tiene sus mecanismos de agregación colectiva. Tiene impuestos, la mafia también. En los territorios que controla, la mafia cobra por “protección”, por favores ilícitos. Otra condición de la estatalidad es la instalación de un poder público de tipo violento, ejército, policía, y luego otras formas de control como burocracia, clero, y demás, el Estado monopoliza la violencia; la mafia también, es su herramienta fundamental.


En definitiva, si el Estado no activa mecanismos para contener al poder mafioso, el poder mafioso lo coloniza. Es lo que está pasando en Argentina.


Para Carbone la conceptualización del Estado mafioso no es una tarea académica sino un esfuerzo colectivo de la organización popular, social, militante. “Cuando hablamos de mafia no hablamos de un sicario que mata muy violentamente a otra persona, sino de organizaciones complejas, criminales, que cuando despliegan algún delito, un crimen, en realidad están desplegando poder”. Por eso, el interés de reconocer el fenómeno es exterior a los claustros, corresponde al universo de las calles. Es la praxis, la acción política, la que requiere que los sectores populares identifiquen con precisión las lógicas y reconozcan dónde las mafias han colonizado el Estado y el territorio.


Lamentablemente la extraordinaria filmografía hollywoodense ha construido una mirada romántica del capo mafioso, que puede confundir a sectores de la población. En contraste con esa imagen idílica, Rocco Carbone ha recuperado recientemente la figura de Peppino Impastato. Su historia, su vida, su ejemplo, sobre quien, entre muchxs otrxs escribió Sandra Russo, muestra un muchacho que se revela contra su familia mafiosa para convertirse en un militante revolucionario, un activista cultural tan molesto que terminó asesinado por esa misma Cosa Nostra. Pocos como él pueden decir, con tal conocimiento de causa, que aquella imagen hermoseada de Cóppola en “El Padrino” nada tiene que ver con la montaña de mierda a la que las mafias someten a los pueblos que infectan.


ENTREVISTA A ROCCO CARBONE

https://archive.org/details/entrevista-rocco-carbone-100323


Sandra Russo sobre Peppino Impastato

https://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-163513-2011-03-05.html