lunes, 28 de noviembre de 2022

El mejor homenaje


 Por Carlos Almenara

El domingo 20 de noviembre a la mañana nos dejó atónitos la noticia de la muerte de Hebe de Bonafini.

La primera reacción, predominante en quienes la queremos, fue de expresiones sumamente escuetas, austeras, en las que el dolor se reflejó introspectivamente.

Resulta una figura demasiado grande. Elaborar el duelo llevará mucho tiempo.

No demoraron los festejos descarados de quienes la hubieran matado si hubieran podido, como sus ancestros culturales le secuestraron sus hijos. Hebe siempre contó con eso. Contó con que la persiguieran, con que le pegaran, con que la calumniaran, con que quisieran encarcelarla, con que le armaran causas judiciales. Nunca esperó otra cosa de ellos. Los miró a la cara y se los dijo con la mayor desfachatez.


 Represión en Plaza de Mayo. Diciembre de 2001.

Para los criminales al servicio de la oligarquía argentina, quienes gobernaron el país con la dictadura, con Menem, con De La Rúa, con Macri, y condicionaron a todos los gobiernos, eso resulta inaceptable.

Por eso la odian como a nadie (o como a pocas).

Celebraron. Abiertamente. Sin tapujos. Esa sí es una especificidad de época, la exhibición sin inhibiciones de la criminalidad de la derecha.

Para ella era fácil enfrentarlos. Uno de los misterios. A nosotros nos resulta tan cuesta arriba... Nos envenenamos, queremos emparejar la balanza inmediatamente. Ella, imperturbable, le metía. Ni los atendía. ¿Cómo hacía?

También en honor a aquella actitud de Hebe, no haremos un recorrido por los improperios de los miserables.

Hablar de Hebe es difícil en varios planos.

Este es el primero, es para valientes.

Una salida lateral a esta dificultad es edulcorarla. Hacerla ser lo que no es, decir lo que no dice. Representar lo que no representa. Sea por ignorancia o mala fe. La más reciente de estas falsificaciones fue el pésame presidencial. Quien conozca, al menos de lejos, el recorrido de las organizaciones, jamás podría confundir Madres con Abuelas. Entendería que la Asociación Madres lo considere una afrenta. Decir esto, no es decir nada contra Abuelas, aspecto que Hebe siempre trató con suma prudencia, pero confundirlas, mezclarlas y siendo presidente… y diciéndose quien se dice... Este es otro plano de dificultad, para hablar de Hebe, primero hay que saber, conocer su pensamiento y trayectoria.

El jueves 24 se esparcieran sus cenizas en la Plaza de Mayo, ya está fecundando la plaza del reclamo popular. Ya está en el aire de cada una de las luchas. Por eso, es tiempo de hablar de Hebe, o mejor: dejar que hable Hebe.

Por suerte, Hebe tiene opinión, análisis y propuesta para cada uno de los temas del presente. El desamparo crecerá cuando no esté para describir las novedades esa intelectual brillante que podía pasar de cocinar un puchero a resolver el más intrincado problema político.

Hebe, tan igual en tantas cosas a la mendocina María de Domínguez y a la mayor parte de sus compañeras, quienes ponen el cuerpo como nadie, con una solidaridad, una empatía desbordante, una generosidad…

Hebe tiene tanto para decirnos… Muy pocas personas conocen lo mucho que hay para descubrir con sus dichos y con su obra.

Uno de los orgullos que exhibiremos a la hora del balance es esta entrevista que le hicimos el 8 de mayo de 2020 en el programa radial Temprano para Imposibles de FM La Mosquitera. Son 28 minutos a los que no les sobra ni uno.

https://archive.org/details/entrevista-a-hebe-de-bonafini-080520

El pensamiento de Hebe y de las Madres está reflejado en muchísimos lugares, uno de los recomendados es el sitio web y las consignas de Madres.

https://madres.org/index.php/consignas/

¿Podemos discutir a Hebe? Por supuesto. Nosotros lo haremos fraternalmente, como hacemos con alguien a quien admiramos profundamente, de quien esperamos ser dignos de llamarnos compañeros, y teniendo en cuenta que la mayor parte de las ocasiones en que discrepamos el tiempo le dio la razón a ella.

El mejor homenaje será escucharla. Tenemos aprendizaje para rato.