jueves, 23 de julio de 2020

Conversando con Alberto en el campo de tiro

Imagen: Infobae.
Por: Carlos Almenara*

Por estos días se discute sobre la convocatoria de Alberto Fernández a empresarios, dirigentes sindicales, las ausencias y lo que se ha llamado “fuego amigo”.

Quiero referirme a las condiciones de posibilidad de un diálogo.

No voy meterme con los hechos y los dichos que generaron el debate, más allá de la singularidad histórica que se evidencia en la imposibilidad que Hebe se equivoque. Esta aseveración, que parece un dogma, resiste cualquier procedimiento científico de falsación.

Me interesa, en cambio, pensar en torno a qué tan posible es desarrollar una argumentación racional, aspirar a la persuación, disponer la escucha, en el marco en que se plantea la lucha política en Argentina, hoy.

No inventamos ningún objeto de estudio. El tema es la deliberación. Reconocido como esencial a la democracia, ¿dónde discutimos? ¿Dónde se dirimen ideas y proyectos? ¿Cómo se los discute?

Si hacemos caso a Bernard Manin estaríamos en estos tiempos en una “democracia de audiencias” en que los sets de televisión tienen un rol central. Este concepto de Manin es previo a la difusión de las redes sociales.

El lugar en el que se discute y en que los dirigentes políticos toman posición sobre los distintos temas de la sociedad ya no es el seno de la organización partidaria, no es el Parlamento, es el estudio de televisión.

Claro, esto en teoría. Esto cuando el mundo no estaba en guerra y desarrollado por teóricos que no contemplaron el grupo Clarín. Cuando esas variables se incorporan, el resultado es adefesios como la entrevista de Diego Leuco y María Laura Santillán a Santiago Cafiero.


Repasar la entrevista es impactante. Los dos personajes que aparecen frente a la pantalla de una señal del monopolio que concentra el 60% de las audiencias acusan al jefe de gabinete de encubrir un crimen político de la vicepresidenta. Con perfidia, insinuaciones, sin ninguna prueba de nada.

Hay gente de este tipo que se para frente a la pantalla y que no está en Clarín pero merecería estarlo.

Es el caso de Cristina Pérez. Es conocido el brulote de la presentadora macrista que fabricó un incidente. Y es conocido, porque lo hacen para eso, para reproducirlo en todo el sistema de propaganda macrista y erosionar al gobierno.


El miércoles 22 se produjo un nuevo incidente. Viviana Canosa adujo que había recibido un mensaje del presidente que “le hizo temblar las piernas”. No mostró el mensaje. Clarín se hizo una fiesta. También deberíamos verla pronto en alguna de las ventanillas del monopolio. Ver acá.

Un par de días antes Canosa había agredido rociando con alcohol a Aníbal Fernández. 


No fue un acto aleatorio. En las redes los trolls nazis, que trabajan en sintonía con los trolls de la pantalla, lo expresaron enseguida: faltó el fósforo. Denuncié a la cuenta de Twitter de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual la maniobra.

Por supuesto, apuesto doble contra sencillo que Miriam Lewin no se ocupará del caso.

Esto es un botón de muestra. Algo que cada uno de los y las lectoras conoce de sobra. Un texto que no debí escribir, que debió resultar innecesario.

¿Y Alberto? Él, más que nadie.

¿Cómo, entonces, puede cometer el error de quedar “servido” para que la Canosa y Clarín se hagan la fiesta?

Ya desde el año pasado, antes de ser electo, Alberto anunció que para él no había guerra. Ni con Clarín ni con otros enemigos. A veces pareciera que ha decidido entrar caminando plácida y distraídamente al campo de tiro.

Cada cosa de diga o haga será tergiversada, pervertida, falseada. Es un gran riesgo para todo el país. Por muy sincero, comprometido y bien intencionado que sea, eso no tiene nada que ver con la cuestión. La comunicación requiere un piso de buena fe, requiere que las palabras que enuncio tengan el significado que tienen y no que sean alteradas con malicia.

Y no se puede conceder un poquito. Como entiende cualquier estudiante de hermenéutica filosófica en su primera clase, si usted acepta algunos postulados de una teoría le será muy difícil rechazar el resto. En el caso, el rechazo a Clarín debe ser cabal o la rendición será cabal.

No existe comunicación posible con el mundo Magnetto. No depende de la decisión voluntaria del caminante del campo de tiro.

Para hacer más complejo el problema, la alianza política de gobierno no puede prescindir de la comunicación, de la discusión pública. Lo resolvió magistralmente Alberto en un reciente reportaje.

Se habló de “fuego amigo”. Ya sabemos, que son cuidadosos en la semántica que utilizan para causar daño. Como dice Alberto, hay distintas miradas. Hay discusión, y, por qué no, pulseadas.

Del lado nacional y popular de la vida, el que, objetivamente, aglutina al 95% de las argentinas y argentinos, funciona la comunicación, se discute, se habla, se pugna. Con toda la vivacidad de la democracia.

Con Magnetto, Macri, Bullrich, los agentes de la derecha israelí, no. No hay discusión, hay guerra.

Circule por donde quiera, elija los amigos que desee, presidente, pero cuídese, por favor. Si entra al campo de tiro, póngase el casco. No sólo usted corre riesgo.

*docente y periodista, Mendoza, Argentina. Autor de El Faneróscopo de Eliseo. La máquina semiótica del grupo Clarín.

sábado, 4 de julio de 2020

Feudalia ya fracasó



Por: Carlos Almenara*

Los argentinos tenemos que ocuparnos reiteradamente de personajes que cometen delitos frente a cámara y padecer que ello se naturalice como lo más normal del mundo. No son cualquier tipo de delitos, corresponden a los que usa la derecha para las operaciones de manipulación de la opinión pública.

Un caso reciente es la flagrante violación al artículo 226 bis y 226 del Código Penal que realizó el ex gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo.



Así lo decía, plácidamente, en los medios macristas



¿Cómo le fue a Cornejo como gobernador?

Todos los indicadores objetivos son desastrosos.
  • El PBG (Producto Bruto Geográfico, el “tamaño” de la economía de la provincia) cayó 6%. El producto per cápita cayó mucho más.
  • El desempleo creció 150%.
  • La deuda pública creció 400%. Además pasó de estar nominada en pesos a dólares, locura que concluyó con su heredero, Rodolfo Suárez, declarando el default.

Mientras aplicaba las políticas que produjeron esos resultados, Cornejo no tenía ninguna pretensión autonomista, al contrario, humilló la provincia poniéndola al servicio del vendepatria. Tan servil fue que le regaló una mina de oro a Macri. Ojalá estuviera haciendo uso metafórico del lenguaje.



No fue el único caso. Intentó entregarle “La Remonta”, 100.000 has. del mejor campo mendocino, además del agua (la clave en el desierto) para los emprendimientos paperos (exótico en la zona) que tienen con titular figurativo a los Calcaterra.


Es decir, Cornejo, además de disciplinarse políticamente al proyecto más centralista de la historia, de arruinar la economía mendocina en aras de un partidismo político, entregó parte de las riquezas más preciadas del patrimonio de todos los mendocinos como sobornos –vaya a saber a cambio de qué- al clan Macri. No al Estado Nacional, a la familia Macri. Uno tiene ganas de parar el mundo hasta ordenar estos hechos insólitos. Todo esto es información pública.

Pero eso no es lo peor que hizo Cornejo.

Más trágica aún es la violación sistemática de las garantías y derechos constitucionales, el avasallamiento de las instituciones.

Una Legislatura convertida en escribanía, que le votó todo lo que quiso, le permitió nombrar más jueces que nadie antes. Más de un tercio de todos los jueces de la provincia de Mendoza fueron nombrados por Cornejo.

Este miércoles su heredero, Rodolfo Suárez, hizo jurar a escondidas, en un “acto privado y sin anuncio previo” a María Teresa Day como miembro de la Suprema Corte provincial. El sigilo tiene que ver con que el nombramiento está judicializado y se concretó en una bochornosa sesión legislativa sin participación opositora. Day no reúne los requisitos que la Constitución de Mendoza exige para el cargo. No fue impedimento. Con Day consiguen la mayoría partidista automática, completamente subordinada al Poder Ejecutivo.

Párrafo aparte merece la renuncia del anterior presidente del tribunal a quien presionaron con carpetazos y aprietes públicos del gobernador. Era un radical, lo que muestra que no es una cuestión de afiliaciones.


Resulta imposible hacer un racconto exhaustivo de todos los atropellos institucionales de Cornejo. Van desde criminalización de la protesta social, carpetazos a sindicalistas y políticos opositores, persecución política, secuestros y torturas, como las que padeció Nélida Rojas y su familia, despido de educadores por publicaciones en su Facebook personal, tratar de soretes a los periodistas (no mereció ningún comunicado de FOPEA, ADEPA ni SIP), hasta lo que al lector se le ocurra que pasa en un territorio saqueado, empobrecido y feudalizado.

Trabajadores municipales hambreados y reprimidos
Trabajadores municipales hambreados y reprimidos

Hoy la provincia está quebrada, no ha pagado el aguinaldo de sus trabajadores, la Justicia está cooptada por una mafia partidista, la censura se impone en los medios masivos, la corrupción se extiende de la mano de la impunidad a todas las áreas de gobierno, hay fundados cuestionamientos a la palabra pública y se sospecha que hay circulación viral que es ocultada por el gobierno.

Corrupción generalizada

Para el colmo de las paradojas, lo que aduce Cornejo, en relación a incumplimientos del gobierno de Alberto en relación a la presa hidroeléctrica Portezuelo del Viento, son totalmente imputables a él. Fue Cornejo quien no hizo los estudios ambientales correspondientes, fue Cornejo el que generó una situación insostenible con el resto de las provincias de la cuenca, y, fue Cornejo, el que junto con Macri, no pusieron un peso para la obra, todo lo que hicieron fue dejar papelitos firmados, que, de eso, saben un montón. Es ahora Alberto quien tiene que poner la plata.

Es todo lo contrario de las bravuconadas propagandísticas. Mendoza está en una decadencia económica, política, judicial, comunicacional irreversible si no es salvada por las reservas democráticas de las fuerzas nacionales y populares.

Necesitamos que la Nación intervenga para rescatarnos de estos tiranos decadentes.

Cuando sentimos que las palabras no alcanzan para explicar la realidad suelen acudir en nuestra ayuda los artistas. Es el caso de Les Luthiers, que hicieron, hace años, un himno para los desvaríos de Cornejo.



*docente y periodista argentino, de Mendoza.