domingo, 4 de mayo de 2014

Todos presos

Todos presos

Por: Carlos Almenara
c.almenara@hotmail.com
4 de mayo de 2014

En el paroxismo de la utopía reaccionaria resurgieron, casi transversalmente al sistema de partidos, voces que piden retornar al servicio militar obligatorio para los jóvenes pobres.
Los argumentos giran en torno a que el servicio militar “formaría carácter en los jóvenes y los disciplinaría”.
Lo dicen en los estudios de televisión frente a cámara y no les da vergüenza. Sobre todo lo dicen en los estudios de televisión.
Se “naturaliza”, lo hacen parecer normal, razonable, pero no es natural.
Es una aberración, es una propuesta antijuridíca y heredera del pensamiento de la dictadura.
Hay países que tienen servicio militar obligatorio. En los países desarrollados predomina el servicio militar voluntario. El Ministro de Defensa sostiene que la voluntariedad ha mejorado la capacitación de los soldados y la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas. Se puede discutir si es mejor de ese modo o que sea voluntario pero basado en razones de la defensa nacional.
Plantear que el servicio militar sea para formar el carácter es un modo “elegante” de proponerle a la sociedad mandarlos a todos presos. Todos presos. Todos custodiados.
No hace falta profundizar en lo mucho que semejante idea discrimina porque todos no son todos, son los jóvenes y de ellos, los pobres.
Y no se andan con chiquitas. Ahora, proponen mandar presa a toda una generación.
¿Ud. quiere saber cuál fue la lógica de dictadura?
Ésta. La desaprensión radical de la suerte del otro. De los derechos del otro.
Estos discursos niegan cualquier empatía con los jóvenes pobres a los que cosifican. Peor, los consideran una amenaza andante a la convivencia del “pueblo sano”.
¿Hay gente interesada en “disciplinar”, en “formar carácter” en sectores juveniles? Está muy bien: deben apoyar el Plan Progresar. El plan que ayuda a cientos de miles de jóvenes a estudiar. Pueden pedir más recursos para ese plan. Pueden controlar que los recursos existentes se gasten bien.
Ese es un proyecto para “disciplinar” a los jóvenes, un proyecto de inclusión educativa.
Este loco debate pone una vez más el acento en cómo la discusión pública está contaminada por una naturalización, “medios mediante”, del programa de las derechas.
No viene sola, está acompañada de toda una panoplia de argumentos ajustistas y privatistas.
Como los argentinos sabemos bien, esa sopa nunca se sirve sin el condimento de más represión. Todo lo que digamos contra las salvajadas de la derecha es útil para enfrentar la crueldad que saben exponer sin reparo ni vergüenza.