jueves, 8 de diciembre de 2011

UCR: tres años tarde y fuera de foco

Carlos Almenara
c.almenara@hotmail.com

Apareció en todos los medios la discusión generada durante el último intento de Convención Nacional de la Unión Cívica Radical.
Pudo apreciarse cómo un grupo de militantes tildaba a otro de “gorilas”. Cómo Moreau imprecaba a Morales responsabilizándolo de varias cosas, entre otras hacer “antikirchnerismo bobo”.
Hemos visto en redes sociales sentidas afirmaciones del progresismo del radicalismo, lamentándose de su dirigencia.
Hemos visto al intendente de Pergamino, actor importante para reclamar contra las retenciones, pronunciarse a favor de la distribución de las ganancias empresarias entre los obreros. Esto último es demasiado, pero sirve como ejemplo del vaciamiento de las palabras. Se usan chicanas en las luchas de poder, pero esto... bueno, demasiado.
Respecto del progresismo del radicalismo, sus decisiones orgánicas hablan por sí mismas, un desordenado, aleatorio e incompleto listado:
En contra de la estatización de las AFJP
En contra de la Ley de aumento de las jubilaciones dos veces por año
En contra de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
En contra de la Asignación Universal por Hijo
En contra de usar reservas para pagar deuda
En contra de sacarnos de encima al FMI
En contra de las retenciones
Siempre pueden decir que no, no estuvieron en contra, querían que la ley tal fuera mejor, por eso votaron en contra, pero no porque estén en contra...
Pero los hechos son esos. Votaron en contra de todo lo que podían votar en contra y de lo que no era legislativo, opinaron en contra.
Las autopercepciones, como las percepciones en general, pueden anclarse en lo que Freud llamaba “el principio de realidad” o bien pueden seguir cualquier camino, el de la alucinación por ejemplo.
Pero eso siempre es una materia polémica. Cada quién dirá qué quiere ser y deberá dar cuenta de lo que hace a los suyos. Las identidades no son eternas, todo cambia todo el tiempo.
Lo que sí resulta sugerente es por qué lo que Moreau llama “antikirchnerismo bobo” se plantea ahora, en el momento en que Alfonsín (h) tuvo un resultado electoral por debajo de las expectativas y no cuando ocurría. ¿Por qué no existió ninguna voz que planteara disidencia cuando el “grupo A” del que la UCR era animador principal parecía que arrasaba?
Es cierto, y lo sabemos bien, que es difícil hacer escuchar algunas voces. No escuchamos ninguna de la UCR en ese momento.
Pero esto formará parte de lo que radicales discutan o no.
Hay algo, sin embargo, que los excede y es un problema de la democracia argentina.
El asunto es el siguiente:
¿Por qué la UCR participó de un intento destituyente de un gobierno democrático?
Si la UCR es un partido de derecha, de centro o de... no sería imposible, bueno, eso es discusión interna, pero por qué avaló un golpe institucional es algo que tienen que explicar.
¿Por qué Cobos siendo vicepresidente votó contra el gobierno en un caso sin antecedentes en el mundo? ¿Por qué la UCR que lo había echado lo recibió como un héroe? ¿Por qué integró el “grupo A”, un grupo que sólo puede explicarse desde el intento de voltear al gobierno? ¿Por qué éste es el único gobierno nacional desde 1983 que no tuvo presupuesto, cuando los gobiernos anteriores, aún en minoría, todos tuvieron presupuesto? ¿Por qué alentó y llevó en sus listas a la patronal sojera que cortó las rutas, desabasteció poblaciones y provocó muertes de personas?
Existe un viejo truco para el engaño en partidos con aspiraciones populares que consiste en circunscribir la discusión al ejercicio de la función de oficialismo u oposición que deba sostener en ese momento. Así, la UCR propone ahora el 82% móvil a los jubilados con la misma fuerza con que antes sostuvo el recorte del 13%. Un engaño, es eso, un engaño que termina siempre en la política ficcional del neoliberalismo.
El pueblo argentino se impuso a quienes secuestran la política y en una gesta inédita sostuvo a una presidenta ejemplar. En esa gesta participó el pueblo proveniente de distintas tradiciones: peronistas, radicales, socialistas, independientes.
El pueblo evitó que se consumara un golpe institucional al estilo de Honduras. ¿Recuerdan Honduras? El presidente del Congreso “reemplazó” a Manuel Zelaya, a quien sacaron en calzoncillos del país.
Acá el vicepresidente amigo de los medios hegemónicos y las patronales sojeras iría a reemplazar a la presidenta crispada.
Esto tiene que explicar la Argentina. De esto tienen que dar cuenta varios radicales.
Por caso, el intendente Cornejo, cómo compatibiliza ser operador político de Cobos, participar en el intento de golpe y después hacer murales que hablan de derechos humanos, de democracia y otras hiervas. ¿Es razonable compartir la desestabilización con Biolcatti, reivindicar a Martinez de Hoz con Llambías y después premiar a Estela de Carlotto?
Hay cosas que explicar, hay cuestiones de interés colectivo.
Después que cada quién sea lo quiera y pueda sostener.
Siempre es alentador suponer que repensar las cosas implicará para alguien, uno aunque sea, asumir compromisos con su pueblo, superar las élites que hacen política para sí mismas y construir una interpretación social con arraigo en los que sufren. Estas causas siempre están ávidas de militancia.