domingo, 26 de diciembre de 2021

Sin presupuesto pero con lamentos

 

Por Carlos Almenara

En su primera victoria legislativa luego de las elecciones, el macrismo frustró el proyecto oficialista de presupuesto nacional para 2022. Con 132 votos en contra y 121 a favor del proyecto del gobierno, Cambiemos lideró el rechazo a la llamada “ley de leyes”.

No es sorpresa, resulta totalmente esperable toda vez que la conducción de esa entente política, mediática y judicial decidió hace tiempo encarar el camino de la sedición y no el de la participación institucional.

La vocación golpista de Cambiemos se expresa, entre otras cosas, en el fuerte componente histriónico de los agentes que encarnan el guion. Así, Cristian Ritondo marcó la posición del macrismo fingiéndose enojado con un discurso de lo más mesurado de Máximo Kirchner e iniciando el reiterado “nado sincronizado” de los medios hegemónicos golpistas. Pusieron en el jefe de bloque del Frente de Todos en Diputados la responsabilidad del rechazo.


VER VOTACIÓN NOMINAL DEL PRESUPUESTO EN DIPUTADOS

El nado sincronizado de los medios macristas




De la necesidad, virtud

Lo que pareció una derrota política del Frente de Todos, analizado más detenidamente, presenta una oportunidad.

Ha sido una constante desde la recuperación democrática que los gobiernos tengan su presupuesto. Con mayoría parlamentaria o sin ella, todos tuvieron su presupuesto aprobado. Se entendió como un acuerdo democrático implícito que quien ejerce el Poder Ejecutivo tiene legitimidad para implementar sus planes de gobierno. Los oficialismos no siempre han tenido el voto opositor pero sí el quórum, o levantar una cantidad de legisladores a la hora de votar, etc. La única excepción a ese pacto cívico fue el Presupuesto 2011 que le escamotearon a Cristina. Y 2022.

Pero veamos, ¿qué pasó en 2011? Fue reelecta Cristina... Ohhh. La oposición tardó en caer en la cuenta.

La misma Cristina ha referido estos días que las situaciones son incomparables porque en aquel momento Néstor nos había sacado el yugo del Fondo Monetario y Argentina crecía a ritmo acelerado luego de la crisis de las hipotecas de 2009.

Es que la Ley de Administración Financiera autoriza al Poder Ejecutivo a prorrogar el del presente año en una contingencia como ésta. Y dado la posibilidad de reasignar algunas partidas, y, sobre todo, en un contexto inflacionario como el nuestro, carecer de presupuesto es dejar a discreción del presidente el destino de los fondos.

En su columna del programa radial Temprano para Imposibles, el economista radicado en Mendoza, Carlos Rojo Font lo explicó claramente:

Columna de Carlos Rojo Font en TpI

https://archive.org/details/carlos-rojo-font-columna-tp-i-17122021

Una misa de lamentos

Caídos en la cuenta, los gobernadores opositores se reunieron ¡a pedirle al presidente que vuelva a mandar el presupuesto!


Los gobiernos provinciales perdieron todas las obras previstas en el presupuesto oficialista que, contrariamente a la cantinela macrista, era bastante equilibrado y no dejaba gobernadores “sin techo”. Ahora se les llenó el horizonte de preguntas.

¿Si vos fueras Alberto Fernández qué harías?

La situación otorga al presidente una herramienta insustituible para fortalecerse frente a una oposición que utiliza sus curules, sus jueces,  y sus gobernaciones para derrocarlo. ¿Debería Fernández resignar uno de los pocos instrumentos que “cayó” en su camino para defenderse (y defendernos) de la sedición sistemática? Si lo hiciera, merecería lo que el destino le depare. El problema es que nosotros no merecemos volver a estar gobernados por la mafia macrista.

 


jueves, 18 de noviembre de 2021

Apuntes sobre la elección en Mendoza

 


Por Carlos Almenara

Discúlpeme querida lectora, querido lector, si soy cansador. Siempre me detengo en este asunto que parece inconexo. Es que soy un predicador del pensamiento riguroso, de la aplicación de métodos científicos. La realidad “es” y aprehenderla resulta una tarea ardua. A esta altura casi que no me preocupa que me tilden de positivista, así no lo sea.

Cualquier aseveración sobre por qué los resultados electorales fueron los que fueron en un distrito, cuál fue el “mensaje de las urnas”, requiere una investigación, que por supuesto no hemos realizado. Aun así, sus conclusiones tendrían alto grado de provisoriedad y siempre, como todo, estaría sujeta a falsación, es decir a que la realidad la desmienta. Lector, lectora, no haga como los economistas de la televisión, quienes si la realidad demuestra que sus recetas fracasan culpan a la realidad. No, si las aseveraciones del analista no se corroboran, lo erróneo son las aseveraciones del analista, nunca la realidad.

Creo que se entiende que este breve excurso al que damos fin es para que no tome nada de esto como definitivo.

Cada vez que culmina una elección me gusta reiterar que no existe tal cosa como el “mensaje de la gente”, o en todo caso, hay que establecer de qué hablamos. En primer lugar porque no hay tal “la gente”. Las sociedades son diversas, plurales y coexisten universos diferenciados. Pero tampoco hay tal mensaje. ¿Qué mensaje? No, lo que hay son votos en una urna un domingo, en este caso, de noviembre. Entender por qué una persona hace lo que hace debe contarse entre las cosas más difíciles, comprender eso mismo por cientos de miles conlleva mucha complejidad.

Sí, es cierto que hay climas sociales. Y esta elección se dio en un clima nacional muy adverso al Frente de Todos. Ubico aquí la principal explicación de la victoria del radicalismo macrista en la provincia de Mendoza. Después vienen una interminable cantidad de factores secundarios.

Empecemos entonces por lo principal.

Ciertamente la pandemia se procesó de un modo tal que terminó imponiendo un malestar muy injusto con un gobierno nacional que tuvo un comportamiento relativamente plausible para enfrentarla. No sirve decir que los gobernadores macristas no aportaron una sola vacuna, que quemaron barbijos o que boicotearon la salud. Es cruel corroborar costos absurdos que pagó Fernández por naderías, mientras Rodolfo Suárez responsable de la muerte de 15 ancianos en Montecomán por darle el fármaco a un cura antivacuna en lugar de vacunarlos sale indemne. Suárez, cuya hija adolescente organizó fiestas clandestinas cobrando entrada y cuyo hijo sobrevolaba la ciudad en helicóptero sanitario para sacar fotos en plena cuarentena y mientras heridos necesitaban el transporte, con una muy buena elección, y quien sí consiguió las vacunas (que Suárez había prometido pero no consiguió) mucho menos ponderado. Cruda realidad.

¿Había alternativa?

Mi interpretación es que el principal error del presidente fue querer enfrentar la pandemia con “mi amigo Horacio”. Horacio, a pesar de recibir vacunas antes y en mayor cantidad que nadie, no se portó como amigo.

Lo diré nuevamente. El macrismo y Clarín son culpables de decenas de miles de muertos por su terrorismo sanitario. Y Alberto Fernández miró pasivamente el boicot a las medidas de salubridad.

El problema no es comunicacional, es político. Profundizarlo será materia de otro análisis.

En síntesis, mi interpretación es que los resultados electorales en Mendoza tienen en lo nacional un peso decisivo.

Dicho esto, vayamos a especificidades muy necesarias que ocasionan acalorados debates.

Organización y profesionalismo. El radicalismo macrista mendocino ha perfeccionado una maquinaria electoral muy eficaz. También es superior al Frente de Todos en estrategia y disciplina. Sus principales candidatos entienden qué comunicar, cuál será el centro de su relato y no se corren de allí. La idea de que disciplina es no hacer nada si no hay instrucción del jefe/jefa es un terrible error. Casi descalificante. Es incomprensible que los concejales del Frente de Todos no denuncien día por día las falencias de los oficialismos municipales del Gran Mendoza. Todos los días se puede fotografiar un pozo nuevo en una calle si hay vocación de hacerlo. No hubo mucha.

A Cornejo nadie le cascoteó el rancho, fue el título de una entrevista al sociólogo Enrique Bollati. Sin embargo, Anabel Fernández Sagasti comenzó a realizar fuertes críticas después de las PASO. Evitó el desgranamiento luego de aquella derrota y creció unos puntos. No es poco pero quizá tardío.

Como arena entre los dedos. Entre los militantes aparece como un ritual sagrado rendir honores al “territorio”. Vuelvo a la vocación herética de mis años mozos y pongo en duda la cuestión. Muchos de quienes presumen de “tener territorio” no lo tienen tanto, y, en muchos casos, constituye una actualización de la vieja política punteril de “los que tienen los votos”. Por supuesto que es reivindicable la militancia social pero hay muchos equívocos y muchos vendehumo en materia de “territorio”. El “territorio” está hibridado con la construcción social de sentido. Las unidades básicas, locales, comités, son valiosísimas instancias de participación cívica, quizá insustituibles, a defender, pero enfrentan con dificultad al intruso que emite luz y machaca las cabezas de los miembros de la familia 24 horas por días desde los comedores de las casas (o de las pantallas de los celulares o cualquiera de sus variantes). Esta relación compleja debe repensarse.

El significante vacío. Usemos la categoría de Ernesto Laclau. Cuál es la parte que llena el concepto. Izquierdas y derechas, proyectos populares y proyectos elitistas confrontan porque está en el ser de las cosas que lo hagan. Si no se expresa la disidencia es porque el conflicto se tapó con autoritarismo o alienación. El Siglo XXI en Latinoamérica mostró un surgir o resurgir de gobiernos antiimperialistas, con vocación de integración y políticas de igualación social. La derecha, que siempre reconoce a su enemigo, los llamó populismos. Laclau levantó el guante. En Argentina el significante vacío de lo popular fue llenado por el proyecto nacional y popular del kirchnerismo. Néstor fue y Cristina es peronista de toda la vida. Cuadros orgánicos de partido. Pero, con eso, la instancia de lo popular tenía un anclaje en una nueva síntesis histórica. Eso también está en cuestión. No solo en Mendoza mas también en Mendoza.

La nueva formulación es que el significante vacío es llenado por el peronismo. La operación deja en evidencia una derechización y burocratización. “Nuestra” estructura madre vuelve como en cada ciclo histórico a cerrarse sobre sí misma independientemente de los avatares sociales.

Para ser claro, si el peronismo será el pilar en que se base “lo popular”, lo será en su versión kirchnerista y frentista o no lo será. Ese cerrarse sobre sí mismo, a mi criterio, aunque no descarto buenas explicaciones para hacerlo, restó capacidad de convocatoria a lo que socialmente es “lo popular”.

Lo conocido. Por lo demás, sabemos que los oficialismos traccionan muchos votos por diferentes motivos. Sobre el sistema de medios ya hemos hablado suficiente. El cornejo suarismo (lo de suarismo está por verse) se ha convertido en la organización política, mediática, judicial y empresarial hegemónica en la provincia y toda construcción popular se realizará en la confrontación con ese hegemón.

Hay un momento en que el diagnóstico revierte en pregunta. Sobre la ominosa ostentación de violencia, burla, saqueo, antirrepublicanismo, manipulación y engaño que muestra la derecha ¿estamos haciendo lo necesario? ¿damos la pelea adecuada? Sí, nosotros, cada uno, en forma de pregunta sobre lo que nos toca. Y la respuesta debería darse con generosidad porque el desafío es civilizatorio.

domingo, 14 de noviembre de 2021

Soplando en el viento*


Por: Carlos Almenara

Me alertó Jorge que este miércoles 10 se cumplen dos años de la muerte de Ramón Ábalo.

La pérdida de alguien admirado y querido como Ramón supone un duelo. La experiencia me dice que algunas veces el duelo tiene una bisagra en el momento en que uno comprende algo. ¿Comprende qué? No podría responder esa pregunta con precisión. Intentaré dar una idea a partir de mis sentimientos con Ramón.

Convertí a Ramón en una especie de “fetiche”. Siempre lo quería entrevistar. Lo hice varias veces. En distintas radios. Yo le preguntaba de todo. Ramón contestaba. Contaba sus historias, nada mezquinaba. Yo repreguntaba, él contestaba, pero cada cosa que contestaba era distinta a lo que yo esperaba. Yo le preguntaba por el pasado y él siempre se ingeniaba para responder algo en relación al futuro. A mí me producía cierta perplejidad. Yo insistía. Había un secreto en un pasado revolucionario con el que el presente tenía un abismo. Él lo tenía, el “Negro” tenía el tesoro. Yo preguntaba y preguntaba, pero no lo encontraba. Contame más. De la Media Luna, del Armando, del peronismo y el comunismo, de la revolución, del Che. No, él no mezquinaba la respuesta, pero siempre terminaba diciendo “Mendoza no es conservadora, en el ’72 hicimos flor de revuelta y ahora, qué esperamos”. A mí me desconcertaba cómo pasaba de ese secreto idílico que yo pretendía encontrar en el pasado a contestarme que había que reclamar contra los tarifazos.

Nunca fue de otro modo. Cada vez que lo entrevistaba el compromiso era el mismo, “esto sigue, te vuelvo a entrevistar”. Siempre se repetía el mismo círculo, yo le preguntaba por sus andanzas, como sondeando cuál sería la clave para entender por qué hubo un pasado más pleno y hoy un presente tan mediocre. Ramón no me dio respuesta a esa pregunta. Una pregunta que, por cierto, nunca supe ni sé formular.

No es que no pudiéramos encontrar lo evidente en los diálogos y arriesgar teorías. Sí, eso, todo el tiempo. Pero un tesoro, una palabra mágica, la explicación total, la llave que permite entender, no, eso nunca lo encontré.

Y el Negro se fue y no lo encontré.

Pero fui comprendiendo. Bastante antes de que se fuera. Fui entendiendo. Él no sabía la respuesta a la pregunta que yo no podía formular. Seguramente no existía la respuesta a mis balbuceos. O sí. Siempre estuvo allí donde Ramón me dijo la primera vez que titubeé con mi pregunta. La respuesta está adelante. Soplando en el viento, como decía Dylan.


*Nota publicada originalmente en La 5ta Pata. La imagen ilustrativa corresponde a dicho medio.

domingo, 7 de noviembre de 2021

El crack de la heroína


 -Nunca tomé café en mi vida, nunca, soy un tipo raro. No tomo alcohol, no fumo, lo mío es solamente la heroína o el crack. (Mauricio Macri, 2 de noviembre de 2021, Rosario).


La declaración fue impactacte. El 2 de noviembre apareció el video presentado más arriba. Macri confiesa “lo suyo es la heroína o el crack”. Como quien toma café.

Desconcertados y cómplices los medios lo tomaron como broma. No lo es.

No se ha entendido el código de comunicación de Macri. Macri es más que un mentiroso. Cada palabra que emite es un engaño. En ninguna ocasión dice lo que una comunicación de buena fe supondría que quiere decir. Por ejemplo, cuando Macri dice “trabajo de calidad” una persona de buena fe supondría trabajo registrado, pues no, para Macri es esclavismo, en el mejor de los casos “trabajo productivo”, es decir, que produce plusvalía.

Cada sonido es una estafa.

También cuando “parece” bromear. Usualmente no dice una sola verdad, y, cuando la dice, parece que la dice en broma.

Hay que mirar el video del inicio de la nota. Termina con una sonrisa, pero no es la de alguien que hizo un chiste, es la risa del perverso, del que goza haciendo daño, del que se burla del auditorio. Volvelo a mirar.

En realidad, se sabe hace tiempo que Macri es un falopero reventado. Nada menos que Cristina Kirchner en “Sinceramente” cuenta una historia impresionante. Aquí la transcribo:

La semana anterior, el presidente electo Mauricio Macri había venido a verme a Olivos para coordinar el traspaso del gobierno. Llegó por la tarde. Lo esperé en el despacho presidencial de la jefatura de gabinete parada en la puerta, de modo tal que cuando esta se abriera y él ingresara, yo estuviera ahí para extenderle la mano. Sin embargo, tardó un buen rato porque lo primero que hizo, antes de verme, fue ir al baño. Le pregunté a Mariano, mi secretario: ¿Y, dónde está? “En el baño”, me dijo y se encogió de hombros. Cuando me dio la mano sentí que estaba muy tenso, duro. Casi no hablaba y me miraba muy fijamente hasta que me dijo, como si fuera una orden: “Usted tiene que entregarme el poder en la Casa Rosada". “No”, le contesté. “Eso hay que hacerlo en el Parlamento”, y en seguida le aclaré: “Usted no puede dar el discurso ante la Asamblea Legislativa si aún no es presidente, por eso tengo que ir a la Asamblea, antes de su discurso, entregarle la banda y el bastón presidencial".(CFK, Sinceramente)

Además de Cristina, hay decenas de testimonios que dan cuenta de sus consumos ilegales. La foto que ilustra la nota está tomada de Infobae y corresponde a minutos antes de debatir con Alberto Fernández en 2019. Se ve que para enfrentar esas situaciones necesita una “ayudita”.

Antes de decir que “lo suyo es la heroína o el crack”, Macri afirma que es “un tipo raro”. En realidad, es perverso y es siniestro. Todavía no tenemos idea cabal de cuán siniestro es el vendepatria, aunque a esta altura ya nada debería sorprendernos.

En este video, Rachel Holway, reconocida militante contra la trata y el abuso a la niñez, explica la relación de los Macri y la secta pedófila “Los niños de dios”


En Argentina, también en otros países, los defensores de la libertad individual se encuentran a la izquierda del espectro político. Los actualmente llamados “libertarios” (el amigo Enrique Bollati los denomina liberOtarios), los neoliberales, las derechas en general, son mayormente cultoras de una falsa moralina.

Digo lo siguiente: me importa un pito qué consuma Macri, me importaba un comino qué hiciera con su vida antes de ser funcionario público, me importa muchísimo qué hace y qué hizo con NUESTRAS vidas y por eso ahora sí me importa de su vida. Quiero que vaya preso y pague el daño.

Darle importancia a estos consumos ayuda a comprender algunos de los delitos que cometió con la base de su perversión innata y culturalmente adquirida. Estos consumos sumaron megalomanía, falta de empatía, deshinibición (como para decir públicamente qué consume), paranoia. Ahora hay que saber si cuando firmó con el FMI o cuando saqueó el Fondo de ANSES (se llevó U$S 35.000 millones de “la plata de los jubilados”) estaba bajo los efectos de estas sustancias. ¿Lo estaba cuando mandaba espiar a sus familiares?

¿Y sus conmilitones no tienen nada que decir de estos consumos? ¿Nunca lo vieron consumir? ¿Quién le provee las sustancias? ¿Cuál es la ruta? ¿Viene de Rosario y por eso lo dijo allí como un guiño mafioso?

Una de las consecuencias posibles del exceso en estos consumos son los problemas cardíacos. Fue público que durante su gobierno tuvo nueve cardiólogos. Habiendo tantos, ninguno fue capaz de darnos una alegría.


domingo, 31 de octubre de 2021

El valor de la PLATITA

 


Por Carlos Almenara

El presente es un tiempo difícil por muchos motivos. Uno de los principales es el poder de atontamiento de los medios hegemónicos.

La agenda pública, es decir, aquellas cuestiones, temas, sobre las que se estructuran nuestras percepciones acerca de “lo que pasa” en nuestra ciudad, nuestra provincia, nuestro país, el mundo, es mediada por un puñado de conglomerados políticos.

Sí, no me equivoqué. Grupos como Clarín no son empresas, son conglomerados políticos.

Esas corporaciones militantes, en nuestro caso Clarín y su claqué, fueron capaces de implementar un relato guionado que ordena cada uno de los discursos que repiten por millones. Las mentiras que estampan en el papel de madrugada se repiten en sus radios, con el agregado de las declaraciones de personajes que opinaron sobre las mentiras en tinta, lo que se reflejará en sus pantallas y portales de internet durante todo el día. Y día tras día el mismo ciclo, potenciado infinitas veces.

Un machacar persistente y poderoso que nos lleva a vivir en una realidad paralela, una realidad que no es la realidad. Que se estructura sobre mentiras.

Pero esas mentiras no son tonterías arrojadas al azar. Hay, siempre, oportunismos puntuales, en función de temas coyunturales: pagarle a los buitres, arreglar con el fondo, en fin, temas en los que los vendepatria actúan como tales. Más allá de esos temas, cada uno de los mercenarios que exhiben en sus pantallas repite lo mismo. Lo mismo, el guion. Conocen sus líneas directrices y son capaces de incorporar elementos a la traza principal. Pueden improvisar sobre el texto de guion principal que conocen bien.

El relato del poder hegemónico es: “hay un pueblo sano, somos ‘Todos Nosotros – TN’, ese pueblo tendrá sus más y sus menos, pero es ‘nuestro’, acerca del cual nosotros contamos sus avatares como ‘periodismo independiente’, y que resulta ajeno de toda ajenidad de la turba corrupta que viene a poner en cuestión nuestros valores”.

Es, por supuesto, el relato del enemigo interno. Es lo que hizo la dictadura. Es más, esta vez con más poder que durante la dictadura, porque Clarín tiene más poder que la dictadura, pero menos carnadura. La dictadura podía simular un amor a la patria (claro, simulado) que Clarín ni intenta.

Que hayan perdido las elecciones apoyando a Macri no implica que no tengan sofisticación. Es más, lo que verdaderamente hay que preguntarse es “el milagro” de que Macri sacara el 41% de los votos habiendo hecho la peor gestión de toda la historia argentina. Tome el indicador que quiera y comprobará que nunca hubo uno peor.

Uno de los preceptos comunicacionales que ellos manejan muy bien es el estímulo a lo sensible y emocional. No importa si es mentira porque entre la emoción y la verdad (o mentira) hay un hiato abismal. La emoción no es verdad o mentira, simplemente, es.

Y nada mejor para estimular la emoción que lo sensible. Aquellas referencias que evocan sensaciones. Todo el período de terrorismo estatal y paraestatal de Macri y Clarín aplicaron eficientemente este método.

José López puede que haya hecho fraude en licitaciones por cientos de millones, pero nada se compara con una operación en que aparece tirando bolsos por encima de un muro. ¡Y en un convento (o algo así)! En verdad no tiró ningún bolso por encima de ninguna pared, pero estoy seguro, estimada lectora, que ud. me dio la razón porque es lo que recuerda. Su recuerdo es falso y lo construyeron ellos. López no tiró ningún bolso por encima de ninguna pared. Sí es cierto que lo agarraron con bolsos con plata. Y eso fue un do de pecho para el poder mafioso.

Es mil veces más eficaz mostrar una máquina de contar billetes en lo que llamaron “la rosadita” aunque el hecho no sea ilegal que demostrar las millonarias estafas offshore de Macri, un hecho “abstracto”.

Esto que hacen todo el tiempo, lo actualizaron a partir de tergiversar a Daniel Gollán. Gollán contó una charla con una persona en la que le decían que faltaba platita en el bolsillo de la gente. ¿Qué sería lo sorprendente?

Los buitres, que conocen el guion y saben de estas tecnologías comunicacionales se exitaron y ahora están con el asunto de la PLATITA. El plan PLATITA para aquí, el plan PLATITA para allá. Insólitamente lo contraponen a supuestos “valores”. ¡Imagínese lector, estos vendepatria de la derecha hablando de valores! Los únicos valores que conocen se los cruzaron en la Bolsa de Valores.


Resulta una excelente ocasión para seguirles el juego. Efectivamente la PLATITA. Sí, de eso hay que hablar. ¿De qué otra cosa más importante vamoss a hablar en política?

Qué hicieron ellos con la PLATITA, cómo nos endeudaron PLATITA con el Fondo, cuánta PLATITA se fugaron, cómo les vamos a cobrar la PLATITA a los macristas delincuentes.

Sí, urge hablar de PLATITA para terminar con la pobreza y para disminuir la desigualdad.

Y después de hablar de cómo repartimos la PLATITA de los argentinos entre 45 Millones de dignidades, hablemos de los valores. Preguntémonos cómo pudo llegar a gobernar el país este hato ladrones y criminales del macrismo. Cómo dejamos que estas mafias se apoderen del gobierno. Cómo fue posible que los burócratas que tenían que controlar hayan hecho la vista gorda. Preguntémonos por los valores que inculcan en la población los criminales que siguen delinquiendo desde las pantallas.

La solidaridad, la igualdad, la dignidad, un mundo mejor, un país mejor, requiere denunciar y derrotar políticamente al macrismo y a Clarín. Y que devuelvan la PLATITA.


domingo, 24 de octubre de 2021

Ganadores del debate


 Por Carlos Almenara

Mendoza, 24 de octubre de 2021

Sendos miércoles pasados se realizaron regimentados debates entre candidatos a diputados nacionales por Ciudad y Provincia de Buenos Aires en el programa “A dos voces” de TN, señal del grupo Clarín. Hasta donde sé, no hubo nada análogo en otro sitio.

Como es de esperarse, hubo polémica en la interpretación de lo acontecido, en la respuesta a la remanida pregunta “¿quién ganó?”. Cada debate dejó algunos elementos interesantes. Mi recorte subjetivo me lleva a mencionar la total vacuidad de Milei y las vacilaciones de Santilli confundiendo los distritos.

El show televisivo tuvo una disposición entretenida y, a mi criterio, los conductores fueron merecedores de muy pocos reproches, si es que alguno.

Siempre recuerdo la salida de Gustavo “Gato” Sylvestre de la conducción de ese ciclo. El destacado periodista abandonó “A dos voces” para conducir “Con voz propia” en A24. Los nombres cuentan. Por supuesto, como la lectora, el lector, consecuente, que ojalá exista, sabe que mis textos abordan siempre unos pocos temas, desde múltiples entradas; uno de ellos es la cuestión de “de quiénes son esas dos voces o esa voz propia y cómo se constituyen”, y, claro, de eso va este texto.

Cada amanecer en Argentina, la tapa del diario Clarín y su imitador opa, La Nación, instalan agendas casi idénticas que repiten por millones cada una de las radios del país, cada una de las señales de televisión del país, cada uno de los portales de internet. Esos diseños gráficos no son noticias, son inventos, mentiras, medias verdades, interpretaciones falaces de hechos verídicos o interpretaciones verídicas de hechos falaces. El guion que estructura el relato es la sedición contra el gobierno de Alberto Fernández y la construcción de un enemigo interno contra el que utilizan todos los recursos posibles, sobre todo los públicos, que Clarín se especializa en birlar. Por supuesto que para Clarín y los jefes del macrismo su enemigo interno no es merecedor de ningún derecho ni garantía constitucional.

Ese grupo mediático, con su guion discursivo, organiza debates en los que no falta ninguno de los candidatos. No, perdón, Luis Zamora no fue[i]. La objeción del candidato fue contra los conductores pero no contra el grupo mediático. Zamora se mostró enojado porque mintieron sobre él, pero nada dijo de las calumnias, demostradas, a otras personas (como las inexistentes cuentas de Máximo Kirchner por decir algo), ni tampoco impugnó que es el grupo quien miente a diario y no algún periodista en particular. Quizá valga reflexionar sobre el problema político del narcisismo.

Siempre la tuvieron, mas en estos tiempos hemos ratificado la importancia de los símbolos. Por decir solo tres que vienen de inmediato a mi mente: Bonadío cita a Cristina para 8 indagatorias el día del cumpleaños de Néstor, el cuerpo de Santiago Maldonado aparece un 17 de octubre en un lugar en que ya habían buscado sin éxito, Macri “se equivoca” al persignarse y realiza un signo ndranghetista. No es casual, para las mafias es vital recurrir a mensajes crípticos que preserven la omertá.

Si alguien sabe de eso es Héctor Magnetto. Los candidatos pasaron por una especie de carrera de obstáculos en que tuvieron que cumplir todas las prendas del grupo. Me las imagino: “ahora deben pararse para la foto”, “ahora es el momento de las entrevistas”, “este es su camarín, a la salida estará nuestro cronista”. Es la vuelta a la “normalidad”. Magnetto pone las reglas y los candidatos de todos los partidos las cumplen. La utopía de Clarín, no tener un candidato, tenerlos a todos. Por eso atacan a Cristina, la líder más convocante entre quienes Clarín no puede meter en su pecera.

No hizo falta que los periodistas inclinaran la balanza en el debate porque ya habían ganado antes de empezar. Entonces, como pocas veces, podemos encontrar que en estos debates, el único ganador claro, fue, sí, como usted imagina, el grupo Clarín.

¿Por qué ganó Clarín?

Por supuesto, Clarín ratificó su poder. Lo ratificó, además, en un tiempo difícil, un tiempo en que cualquiera que quiera saber, sabe que Clarín miente. Y aun cuando ello es evidente para todo el mundo, también para los beneficiarios de sus mentiras, tiene el poder suficiente para sentar a casi todo el arco político. Y todos hacen de cuenta que están en un ámbito imparcial, en un ámbito en que hay roles y la gente de Clarín tiene el rol del “periodismo”.

Eso ganó. Ganó la legitimidad de que el periodismo es Clarín. Se la dieron los políticos, como se la dan cada día que no impugnan la injusticia de la concentración mediática y la perfidia con que manipulan a la población.

Tampoco es cuestión de exagerar con los candidatos que fueron a ese estudio. Los candidatos del Frente de Todos han mostrado su disposición de debatir en cualquier lugar, los macristas solo aceptan TN. Es parte del guion fascista de la derecha argentina actual, un epifenómeno de Magnetto.

Pero esta es la realidad, Clarín es una pistola en la cabeza de la democracia y aprieta el gatillo todos los días. Nuestro pueblo, resiliente, resucita también todos los días. Y llegará un día en que pueda sacar el revólver de las manos asesinas.

domingo, 10 de octubre de 2021

La víctima número 86

 


Por Carlos Almenara

Ilustración de Andrés Casciani

El jueves 7 se conoció la sentencia del Tribunal Federal 8 que sobreseyó por inexistencia de delito a Cristina y otros acusados por el “memorándum con Irán”.

El fallo resuelve “DEJAR SENTADO que el presente proceso no afecta el buen nombre y honor del que hubieran gozado las personas antes mencionadas, lo cual resulta extensivo al ex canciller Héctor Marcos Timerman”.

Estos días se recordó, con razón, la figura de Timerman. El ex canciller fue procesado por Claudio Bonadío, ante lo cual prefirió abandonar el tratamiento que pudo salvarle la vida y ponerse a derecho, que ser señalado como prófugo.  Así, volvió de Estados Unidos donde recibía una terapia experimental contra su cáncer. Una vez en Argentina fue encarcelado y se le impidió seguir su curación.

Con toda precisión puede decirse que el macrismo y sus mafias judiciales y mediáticas mataron, o al menos dejaron morir, a Héctor Timerman.

Merece un párrafo el ardid utilizado para encarcelarlo. Un audio, grabación no consentida, de una conversación de 2012 exhumada en 2015 acercada mediante el operador Daniel Santoro en la que lo único que se muestra es que Timerman consultó con DAIA y AMIA, previamente, el memorándum para hacer declarar a los acusados por la Justicia argentina. Utilizando el recurso del fascismo macrista, convertir en literales frases metafóricas, Claudio Bonadío lo acusó de cómplice.

Es muy difícil no tentarse e irse de la línea principal del texto, este Bonadío es el mismo que fue apartado por encubrir la causa AMIA y al que Nismanacusó de amenazarlo de muerte. Lo cierto es que lo que expone el audio es la argumentación del canciller de que para conseguir la declaración de los iraníes acusados tiene que negociar con Irán ¿con quién si no? Esto que resulta evidente para cualquier persona de buena fe:

con  quien  querés  que  negocie  ...  con  Suiza  ...  no  tenemos  otros  con  quien  negociar  ...  porque  si no  negocio  con  Estados  Unidos  la entrega de los iraníes ..."

es tomado como prueba de complicidad por el macrismo judicial.

En realidad, lo asombroso es cómo utilizaron el atentado a la AMIA para tantos objetivos a la vez.

Para decirlo brutalmente, el poder mafioso puso la bomba, encubrió el atentado, utilizó el atentado para su geopolítica y persecución de países enemigos, condicionó la política exterior argentina por 30 años, derrocó una presidenta que no le gustaba, preparó sus reemplazantes, hizo negocios, ordenó la política argentina y consiguió el pago a los fondos buitre. Sí, aunque cueste creerlo, es el mismo poder el que consiguió todos estos objetivos y muchos más a partir del atentado.

Hace 27 años hay un encubrimiento activo de lo que pasó la mañana del 18 de julio de 1994 en calle Pasteur al 633 de Capital Federal.

La muerte de Héctor Timerman fue producida por otra esquirla de aquella bomba.

El encubrimiento no es algo que quedó en el pasado. Hace dos semanas el fiscal Sebastián Basso, que ocupa el lugar que tuvo Nisman,pidió el sobreseimiento de todos los señalados por las pistas alternativas airaníes. Lo hizo con el mismo libreto con que trabajaron Galeano y Nisman.

En realidad, lo único que sabemos de la causa judicial son dos cosas:

  1. Hay intereses poderosísimos que trabajan para encubrir a los verdaderos autores del atentado de 1994. Tan poderosos que se realizó un juicio por encubrimiento antes que tener alguna certeza del atentado. Tan poderosos que una vez que desplazaron (y luego condenaron) al juez Galeano y a los fiscales Mullen y Barbaccia por encubrimiento, los investigadores posteriores (Nisman, Basso) continuaron con su guión.
  2. Las acusaciones contra Irán son truchas. La única prueba ácida que enfrentaron fue la detención de Hadi Soleimanpour, ex embajador iraní en Argentina, en Inglaterra por las acusaciones del juez Galeano (y las famosas alertas rojas). Argentina pidió la extradición, jueces ingleses revisaron la documentación y en tiempo récord liberaron a Soleimanpour. Tan impresentable todo que Argentina cargó con sanciones y costas del proceso.

Que en la Justicia no se sepa nada verídico acerca de cómo y quiénes realizaron el atentado de 1994 no quiere decir que no se haya investigado. En pocas líneas es imposible resumir las extraordinarias pesquisas de periodistas reunidas en varios libros al respecto. Remito al lector principalmente a INFAMIA de Juan José Salinas.

El mismo Salinas suele citar investigaciones de (hoy) irreconocibles Jorge Lanata y Gabriel Levinas que niegan la existencia de una Traffic bomba. Para salinas la inexistencia de la Traffic es la clave que desarma la versión oficial. Entre muchos otros, merece mención el libro de Carlos Escudé “Y Luis D’Elía tenía razón”, en el que luego de una minuciosa investigación concluye que Irán no fue responsable del atentado a la AMIA. Quizá valga mencionar que Escudé fue hasta su muerte Director del Seminario Rabínico Latinoamericano y quien haya conocido su pensamiento constata fácilmente que careció de cualquier simpatía por el país persa.

En esta conferencia puede conocerse su pensamiento al respecto:


Lo que Basso no investiga

1.     Como dijimos, el fiscal Basso pidió el sobreseimiento de Pablo, Javier, Guillermo y Nassib Haddad, propietarios de la empresa Santa Rita, empresa que colocó un volquete justo en la puerta de la AMIA, 5 minutos antes que el edificio haga PUM. Para Basso, total normalidad.

2.     Lo mismo ocurre con el circuito del explosivo. Salinas llegó a la empresa que no puede dar cuenta de una cantidad equivalente a la usada en Pasteur al 600. Para Basso, nada que indagar.

3.   Rubén Beraja es un oscuro personaje. Sus vínculos con la extrema derecha israelí y sus actividades financieras han sido señaladas como pistas a ser investigadas. ¿Y si el “mensaje” lo tuvo como destinatario? Su banco, Mayo, ha sido indicado como vía de blanqueo de dinero narco. Una de las hipótesis planteadas y ampliamente fundamentada es la versión de que intentó burlar al cártel de Medellín.

4.  Si ud., estimada lectora, estimado lector, realiza una búsqueda, no encontrará ninguna acusación a Irán parecida a la que le imputan desde Argentina. Nada ni mínimamente parecido. Esto es una descripción objetiva y no tiene que ver con la simpatía o antipatía que pueda despertar el régimen iraní. Sin embargo, para fechas cercanas a la del atentado a la AMIA, el cártel deMedellín realizó cientos de atentados similares. En esta nota de Infobae se puede ver una recopilación. Si bien Pablo Escobar fue muerto en 1993, su gente tenía amplia experiencia como para cobrarle a un deudor remolón. Ni Galeano, ni Nisman, ni Basso, imaginaron siquiera indagar al respecto.

5.    Como sabe todo lector de novelas policiales, para encontrar al asesino hay que descubrir el móvil. ¿Qué pasaba por esos años en Medio Oriente? Algo que hoy suena a utopía: Israel y Palestina estaban sentados a la mesa firmando los acuerdos de paz. La derecha y ultraderecha israelí, fortaleciéndose entonces, estaban furiosas. ¿Furiosas? Tanto que en 1995 un “loco fundamentalista” asesinó al Premier firmante de los acuerdos, Yitzak Rabin. Que el autor haya sido presentado como “un lobo solitario” muestra lo profundo del complot que cambió para siempre la historia de Medio Oriente. Cabe señalar que quien se sentaba del otro la mesa, Yasser Arafat, murió envenado en 2004. El asesinato de Rabin en noviembre de 1995 ocurrió un año y cuatro meses después del atentado a AMIA. Obviamente en el mismo contexto. ¿Hace falta acotar que nada de esto inquietó a los investigadores?

Se ha limpiado el nombre de Héctor Timerman de las injurias de los criminales pero solo habrá reparación, la reparación posible ante el hecho consumado, cuando los jueces y fiscales que armaron causas sean juzgados y, sobre todo, cuando encontremos la verdad de lo que pasó el 18 de julio de 1994 en la AMIA.


domingo, 19 de septiembre de 2021

Sorpresa


Por Carlos Almenara

Debo confesarlo, no preví ni esperaba el resultado electoral nacional en las PASO del 12 de setiembre.

Hoy proliferan análisis en los que parece de toda evidencia que la derrota del oficialismo nacional “estaba cantada”, interpretaciones que manifiestan con absoluta certeza conocer las razones del voto.

En mi caso, ratifico mi sorpresa y perplejidad pero me propongo analizar especulativamente la cuestión sobre algunas premisas y dar una mirada a la separata “Mendoza”.

En primer lugar, el tema bajo análisis. Hablamos de por qué la gente votó como votó. Un problema complejísimo. Por qué las personas hacemos lo que hacemos, qué motiva conductas, en este caso relativa a la boleta que decide meter en una urna y otras aledañas (como ir o no ir a votar). Atañe a disciplinas como psicología, psicología social, sociología, economía política.

Claro que ya puede aparecer, con toda justicia, la primera objeción. “La gente” no votó una cosa, votó muchas cosas. Efectivamente ello es así. Una sociedad como la nuestra es un complejo mosaico de grupos sociales y humanos muy diversos con realidades, pensamientos, culturas, sumamente plurales.

Las motivaciones serán diferentes en cada uno de los fragmentos del vitral que conforma la sociedad.

Sin embargo no es una demasía sostener que, a pesar de los aspectos individuales, de la influencia de los grupos primarios en nuestras conductas, existe una especie de “inconsciente colectivo” (si me agarra C.G. Jung me mata), de significados sociales compartidos en un momento y sociedad. Y que ellos son decisivos en el resultado electoral dadas ciertas premisas.

Situando brutalmente estos conceptos, una sensación de “esto no funciona” podría ser decisiva en una sociedad en que el voto identitario no es mayoritario, los electorados independientes fluctuantes son amplios y determinantes, y la construcción de sentido es mediada por la comunicación social.

Expondré mis premisas analíticas

- Un a priori: “la gente” siempre da sorpresas. Normalmente aparecen cosas inesperadas, aun cuando el investigador ratifique su hipótesis, no siempre es por los motivos previstos o surgen otras cuestiones. Cualquier conclusión acerca de conductas sociales requiere estudiarlas. Necesita lo obvio: preguntarle a las personas sobre su acción y tener teorías interpretativas. Reitero, entonces, la naturaleza especulativa de este escrito. Es decir, ya que se han dicho tantos bolazos, éste es el mío. Intento argumentarlo convincentemente.

- Estamos atravesando una encrucijada civilizatoria inédita. La derecha se ha reorganizado en base a un poderoso arsenal sociológico y mediático en un proyecto de idiotizar y llevar al exterminio o esclavitud a inmensas masas de población. Es sorprendente el grado de coordinación y claridad que tienen para aplicar este proyecto.

- Para ello usa dos dimensiones claves de la comunicación: razón y emoción. Estas, que en una comunicación sana están alineadas, en sintonía, van en el mismo sentido, las derechas las hacen estallar. El “ángel exterminador” como llamaba el periodista Jorge Asís a Macri, podía decir en una cocina con una sonrisa y en voz baja, como pícaro, “si me vuelvo loco les puedo hacer mucho daño a todos ustedes”. O en un discurso de tres minutos decirnos lleno de risa que “he decidido iniciar conversaciones con el FMI para que nos otorgue una línea de apoyo financiero” como un respaldo al programa de crecimiento. Algo que nunca me cansaré de señalar es cómo las derechas a la hora de escribir sus teorías económicas suponen un “agente económico racional” pero a la hora de hacer sus campañas políticas se dirigen a “votante idiota emocional”.

- Estos cambios civilizatorios están atravesados por la tecnología. Lo que ya venía, se aceleró con la pandemia. Nuestras vidas se “virtualizaron” en alguna medida. Esto trae sinnúmero de consecuencias. Una de las que percibo es una relación distinta con la violencia. La violencia es pesada. Lo es para quien la sufre, por supuesto, pero también para quien la ejerce. Horacio Verbitsky pudo escribir sobre los vuelos de la muerte durante la dictadura a partir de las confesiones de un mortificado Adolfo Scilingo. Los curas cómplices tuvieron gran importancia porque “confortaban” a los torturadores. Es decir, la violencia en el mundo real es densa, compromete vitalmente a cualquiera de los actores. Muy otra cosa es amenazar de muerte por Twitter desde el sillón de una casa. Se llega a pensar en una violencia aséptica. Claro, aquí la contribución de los medios hegemónicos es decisiva. Algún día habrá que poner estas acciones en el banquillo. Será útil volver a leer “El malestar en la cultura” en clave de desinhibición virtual.

- Los niveles de alienación también son inéditos. Los universos simbólicos tienen preeminencia sobre la realidad material. Entiéndaseme, hago del realismo epistémico un culto y jamás relativizaría en términos analíticos lo material. Sí digo que como motivador de conducta es necesario reconstruir las cadenas interpretativas. Hay gente a la que el macrismo destruyó e igual lo votó. Hay gente a la que el gobierno de Fernández benefició y no lo votó. Esto que cada uno de los lectores puede constatar demuestra el punto.

Mi opinión

Mi impresión, parcial, incompleta, provisoria y sujeta a refutación, es que en relación a este 12 de setiembre vale también la preeminencia de los escenarios simbólicos por sobre los materiales. Y esta es una hipótesis importante, de corroborarse implicaría que no alcanzará para noviembre una mejora material.

En otro lenguaje estoy diciendo algo que va, al menos parcialmente, en línea con lo que en el pensamiento marxista se llama “conciencia de clase” y que en Marx implica pasar de “la clase en sí” a “la clase para sí”. 

Aunque a muchos peronistas pueda no gustarles la analogía, estoy convencido de la imposibilidad de revertir el resultado sin alguna especie de toma de conciencia, sin una épica que suponga retomar la confrontación franca con la derecha.

Mi interpretación es que esto estuvo ausente y que los “daños auto infligidos” tuvieron un gran impacto. Pero ¿por qué?

Es realmente desmoralizador que en un país como Argentina, un país que ha tenido de todo, cuyo anterior presidente, sin ir más lejos, festejó su última luna de miel en un prostíbulo de Cancún regenteado por tratantes y narcos (y según versiones bien informadas pidiendo menores para su explotación sexual), una foto de un cumpleaños frugal, casi ascético, produzca un cimbronazo político.

El condenado por corrupción de menores, Gabriel Conde, Macri, Awada y acompañante en prostíbulo de Cancún.

Pero fue así. Y antes hubo un episodio análogo. Que también implicó un fuerte deterioro del gobierno. El de un supuesto “vacunatorio VIP” que culminó con la renuncia de Ginés Gonzalez García.

¿Qué es lo terrible de ambos hechos? No los hechos en sí, que son menores en relación a la actividad delictiva que cotidianamente ejercen los dueños de medios hegemónicos. Lo terrible es que el presidente le dé la razón a Clarín.

Que Alberto Fernández le haya pedido la renuncia a su ministro, que haya “reconocido su error” por la foto del cumpleaños, produce un efecto de realidad sobre el discurso golpista de Magnetto y el macrismo que es muy difícil revertir. La foto no es “un error”, la autoflagelación es dar la razón a los golpistas, no en este tema, en todos.

La pregunta sigue siendo la del primer día: ¿Alberto se va enfrentar con Magnetto y con el macrismo? La respuesta no está clara.

Allí está el corazón del sinsentido. El gobierno “no tiene sentido” si no da las peleas que prometió explícita e implícitamente. No es sólo lo material, es la orientación. La interpretación es constitutiva del hecho, no tan fuerte como en Nietzche, pero por ahí.

Separata Mendoza

Analizaremos tres spots de las campañas de las dos fuerzas mayoritarias en Mendoza según los resultados de la última elección.

Cornejo


“Estas elecciones son  claves para tu vida y la de tu familia porque vas a decidir si dejás a la provincia en manos del kirchnerismo y los fanáticos de La Cámpora o, en cambio, si la seguimos cuidando quienes, como vos, creemos en el trabajo, la libertad, la decencia, las escuelas abiertas, la austeridad del Estado, la lucha contra la pobreza y el respeto por las instituciones. El domingo 12, digámosle a todos, aquí (pone su mano en el corazón) está Mendoza”.

¿Cuál es el metamensaje? ¿Qué nos dice Cornejo?

Yo no sé qué entendieron otros, pero yo, clarito: Cornejo va intentar eliminarnos. Yo lo tomo como lo que es, una amenaza de la persona que controla 4 de los siete jueces de la Suprema Corte, que nombró más de un tercio de los jueces, que concita la sumisión del gobernador, de la Legislatura y de los organismos de control. Una persona capaz de censurar la casi totalidad de la prensa mendocina con sobornos o presiones. Cornejo ya arrasó, como promete volver a arrasar, los valiosos principios que enuncia: libertad y respeto por las instituciones.

Sí, yo tengo miedo ante esta amenaza.

Y perplejidad ante la respuesta de Fernández Sagasti.

Fernández Sagasti

“Es cierto, las cosas no salieron como lo esperábamos. La pandemia, el trabajo, los precios... – ¿Pero sabés qué, Anabel? No vamos a bajar los brazos. – Vamos a ir a Buenos Aires a lograr los acuerdos para traer trabajo, obras e inversiones para los mendocinos. – Acompañanos con tu voto”.

Si un día, querida lectora, un tío suyo, carnicero, le pide un comercial de promoción, le sugiero que de ningún modo empiece diciendo “las cosas no salieron como esperábamos...”. Un error técnico difícilmente aceptable. Desconozco cómo se hizo el guión, probablemente tenga estudio previo y ese estudio no estuviera mal orientado. Una cosa es hacer encuestas, escuchar la opinión pública y otra convertirse en una veleta sin discurso propio. Auscultar opiniones es un insumo para plantear mejor las ideas propias, no para ocultarlas o reemplazarlas. Por otro lado “pide disculpas” una congresista que no tuvo ni tiene responsabilidades de gestión, un sinsentido.

La idea de “buenos acuerdos” orientó la campaña de la principal contrincante del oficialismo mendocino. Los buenos acuerdos incluyen a Cornejo. ¡Sí, el mismo que llama a exterminarnos!

En la misma línea dio que hablar un spot de F. Sagasti en que se compilan reconocimientos a su persona de parte de distintos intendentes y de... Cornejo.

Apelar como fuente de legitimidad a palabras del contrincante, máxime de uno que llama a tu exterminio, sigue pareciendo inconveniente.

Más allá de sus intereses

Mendoza ha sido arrasada. Su economía destruida, sus instituciones se pusieron al servicio de una mafia, la corrupción campea a sus anchas y los organismos de control fueron colonizados. Los medios hegemónicos alienan sistemáticamente a cientos de miles de ciudadanos.

Lo desesperante es que lo que debería ser una oposición contundente a esta degradación no lo es.

Y no es gratis.

Los candidatos tienen sus intereses, es legítimo que los defiendan, nadie objetará eso. Pero deben hacerlo con un mínimo de utilidad social. No pueden callar ante semejante atropello y concentración de poder en la provincia.

Lo pendiente sigue pendiente. Juntar todo lo que se pueda para sacar de la provincia, impugnando radicalmente al cornejo-suarismo. 


domingo, 12 de septiembre de 2021

Neoliberalismo flojito de episteme

 


Por: Carlos Almenara

Contra lo esperable viniendo de quienes viene, la campaña por las elecciones PASO del 12 de septiembre culminó con fuertes propuestas económicas de la derecha.

Una de ellas en boca de Rodríguez Larreta fue la de eliminar las indemnizaciones por despido. La misma está plasmada en proyectos de ley de legisladores que le responden, así que, de ningún modo, puede pensarse como un exabrupto.

Por otro lado, un autodenominado economista que realiza rituales filonazis no pierde ocasión de presentar sus ideas económicas, que, en realidad, son las mismas que conocemos hace tiempo.

Revisar estas aseveraciones nos dará una excusa válida para analizar cómo funcionan los planteos neoliberales. Porque, por si no queda claro, a esta categoría ideológica/política corresponden.

Veamos cada una de ellas.

El primer caso referido fue planteado del siguiente modo: "Claramente hay que ir de la indemnización a un seguro... Hay que tener en cuenta los trabajadores actuales y los millones y millones que hoy no consiguen un trabajo, porque nadie toma un empleado en Argentina con un sistema como éste. No digo que hay que sacarlo de un día para el otro".[i]

El planteo es que el empleador pueda despedir al trabajador sin pagarle nada.

Si pensamos un minuto, para los postulantes del proyecto (y para el neoliberalismo en general), el hecho de que el empresario tenga un desincentivo a despedir, en lugar de cuidar el trabajo, lo destruye. Siguiendo este razonamiento, ¿por qué quedarse solamente en las indemnizaciones? Habría que bajar los salarios y entonces habría más trabajo. Pero qué curioso, es lo que hicieron en su gobierno, el salario perdió 20% y, sin embargo, el desempleo aumentó al doble.

La trampa lógica debería ser evidente. Que al empresario se le reduzca lo que Macri llamaba “costo laboral” le produce una única consecuencia: aumenta su rentabilidad. Ello no implica que aumente la producción. Habrá más trabajo si las empresas producen más, que los salarios sean más bajos no conduce necesariamente a mayor producción.

Esta misma lógica se manifiesta cada vez que se pide baja de impuestos. Supuestamente si se bajan impuestos, disminuirá el desempleo. Tampoco aquí hay relación necesaria. Baja de (ciertos) impuestos produce aumento de la rentabilidad, no necesariamente aumento de la producción.

Porque ¿de qué depende la cantidad producida? De la cantidad que se pueda vender en un negocio, que, se supone, rentable. Si venden más, producen más, y hay más trabajo. Entonces aquí cambia toda la perspectiva. Ya no es estrangulando al trabajador cómo se logra pleno empleo sino estimulando el consumo, haciendo que las mayorías tengan poder de compra.

¿En qué caso está lógica podría no aplicarse? En caso de que todo lo producido se destine a exportación, a otros pueblos; en esa situación la oligarquía vernácula actúa como agente de un enclave colonial ocupada en esclavizar a los argentinos. Es el caso. Pero no por necesariedad económica ni por ningún óptimo sino por interés y cipayismo.

La segunda aseveración que queremos analizar, de Javier Milei en este caso, se refiere a la desigualdad salarial (o no) entre hombres y mujeres. Para Milei NO hay desigualdad salarial y lo fundamenta como sigue:

“La primera prueba empírica de eso la hizo Gary Becker en el año 58 cuando publicó su tesis doctoral y quiso comprobar si había discriminación contra distintas razas, géneros y eso marcó la manera de analizar los datos. Pero hoy cuando empezás a descomponer los datos y los llevás bien al límite, esas discriminaciones no existen. Un empresario quiere ganar plata. Si pudiera contratar mujeres y a un salario más bajo va a contratar a las mujeres y vas a ver las oficinas llenas de mujeres”.[ii]

En esta argumentación está presente el núcleo del modelo neoliberal. La trampa epistémica que llevó a Mario Bunge a sostener que la economía ortodoxa es la más peligrosa de las pseudociencias[iii], la que lleva al hambre y a la muerte a cientos de millones de personas.

El pensamiento científico, máxima expresión cultural para entender el funcionamiento del universo y del mundo humano, requiere desde Descartes y a lo largo de la secularización moderna, argumentación, explicación humana fundada en evidencia y sometida a verificación. Toda aseveración debe someterse a la prueba de la realidad, lo que Popper llamaba “falsación”.

Volvamos a cero. Decir, uno puede decir cualquier cosa. Ahora, que ese decir pueda enmarcarse en la cultura científica tiene los requisitos que expusimos arriba y varios más. Las “leyes” científicas, sus tesis, son provisorias, revisables y pasibles de refutación. En las ciencias fácticas, las que se refieren a los hechos, la preminencia la tiene la realidad. Cualquier postulación que se sostenga debe verificarse, es decir, comprobar que los hechos funcionan tal como predice la teoría. Si los hechos no funcionan como predice la teoría, no es la realidad la incorrecta sino la teoría propuesta.

Esta es la trampa universal del neoliberalismo.

Veamos un ejemplo. En física y química existe la “ley de vasos comunicantes”. Ella demuestra cómo un líquido homogéneo puede tener un mismo nivel al ser vertido en una serie de envases conectados a través de unos conductos sin que la forma u orientación de los vasos afecte el nivel.

Este postulado está abierto a comprobación empírica. Podemos corroborarlo en nuestra experiencia cotidiana cada vez que abrimos una canilla.

La proposición científica postula que los líquidos se comportan de cierto modo y eso se confirma en la realidad.

¿Cómo funciona “su” ley para Milei?

El empresario quiere ganar dinero, luego, contratará aquellos factores productivos (trabajadores en este caso) que le ofrezcan mayor productividad, sin discriminación alguna. Esa es “su” ley.

Cientos de estudios muestran que en la realidad se ve una brecha salarial. A igual tarea y responsabilidad los salarios promedio de los hombres son 20% superiores a los de las mujeres en Argentina[iv].

Obviamente, el pensamiento científico rechaza “su” ley por falaz y afirma que, efectivamente, existe discriminación salarial.

¿Qué dice Milei?

Que eso es imposible. Que los datos están mal tomados. Que “su” ley es irrefutable.

Eso es conocido, legitimó el poder premoderno, funda los regímenes teocráticos y se denomina dogma. Un tipo de saber, de creencia, impenetrable por la realidad.

Con este accionar dogmático los neoliberales argentinos son invulnerables a los sucesivos fracasos. La dictadura, Menem, Cavallo, De La Rúa, Macri, todos “fracasaron”, todos aplicaron el mismo plan, todos recurrieron al FMI. Pero en cada cruce de la historia, los neoliberales nos dicen que el problema estuvo en que no se aplicó “el verdadero” modelo. O, como Milei, que los datos están mal tomados.

Es decir, no está mal el modelo que fracasó, está mal la realidad. Como dice Milei “no hay brecha salarial”. No importa lo ridículo que se vea.

Si el dogmatismo debiera ser descalificante en cualquier debate, en la academia es un oprobio. Que las Universidades argentinas estén llenas de impresentables que sostienen el mismo dogmatismo que Milei, y lo están, debiera provocar una rebelión popular, una nueva Reforma Universitaria.

Pero hay algo más.

Lo que dice Milei no es sólo una mentira y un dogma, es un programa político. Detrás de “su” ley rige como precepto universal, “lo que es, es justo”. No es que los hombres ganan 20% más que las mujeres a igual tarea y responsabilidad, es que los hombres “son 20% más productivos”. No es que el hecho que un CEO gane 300 veces lo que un obrero es evidentemente obsceno; es justo, toda vez que en la lógica Milei, es 300 veces “más productivo”.

Ninguna sorpresa, justificar las injusticias siempre fue el programa político de la reacción.

Por eso ellos son ellos, son eso; y nosotros somos nosotros. Bien lejos.