domingo, 8 de octubre de 2017

Pobreza material y de ideas


Distribuir la riqueza requiere primero crearla” Alfredo Cornejo 02/10/2017*

La afirmación del encabezado es falsa. En Argentina múltiplemente falsa.

Los proyectos económicos de concentración no han mostrado mayor aptitud para hacer crecer la economía que los más equitativos. Es decir, no es cierto que donde la gente pasó hambre o privaciones hubo una acumulación y un crecimiento mayor que donde no.

De hecho, lo que los cientistas políticos llaman “los 30 dorados”, los años posteriores a la II Guerra Mundial, fueron de alto crecimiento, al tiempo que aumentaban derechos, salario real y protección del trabajador. Fue el esplendor del “Estado de Bienestar”.

En nuestro país, la afirmación es doblemente falaz. Nunca hubo redistribución de la riqueza. Es decir, cada vez que acumuló la élite oligárquica, la riqueza fugó, jamás se distribuyó. Lo único que esos grupos han distribuido es deuda externa de sus empresas que, socializadas por Cavallo hemos pagado los argentinos. Incluso deuda del Grupo Macri, cuyo heredero cierra el círculo pagando a Paul Singer y otros fondos buitres en condiciones indignas.

Ah, y también han distribuido crisis cíclicas, como la del “corralito”.

En Argentina nunca hubo distribución de la riqueza. Hubo, en interregnos populares, creación más equitativa de riqueza, no distribución de riqueza ya creada. Hubo, bajo ese tipo de gobiernos, resguardo y avance en los derechos, protección al trabajador, seguridad social, educación gratuita, salud universal... Y cuando hubo todo eso se creció más que cuando no hubo.

La frase de Cornejo no es nueva, fue la insignia de la década menemista. En general es una de las preferidas de los neoliberales. En el fondo, como casi toda la teoría económica ortodoxa, no es más que una excusa mentirosa para presentar como justo que unos pocos se queden con casi todas las cosas mientras las mayorías apenas subsisten.

Aunque, en realidad, quizás debemos mirar bajo una nueva luz la frase Cornejo. Como ocurre con cada una de las frases de Macri. No hay una sola que sea verdad. Muchas tampoco son necesariamente mentira, es la inversión del significado que le conocíamos previamente a las palabras.

Si así fuera, ahora se estaría re-distribuyendo entre los amigos de Macri riqueza que fue creada por los argentinos durante los doce años previos.

Ahí sí se produciría el ciclo: creación de riqueza con inclusión social al término del cual una minoría oligárquica se apropia, se re-distribuye a sí misma, la riqueza nacional.