domingo, 14 de abril de 2024

Problemas de la economía real

 


La excelente nota de Analía Doña del 8 de abril sobre las dificultades que se avizoran para el ajo mendocino en el mercado brasileño expone un nuevo ejemplo de cuán necesaria es la acción del Estado para promover la economía y el interés nacional.

El texto relata las opiniones del presidente de la Associação Nacional dos Produtores de Alho, Rafael Corsino, quien explica cómo crece la producción nacional (brasileña) y recomienda a los argentinos que busquen otros mercados. A su vez, advierte que este año vence la sobretasa de importación del ajo proveniente de China hacia Brasil, un extra de 100% que de dejar de aplicarse baja a cerca de la mitad el precio a que se vende el producto en San Pablo.

Esas declaraciones condensan lo importante que resulta un Estado activo que promocione y defienda la producción nacional. Serán los distintos niveles del Estado, pero sobre todo el Nacional, el que debe orientar una estrategia participativa público-privada de búsqueda de mercados adicionales al ajo argentino, del que Mendoza produce más del 80%.

Sobre el mecanismo anti-dumping en Brasil contra el ajo proveniente de China que significó una verdadera “bendición” para Mendoza, se ve la importancia de las uniones, que, si no más, sean al menos aduaneras con los países hermanos de la región.

China produce cerca de la mitad del ajo del mundo y sin resguardos arrasaría el producto argentino en el mercado brasileño, o al menos lo pondría en serios problemas.

Estamos hablando del entorno de U$S 200 millones, más de 13.000 hectáreas y decenas de miles de puestos de trabajo entre directos e indirectos para Mendoza. No parece poco, más ante lo exhausta que se muestra la economía provincial.

Todo lo anterior es conocido por quienes están en el negocio. ¿Por qué lo decimos entonces?

Porque proliferan discursos anti-Estado y en este caso se ve cómo su acción es insustituible, aún con criterio pragmático.

Contrario a la afirmación del presidente, no existe un solo caso en todo el mundo de un país que se haya desarrollado sin un Estado activo y promotor.

Siendo algo tan evidente, siendo tan claro que el proyecto de destrucción del Estado lleva a la anomia y al desquicio de la economía, uno se pregunta cómo es posible que encuentre defensores entre empresarios que terminarán en la ruina. “¿No la ven?”.