sábado, 8 de agosto de 2009

La rentabilidad de “el campo”

Por: Carlos Almenara
c.almenara@hotmail.com
7 de agosto de 2009

La Mesa de Enlace de gremiales patronales agropecuarias reclama mayor rentabilidad de su producción.
Hace hincapié en ciertas producciones que, según argumentan, están pasando una situación crítica.
Así, dicen que la ganadería vacuna, la producción láctea, el trigo, el maíz, entre otras actividades son no rentables.
No muestran números.
Nunca muestran números.
¿Qué dicen?
Que disminuye la producción y esa disminución de la producción se explica porque los productores pierden plata. Incluso sostienen que algunos productores hacen soja para poder sostener sus actividades no rentables.
Falso. Ese razonamiento viola la más elemental lógica económica.
Antes de entrar a analizar el argumento es preciso aclarar que no es cierto que la producción agropecuaria de la pampa húmeda no sea rentable. Todos los análisis serios muestran rentabilidad a pesar de la sequía. En realidad no es necesario decir mucho, la rentabilidad del negocio se refleja en el valor de la tierra, que como todos los negocios se valúa por el flujo futuro de fondos que se espera. Los campos en esa región siguen en precios astronómicos. Cualquiera que afirme que explotándolos se pierde plata tendrá que explicar por qué se pagan fortunas para comprarlos. La respuesta es una sola, porque es buen negocio, es rentable, muy rentable.
Los empresarios agropecuarios son agentes económicos maximizadotes del beneficio. No hacen y no harán algo que sea menos rentable a una producción alternativa.
El concepto económico central para entender el debate es el de costo de oportunidad o precio sombra alternativo. Es decir, un empresario rural se plantea, con un ciclo anual o semestral, qué destino de la tierra será más rentable.
Esa es la comparación válida.
Entonces el problema de que haya menos carne o menos trigo no es que sean actividades que den pérdidas sino que son menos rentables que la renta de referencia, la soja. No dan pérdida pero sí son menos rentables que la soja.
El productor cada ciclo en que tiene que decidir qué hacer con la tierra hace lo que más le conviene y está bien, así funciona el asunto. Y lo que más le conviene es la soja, entonces siembra soja. No lo dejarán de hacer. La única manera de que dejen de hacerlo es que la soja sea peor negocio que la ganadería, el trigo o el maíz. Eso se hace con retenciones.
La solución entonces para tener más carne, más leche, más trigo, más maíz es aumentar las retenciones a la soja.
Aún cuando suene paradójico es exactamente de ese modo como se puede aumentar la producción de estos bienes de modo que no implique una fenomenal transferencia de recursos de todos nosotros a estos señores, señores que seguramente no figuran entre los señalados con preocupación por el Papa.

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