jueves, 5 de julio de 2012

Bartolo, de golpe

por: Carlos Almenara Presidente Partido Encuentro Mendoza en Nuevo Encuentro c.almenara@hotmail.com junio 2012 Una bellísima novela de Mempo Giardinelli, “La revolución en bicicleta”, cuenta la historia de Juan Bartolomé Araujo, militar y revolucionario paraguayo, reiteradamente perseguido, finalmente exiliado en nuestra provincia de Chaco. Es interesante releerla o leerla por estos días aciagos para el pueblo paraguayo. El golpe institucional a Fernando Lugo muestra los nuevos modos de los viejos golpes. Los objetivos de aquellos son los mismos que los de éstos. Puede ser que algún sádico añore más cantidad de asesinatos pero aquellos golpes no se hacían, en general, para asesinar. Se hacían para implantar un proyecto político. Igualito que ahora. Una conjura de las derechas políticas, los medios concentrados y el poder económico para no permitir proyectos que cuestionen así sea mínimamente sus privilegios. Violan el veredicto de las urnas usando idiotas útiles (en Ecuador fue la policía, en Bolivia recientemente también, en Honduras sectores del ejército, lo mismo que en Venezuela), generando un boicot con desabastecimiento, cortes de ruta y otros (Bolivia 2008, Argentina y Venezuela), siempre con los medios concentrados como ariete; en todos los casos utilizando sectores de la política y las instituciones que asumen su representación y les permiten una pátina de legitimidad falsa. La respuesta de un continente que quiere juntarse y no vacila en el respeto a la voluntad popular, aisla a estos dinosaurios aún cuando aspiren y aún obtengan el apoyo de “La Embajada”. La potencia imperial tiene problemas propios y el continente ya no admite su intromisión en silencio. El llamado es a defender la democracia y lo que votó el pueblo. Las derechas han demostrado que pueden ser una opción electoral competitiva. Han ganado varias elecciones. Falta la otra mitad de la cuestión, que se banquen no ganarlas sin destituir el gobierno resultante. En Paraguay un vicepresidente, los medios concentrados y el Congreso opositor, representantes del poder real, destituyeron un presidente. En Argentina lo intentaron hace unos años. En cómo recomponer reglas de juego y sancionar a quienes las violaron (o intentaron hacerlo) radica un requisito estructurante de nuestra democracia. Que cada quien se calce el sayo. La política cuando se centra en el devenir narcisista de un personaje pero se escinde de la suerte de los pueblos y las causas, se encapsula en un anecdotario que la enajena de los ciudadanos y la transfiere a manos del poder real. La historia de Bartolo muestra un acervo de lucha y resistencia popular del pueblo paraguayo. Una historia de tantas. De paraguayos como las hay de cada uno de nuestros pueblos. La reunión de Mercosur y UNASUR de Mendoza en estos días pone en valor y rescata como nunca había ocurrido esas herencias. Es un buen motivo de festejo y optimismo.

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