martes, 2 de diciembre de 2014

Una ciudad en retroceso

El concejal que asumió la intendencia en reemplazo de Víctor Fayad en la Ciudad de Mendoza, Rodolfo Suárez, fuerza un bienvenido debate.

Sus medidas, en un mar de argumentos falaces, proponen cambios profundos para la vida de cientos de miles de mendocinos que viven o transitan por ella.

La sanción del “Código” de convivencia urbano entre sus primeras medidas de gobierno muestra el perfil que pretende imprimir a su gestión: represivo, profundamente autoritario, senil. Al mismo tiempo privilegia el negocio inmobiliario en una ciudad sin planificación y sin equidad social. Conforme al posicionamiento político que debate su partido, representa el modelo Macri. “Orden” y negocios.

Las comillas sobre orden tienen que ver con que esa es una promesa de las derechas que nunca se cumple. El imposible deseo de acallar al otro, someterlo de tal modo que no lo percibamos, que no nos moleste. El intendente no termina de percibir que en democracia no se puede. En dictadura tampoco pero esa es otra discusión.

Como decía el profesor Waldo Ansaldi, historiador argentino, “¿qué es lo contrario de orden? Otro orden, no el desorden sino otro orden”.

En este caso la apelación al orden de Suárez es una impostura, una mentira. La Municipalidad ha fracasado con todo éxito en cada uno de sus intentos. El tránsito es un caos de magnitud nunca vista. Los agentes municipales agreden a los músicos callejeros mientras frente a ellos hay descomunales taponamientos de tránsito. La parte positiva es que no se meten en el tránsito porque cada vez que lo hacen empeoran la situación.

La Municipalidad ha recibido fondos nacionales que le permitieron renovar el asfalto como no se hacía en décadas. ¿Lo planificó? Perfectamente. Estudió el modo de cortar calles de manera tal que colapse totalmente la ciudad. Por ejemplo, hay recursos para asfaltar diez cuadras, entonces, uno que apela al sentido común y a elementos fundamentales de geometría piensa que cortarán una calle y asfaltarán diez cuadras... Error, la Municipalidad corta diez calles distintas. Mejor, todas en la misma zona. Colapso total.

Ahora, cuando tienen que justificar el Código autoritario, ¿qué dicen? Que los que protestan no pueden cortar una calle... Si los piqueteros aparecieron en Argentina cortando rutas y calles, ¿quién es el mayor piquetero en la Ciudad de Mendoza? Por supuesto, su intendente.

Suárez hace ostentación de una carencia total de mirada urbanística. Da pavor pensar las consecuencias que puede tener la rehabilitación del Shopping de Maristas. Pero el modelo Macri es así: la mejor planificación es el mercado, los negocios inmobiliarios.

Mientras tanto la zona oeste de Capital sigue carente de infraestructura, plan, políticas sociales, promoción económica y, en general, una atención acorde a las posibilidades de la Ciudad.

El caso del “Código” excede largamente cualquier discusión municipal. Con la pretensión de “regular el espacio público” restringe e impide derechos constitucionales básicos: La libertad de expresión, la protesta, el ejercicio de toda industria lícita entre muchos otros. La idea es: cualquier cosa que ud. quiera hacer en la ciudad, tiene que pedirnos permiso a nosotros. ¿Y qué criterio aplicarán para autorizarte o no? No lo dicen, lo que les parezca. Una discrecionalidad impropia del liberalismo que dicen representar.

La gestión de la ciudad siempre pone de manifiesto la concepción ideológica subyacente. Quizá como pocas tareas políticas, la administración municipal expone cuál es la concepción del hombre, la idea de ciudadanía, la idea acerca de la participación, la inclusión y la igualdad.

Suárez ya mostró las suyas. Una ciudad autoritaria, desigual, sin participación, abierta a los negocios inmobiliarios que impidan cualquier plan y cualquier política inclusiva.

El modelo antagónico no está formulado. Pero en eso estamos.

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