domingo, 21 de agosto de 2016

Sí a la grieta y respuesta


El martes 16 de agosto Infobae publica una nota titulada “Sí a la grieta” firmada por Dardo Gasparre (Link).
No la voy a discutir punto por punto porque sería imposible tan siquiera encontrar una secuencia lógica. Sí pretendo rechazar, desnaturalizar, el carácter infamante y antijurídico de la misma.
No hay una sola verdad en el largo y enrevesado texto. Sí está repleto de odio y descalificación.
Efectivamente, como sostiene Gasparre, hay una grieta irreconciliable. La hay entre quienes, como él, defienden el genocidio y quienes creemos en la democracia.
Cada uno de los argumentos falaces, mezclados, contradictorios en sus términos, puede ser refutado pero hay una cosa previa a cualquier discusión. Gasparre no quiere discutir, quiere exterminar el kirchnerismo y quiere que se lo aplauda por ello como si fuera un vecino con buenas intenciones.
El desprecio insalvable de una buena parte de la población hacia los jefes de la banda kirchnerista dice el escriba (debería) acentuar (la grieta) con rejas de por medio.
Otras veces en la historia argentina se aplicaron recetas alla Gasparre. Con el golpe del '55, con el del '66, con la Triple A, con el golpe del '76. El pacto democrático desde el '83 se basó en la inaceptabilidad del terrorismo de estado.
Vemos que hay quienes quieren volver a las catacumbas.
El alienado autor continúa:
¿Qué grieta quiere cerrar Macri? No hay cicatriz posible entre Julio de Vido y Juan José Aranguren, y los actos y las conductas que representan. Tampoco es posible encontrar puntos de acercamiento entre cualquier persona decente y Hebe de Bonafini, no sólo por su accionar delictivo y depredador, sino por su actitud sociópata, irreconciliable con el modo de ser de alguien normal. Nadie quiere soldar el tajo con Estela de Carlotto, ni con Susana Trimarco, ni con Milagro Sala, cada una en su especialidad. Más bien esa brecha debería profundizarse y convertirse en un foso con cocodrilos.
No voy a discutir que Macri lejos está de pretender cerrar grieta alguna, que efectivamente es inconciliable De Vido con un ministro que compra combustible a su propia compañía, pero sí voy a reclamar respeto a luchadoras insignes que no merecen descalificación e insulto. Sólo un cobarde que no puede sostener su posición sin ayuda actúa de ese modo. Por cierto, Milagro Sala lleva más de siete meses presa sin causa, o con causas que cambian o con cualquier excusa porque es una presa política.
Gasparre y quienes hoy gobiernan no sufrieron persecución de jueces que les armaran causas ni restricciones a sus libertades por motivos políticos durante los gobiernos kirchneristas, pero él como vocero de un proyecto oligárquico, pretende subsanar lo miserable de su propuesta política encarcelando a quienes pudieran contradecirla. Lamento informarle, Gasparre, que esa idea ya la tuvieron otros. Cuando Argentina tuvo instituciones fuertes quienes la impulsaron fueron juzgados y algunos terminaron presos.
No hay una grieta. Hay una secesión virtual. Que no se efectivice es una cuestión técnica termina su nota en una definición que pudiera ser una incitación... ¿a qué?
Gasparre no sólo no tiene razón, no sólo es un violento que bordea o más la incitación al delito sino que su discurso es radicalmente ilegítimo y nocivo para una sociedad mínimamente civilizada.
Con escasas esperanzas que esta respuesta sea publicada en el medio original la escribo en la convicción de la función social de la comunicación y la necesidad de negar, palmo a palmo, legitimidad a discursos delirantes y genocidas. Gasparre y los que piensan como él no tienen derecho al agravio ni a arrogarse representación de nada.
Toda esa actuación de ciudadano indignado diciendo groserías no tiene otro objeto que encontrar algún modo de “justificar” la más regresiva distribución de la renta de los últimos 40 años. No hay reja, juez, policía ni monopolio que impidan la propagación de esa verdad.

Carlos Almenara

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