jueves, 4 de febrero de 2010

Realidad y credenciales. Respuesta a Aguinis

Realidad y credenciales. Respuesta a Aguinis
Por: Carlos Almenara*

La derecha en consolidación ha pergeñado un grupo de intelectuales que denominó “Aurora de una nueva República”, aparentemente de fugaz intervención pública, puesto que hace ya un tiempo prolongado no se los ve públicamente.
Uno de los referentes de ese grupo era Marcos Aguinis, frecuente escriba de La Nación, reproducido el 2 de febrero por MDZ.
En esa nota golpista, cínica y mediocre Aguinis se pregunta si “¿Es de un progresista comprar dólares?”
Es una tendencia. Declaraciones que repiten la mecánica. ¿Qué sabe Aguinis de progresismo? ¿Por qué habla de progresismo? El no reivindica el progresismo, su frase sólo puede verse como una ofensa.
No es el único, está lleno de casos. Sólo dos más. Macri acusa al gobierno nacional de “¡fascista!”. Macri, con las picanas que les quiere dar a sus policías, las escuchas telefónicas de Ciro James a sus opositores políticos y el troglodita de Posse haciendo fascismo explícito acusa a otros de fascistas. La señora Mirtha Legrand se pregunta -¿Qué es esto una democracia o una dictadura? La señora que baja línea a favor de cualquier idea autoritaria asume implícitamente el papel de demócrata frente a “dictadores”.
En la misma línea Aguinis se cree autorizado a decir qué cosas son progresistas. Es una muestra de grosería, prejuicio y macartismo. En relación a la compra de dólares por parte de Néstor Kirchner pregunta retóricamente “¿Iba a usar esa cifra para una mejor distribución del ingreso? ¿Para castigar al imperio americano? ¿Para fortificar nuestra nación?”. Porque, sépalo, los fachos se creen autorizados a decirle a quien haya manifestado alguna preocupación social que tiene que cagarse de hambre. Ah, ¿Ud. quiere menos pobreza, más igualdad? Bueno, agarre su platita y repártala. Quieren privatizar la igualdad. No podemos desarrollar aquí el concepto pero refleja una avivada y una múltiple discriminación.
¿Pero por qué Macri critica el fascismo, Mirtha amplía la cultura democrática y Aguinis bucea los fundamentos del progresismo?
Mi hipótesis es que hay dos niveles discursivos. Desde ya, está la crítica al gobierno. Pero eso sería lógico y deseable, sin embargo esto no es crítica, esto es otra cosa. Un nivel sería el de intentar poner en tensión al sistema. –Así que vos sos democrático, chupate esta mandarina- Aguantate mi sedición. Así que los piqueteros cortan rutas y no reprimen, ahora los millonarios sojeros cortamos el país. Hay ahí una pinza entre el reclamo y la demanda de orden. Así que vos te decís progresista, a ver, te pongo el parámetro más alto para evaluar la realidad social. Y por supuesto mido lo que quiero. Entonces te pido las máximas mejoras y te critico el aumento de gasto.
El segundo nivel es la gran innovación política desde 2008. El discurso fascista elaborado por Clarín y repetido hasta el hartazgo por la mayoría de los medios. Para ese discurso existe un pueblo sano (orgánico) que debe liberarse de la lacra de los K. Por eso el pueblo debe replicarse íntegramente: en ese pueblo hay derecha, centro e izquierda, hay demócratas y autoritarios, hay progresistas y reaccionarios. Y los K? No, los K no. Los K no caben, son menos que humanos, son la ajenidad radical. El eslógan de este discurso es TN (Todos Nosotros).
A las banderas que supuestamente tienen los Kirchner, estos personajes replican que no son tales, no son democráticos, no son progresistas. Es importante para el discurso nazi sacar a Kirchner de estos posicionamientos, negárselo. En la misma clave se ha visto a Nelson Castro recordando el juicio a la juntas; ¿Por qué? Para desposicionar a Néstor y Cristina Kirchner en materia de Derechos Humanos. Vincular los avances en esta materia a gobiernos anteriores, ocultando un hueco (o varios huecos) en el relato. Sería bueno que la llamada centroizquierda mimada por Clarín sea conciente de qué es cómplice. No sólo por cuestiones de conciencia y justicia sino porque es el destino de cualquier cuestionamiento al status quo.
Entonces una primer cuestión es empezar a exigir que cada quien hable de sí y desde sí. Pedir ampliación del vocabulario y enriquecimiento de la adjetivación, contestar, descubrir, hacer ver, que estas imposturas son malintencionadas. Ni Macri tiene interés en evitar el fascismo, ni Mirtha en ampliar la democracia, ni Aguinis en políticas progresistas.
Pero volvamos a nuestra estrella. Seguro no le disgustaría que lo llamáramos de este modo. Aguinis dice de sí mismo (en tercera persona) y de sus escritos cosas como:
- “Carta esperanzada a un general se convirtió en el punto de arranque para su extensa y exitosa carrera como ensayista”.
- “Al escribir La cruz invertida, que desmenuza la situación preconciliar de la Iglesia Católica, él mismo llegó a sorprenderse:
– ¡Carajo, cuánto sé de todo esto!”.
- “Los textos de Operativo siesta son un catálogo de la riqueza que habitaba en su espíritu: agudeza, humor, ternura, ironía, ojo crítico”.
- “A los doce años estalló su romance con la literatura”.
- “París tuvo también el raro privilegio de haber sido la ciudad que vio morir al Aguinis músico. A pesar de los aplausos en numerosos conciertos”.
Puede ver otras muchas generosas consideraciones para consigo mismo en: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-132079-2009-09-20.html.
Algunas perlitas en el curriculum de Aguinis. Escribió una biografía del Almirante Brown dedicada y en homenaje a Massera. Este libro fue impreso y presentado en la Armada en 1977, época de febril actividad genocida por parte de Massera, razón por la cual el homenajeado pegó el faltazo a la presentación mostrando la consideración que tenía al autor.
Aguinis cobra una jubilación de privilegio desde sus 50 años, jubilación obtenida luego de once meses como funcionario en el gobierno de Alfonsín. Ha cobrado desde entonces hasta hoy casi $ 2.000.000 por este concepto.
Su paso por la gestión pública es recordado por su frecuente uso del auto oficial y chofer para asistir a eventos protocolares de los que solía relatar lo brillante de sus intervenciones.
Este individuo, con estos antecedentes, con casi dos millones de pesos cobrados por una jubilación de privilegio es quien viene a pontificar sobre la ética y cómo cuidar lo público. Es la promesa intelectual de la derecha prohijada por La Nación.
Los argumentos de descalificación ad hominem no resuelven nada, pero es necesario mostrar estos hechos para acreditar la mala intención, la falta de autoridad moral y la operación destituyente.
La relación entre corrupción y política tiene, a mi entender, gran complejidad. A priori creo que en condiciones normales no deberían mezclarse. Es decir, no debería hacerse política (en el sentido de posicionar un candidato, un partido) a partir de denuncias de corrupción. Tampoco puede “suspenderse la política hasta que nos juntemos los honestos”. Porque no puede suspenderse la política; siempre hay distintas miradas, distintos intereses. Es el sueño de la derecha: suspender la política, entonces la única política que queda es la que hacen ellos que son el poder. Ellos que no necesitan decir porque hacen y está allí, en lo que hacen, la ideología. Hay evidencia histórica: Carrió. ¿Cuál era la promesa de Carrió? No, la ideología después, primero nos juntamos los honestos de todas las tendencias. Mentira, imposible. Es el discurso de la derecha y como se ve hoy, ya Carrió no esconde que es de derecha, como en realidad lo mostraba su promesa original. La utopía de finiquitar lo ideológico, la utopía de la derecha. Hoy también le dicen “consenso”. Bueno, lo que prueba el caso Carrió es que no sólo la politización de lo ético como clivaje central deriva en derechización, sino que fracasa en sus propios términos. Carrió terminó rodeada de corruptos, diciendo la letra del poder y al servicio mal retribuido del monopolio comunicacional.
Digo más. Los líderes populares han sido perseguidos con argumentos de supuestos casos de corrupción. Los perseguidores fueron siempre los sectores de la oligarquía. Pasó con los Lencinas en Mendoza, con Yrigoyen, con Perón, con Alfonsín, con Kirchner. Hay un comportamiento que se repite a lo largo de la historia. Han presentado supuestos casos de corrupción de líderes populares en la clave del escándalo más absoluto, mientras que a los corruptos del Jockey Club, a los que son aplaudidos en la Rural, los disimulan y consienten. A más del interés de clase, quizá tenga que ver lo inaceptable de un modo de liderazgo social que apunta a la transformación de la sociedad, a empoderar a los débiles. No es que estén en desacuerdo, es inaceptable. Entonces hay que demostrar que, digamos Kirchner, no tiene ningún interés en mejorar la vida de los pobres, sino que por ejemplo la asignación universal por hijo, no le importa nada y sólo es una excusa perversa para hacer negocios espurios, que lo único que le importa es su enriquecimiento por latrocinio. Hay que instalar su perfidia para que todos sepan que un dirigente político sólo puede ser un cagador o en términos de economía neoclásica un agente maximizador del beneficio. Es otro nombre de cerrar lo político.
Es deseable el mayor estándar ético y legal para la dirigencia política y social. Pero una mirada panorámica no augura en la llamada oposición mejor performance que en el gobierno. Sería deseable que frente a la polarización de las posiciones políticas y a la campaña destituyente del monopolio comunicacional, una justicia objetiva e imparcial dirima las controversias. Sin embargo aparece la sistemática componenda de un elenco judicial comprometido con el poder económico y con las élites partidarias tanto oficialistas como opositoras.
Para poner en contexto el hecho que escenifican Aguinis y otros como un escándalo, Kirchner, que es un hombre de fortuna desde antes de asumir como intendente de Río Gallegos, compró dólares en octubre de 2008, según dice él para pagar inmediatamente una propiedad. La operación está declarada. Si esto es así, no sólo no hay delito sino ninguna posibilidad de cuestionamiento ético. En relación a un supuesto uso de información privilegiada, no habría lugar para ello si son divisas utilizadas para pagar un precio fijado o usadas en un breve lapso. Igual, no parece que comprar dólares constituya privilegio toda vez que cualquier portafolio de inversiones de un patrimonio del volumen del de los Kirchner seguro tendrá un componente porcentual de activos nominados en dólares aunque más no sea como diversificación del riesgo.
Resulta simpático cómo los legitimadores de la sociedad jerárquica, del poder y la riqueza hacen demagogia criticando la fortuna de Kirchner.
Lo que se ha visto hasta ahora es una nueva puesta en escena de la estrategia destituyente. Es decir el escándalo que aducen es una impostura como simularían cualquier cosa que sirviera para debilitar a la presidenta. Superar la comunicación totalitaria es un prerrequisito para permitir un debate político más edificante.



*Referente de Espacio para la Reparación Social – Mendoza.
Miembro de Carta Abierta Mendoza.
c.almenara@hotmail.com

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