Estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora
americana (Manifiesto Liminar)
Si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo,
proclamamos bien alto el derecho sagrado a la insurrección. (Manifiesto Liminar)
Mendoza, 15 de
junio de 2018
Por: Carlos
Almenara
Hoy, 15 de junio, se cumplen 100 años de la
Reforma Universitaria. Una revolución de los estudiantes que imprimió un vigor
a la educación argentina que matriza hasta hoy nuestros imaginarios sobre las
instituciones de nivel superior.
Con un gobierno del que ¿participa? la UCR,
que consagró la reforma en nuevos estatutos para las Universidades durante el
gobierno de Hipólito Yrigoyen, uno supondría que la fecha no pasaría
desapercibida. Pero sí. Están escondidos y no es para menos.
La reforma fue un movimiento originado en los
estudiantes de Córdoba y tuvo resonancias en todo el continente e incluso en
Europa.
Los principios que consagró esta revuelta
pueden recorrerse en este link http://uncuyo.edu.ar/reforma/
de la Universidad de Cuyo. Allí se mencionan: autonomía, cogobierno, acceso por
concurso y periodicidad de las cátedras, docencia y asistencia libre, educación
gratuita, asistencia social para estudiantes, docencia e investigación,
extensión universitaria, solidaridad latinoamericana.
Es muy impactante que esa página, la página
oficial del Rectorado de la Universidad Nacional de Cuyo, ilustre su reseña de
la reforma con fotos de la creación de esa casa de estudios.
Si hay una Universidad radicalmente
antirreformista en su génesis es la de Cuyo.
Cuenta Pablo Lacoste en “Los ‘gansos’ de
Mendoza” (pp. 111 y sgts):
“Desde el
principio, las autoridades de la UNC debieron tomar medidas para evitar las
manifestaciones de protesta estudiantil. El rector Correas sostenía que ‘hay
que desterrar de los claustros todo intento o pretexto político. Las luchas
electorales en la universidad son monstruosas. Es un absurdo argentino que no
debe mantenerse y que se debe extirpar de cuajo’”.
Evitamos al lector el recuerdo del
antisemitismo del primer rector de la Universidad de Cuyo que sigue en el
texto.
Pero Daniel Pizzi, el actual rector de la
Universidad de Cuyo, ilustra con esas fotos la reforma universitaria. Supina
ignorancia. Aun de las investigaciones de sus propios correligionarios. Muy
preocupante, aunque menos que los reportes que nos llegan acerca de las dificultades
lectoras del rector.
Ciertamente el modelo de la reforma, el
sustento de su gobierno en su “demos”, constituido primero por los estudiantes,
sus aspiraciones de proyección social, su modernismo y espíritu crítico
posibilitaron las épocas más gloriosas de la Universidad argentina: los ’60 hasta
la “noche de los bastones largos”, la Universidad de Néstor y Cristina.
El momento actual para las universidades no
puede ser más aciago. Perdón, sí puede, y lo será. El acuerdo con el FMI nos
retrotrae a la conocida cantinela de la derecha sobre la “necesidad del ingreso
restricto y el arancel”. No en otra línea deben leerse las declaraciones de la
gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, “¿Es justo llenar la provincia de universidades públicas cuando todos
sabemos que nadie que nace en la pobreza llega a la universidad?”.
La perversidad no puede ser mayor. Nunca se vio gobernantes tan miserables que
escupan así sus burlas a la cara del pueblo. Lo que en los ’90 decía Menem (y
el FMI) era igual en los hechos pero por lo menos no nos hacía burla de esta
manera. Inventaban una explicación de que “era más rentable la inversión en
escuela primaria que en universidad y que, entonces...”. Vidal se nos burla en
la cara. Por otro lado, con mentiras, sí llegan pobres a la universidad y hay
que abrir más universidades para que lleguen más.
No es la única afrenta a las universidades y
los principios reformistas.
Por caso, allí están los atropellos por parte
de las policías en varias universidades. Caso destacado, pero no único, Jujuy.
Ver. http://www.perfil.com/noticias/politica/polemica-en-jujuy-la-policia-irrumpe-en-la-universidad.phtml
La falta de proyecto, la inutilidad para el
macrismo de una universidad que no sabe para qué podría servirle más que
conchabar sus partidarios, la pone en la mira. Lo único que podría demorar el
ataque sería una ofrenda de Macri a sus socios radicales, que, si ya no
reformistas, al menos la usan para reclutar sus cuadros.
Un toque esquizoide adicional para enfermar a
los mendocinos es la reivindicación como “reformistas” de funcionarios de la
Municipalidad de la Ciudad de Mendoza. Sí, los mismos que multarían y llevarían
presos a los estudiantes si hicieran una décima parte de lo de Córdoba en 1918.
Imagine el lector que, en el paroxismo de la locura, ¡multaron a la Escuela
Normal porque los chicos festejaron un ratito en la calle!
No existían en 1918, pero seguramente los
reformistas aceptarían de buen grado inmiscuirse en lo que hoy son los
Institutos de Educación Superior (IES) en nuestra provincia y que canalizan
gran parte de la educación post secundaria. Están sufriendo un ataque impiadoso.
Justo el año del centenario de la reforma universitaria, Cornejo saca un
decreto que restringe su autonomía, banaliza sus autoridades, ajusta y achica
el nivel. Para colmo, con una carencia de ideas, con una falta de proyecto, que
alarma.
El documento que refleja y sintetiza la
Reforma Universitaria es el Manifiesto Liminar.
Invito al lector a visitarlo, a leerlo, a
reflexionarlo. Hacer click aquí. https://www.unc.edu.ar/sobre-la-unc/manifiesto-liminar
Y lo dejo con algunas de sus frases que,
estoy seguro, buscará ampliarlas en el original porque es un documento (el
Manifiesto) y un hecho (la reforma) sumamente relevante de la historia
argentina, sumamente inspirador.
(la reforma) sostiene que el demos universitario, la
soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los
estudiantes.
Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se
avienen con lo que reclama el sentimiento y el concepto moderno de las
universidades.
Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de una orden que no
discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si
en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos
bien alto el derecho sagrado a la insurrección. Entonces la única puerta
que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud.
Los actos de violencia, de los cuales nos responsabilizamos
íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que
representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera
el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida de nuestra
indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño
artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad.
El sentido moral estaba oscurecido en las clases dirigentes por un
fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.
A la burla respondimos con la revolución.
...haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la
declaración de la huelga indefinida.
Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros
golpes.
Recojamos la lección, compañero de toda América; acaso tenga el sentido
de un presagio glorioso.
La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su Federación,
saluda a los compañeros de la América toda y les incita a colaborar en la obra
de libertad que inicia.
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