jueves, 7 de enero de 2021

ESPARTA

 

Esparta. Dirección: Egor Baranov. Guión: Ilya Tilkin. Sreda Producciones. Rusia, 2018.

Por Carlos Almenara. Mendoza, 08/01/2021

San Petersburgo, Rusia. Un colegio secundario, aparentemente privado, con alumnos de distintas clases sociales, también populares. Una mujer cae de una ventana de lo que podría ser un segundo o tercer piso. Muere. Es profesora.

Se abren todas las posibilidades del policial. Igor Kryukov (Artem Tkachenko) deberá resolver el caso. ¿Fue un suicidio? Todo parece señalarlo. El colegio, sus jefes en la policía y otros poderosos locales quieren un rápido cierre. Suicidio.

Kryukov (Artem Tkachenko)

En uno de los saltos temporales, que constituyen uno de los pocos puntos flacos de la trama, nos enteraremos que la búsqueda de Kryukov es también un exorcismo de sus propios fantasmas. Su esposa se suicidó en un incierto pasado próximo tirándose al vacío. Un caso, en apariencia, idéntico al de Anastasia Istomina. Kryukov tuvo un ACV que dejó una leve secuela pero amenaza repetirse.

Las pesquisas del investigador muestran que el curso del “undécimo” del colegio es una especie de cofradía que esconde misterios y un funcionamiento muy especial. A la vez que destacados estudiantes, “los mejores del distrito”, su comportamiento cómplice permite adivinar secretos compartidos.

Esparta, Sparta o S’parta es un juego de “realidad virtual” en etapa de desarrollo. Los especialistas de marketing de la compañía decidieron implementar una metodología de investigación audaz. Para el desarrollo de los atributos más atrapantes del videojuego realizarían un estudio etnográfico participante con adolescentes. Efectivamente, con acuerdo del director, el undécimo será el curso que como “Informática” participará del experimento que se completa con un “infiltrado” en el curso.

¿Dentro o fuera del juego?

Esparta nos asigna un avatar, que somos nosotros mismos. Allí podemos hacer cualquier cosa, dar rienda suelta a cualquiera de nuestros deseos ocultos. Podrá ser moler a palos a un padre molesto, hacer striptease ante miradas deseantes o saltar de un piso alto de un edificio, según los estados de ánimo de los adolescentes. Aunque desconocemos detalles de la lógica del juego sabemos que es inmensamente adictivo y que no es anárquico, se rige por una estructura de reglas y poder que encumbra a un líder. ¿Cuando pegamos con bate estamos dentro o fuera del juego?

Mikhail Barskovskiy (Alexander Petrov)

Sumergirse en la realidad virtual puede producir cambios en la personalidad, como explica Misha, líder de la división, para dar cuenta de cómo Shorina, que antes soportaba abusos sin poder hablar, ahora es capaz de... de...

Los estudiantes son destacados y disciplinados. Su lider, Mikhail, ordena las prioridades, diseña los planes, convoca a las reuniones, socializa las reglas. Un órgano aceitado al que nada puede detener, al que nadie puede oponerse o será devorado. Un comando que tendrá estrategia contra todo enemigo real o potencial.

El discurso que al que nadie tiene derecho

“La humanidad está enferma. Ha acumulado una carga genética. Es como una pila de basura de mutaciones dañinas, anomalías genéticas y enfermedades. Provocó un incremento irreversible del número de discapacitados y miembros inútiles de la sociedad. Muchas veces, las mejores mentes de la humanidad han sugerido métodos curativos para deshacerse de esta carga. Pero cada vez, la gente que se cree humanista arruinó esta selección natural esencial. La carga aumenta. La medicina ayuda a quienes deberían morir y salva a los que por defectos genéticos, no deberían haber nacido. Pero en los inicios de la humanidad las naciones más fuertes emergieron en lugares donde prevalecían leyes naturales duras y a veces crueles, pero justas. Por ejemplo, Esparta. Allí, se tiraba al abismo a los bebés deficientes. Esparta sigue siendo un ejemplo de una sociedad justa, fuerte e invencible.

Platón decía que los bebés deficientes o los que eran hijos de padres deficientes no merecían crecer. Y no se debería tratar médicamente a los deficientes. Lo dijo en La República.

En 1920, el primo de Charles Darwin, llamó a estas creencias “eugenesia”. En resumen, dice que deberíamos ejecutar a los discapacitados.

Creo que la gente que no merece vivir debería ser ejecutada. Por ejemplo, la gente que nace con deficiencias o enfermedades, como parálisis cerebral, son inútiles para la sociedad. Gastamos demasiado dinero salvándolos.”

¿Qué hacemos con esto?

¿Y si una estrategia nazi puede ser llevada a cabo para formatear la cabeza, los juegos, el modelo de sociedad, de millones de adolescentes que se ponen un casco y viven un mundo que no pueden separar claramente del real?

¿Y si, por complicidades del poder real, por errores, por falencias, por cobardías, fuera imposible hacer justicia?

¿Si los crímenes del nazismo quedan impunes?

No es una abstracción. No es un punto en el pasado. El presente nos desafía con un resurgir neonazi a través de estrategias propagandísticas goebbelianas en personajes de la calaña de Trump, Bolsonaro o Macri.

¿Y, entonces, qué hacemos?

¿Tiene Rusia algo para decirnos? Ya lo hizo, cuando era la URSS en la “Gran Guerra Patria”. La tierra de los inviernos crueles y redentores. De los soviets y los obreros revolucionarios. Ya venció a Hitler.

¿Tiene Kryukov una respuesta posible? ¿Puede un agente discapacitado, golpeado por vida y por el poder, decirnos cómo enfrentar el influjo nazi?

El Episodio 8 de Esparta reabre una discusión que ya fue abierta muchas veces.

P.D.: ¿Cómo se dice actriz y cantante famosa, ídola de las adolescentes en ruso? Natalia Oreiro.


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