viernes, 26 de agosto de 2011

El león del desierto


26 de agosto de 2011

Cuando en 2009 Khadafi visitó Italia, sorprendió a su anfitrión, Silvio Berlusconi, que lo esperaba al pie del avión. Levaba una foto de Omar Mukhtar prendida en su uniforme. En el avión que trasladaba a la delegación libia iba Omar Mukhtar hijo.
Mukhtar fue un héroe de la resistencia de esos territorios cuando eran colonia italiana. Fue líder de la guerrilla que enfrentó al general italiano Rodolfo Graziani.
La historia de Mukhtar es revivida en la película "El león del desierto" con Anthony Quinn en el papel de Mukhtar y Oliver Reed en el de Graziani.
La película fue censurada en Italia, lo que da al atravimiento de Khadafi una osadía aun mayor.
Ese Berlusconi que nada reprochaba ni de las fotos ni de la delegación es el mismo que hoy lleva a su país a integrar las fuerzas invasoras, esas fuerzas que se dicen escandalizadas ante un dictador que lleva 42 años en el gobierno; actitud, la del italiano, totalmente razonable toda vez que cuando le rendía honores al libio, éste sólo llevaba 40 años.
Casos análogos ocurren con Inglaterra, cuya prestigiosa London School of Economics firmaba jugosos contratos para capacitar a los funcionarios libios. Claro que todavía el año pasado no estaban muy apurados por denunciar esa dictadura.
O con Sarkozy que halla que el mejor modo de responder a la denuncia de que Khadafi financió su campaña electoral es enviar la desbocada fuerza aérea francesa a bombardear. Hay quienes piensan que es un estilo del francés ya que al opositor que todas las encuestas daban como su reemplazo le apareció una acusación en Estados Unidos, acusación que sirvió para sacarlo de carrera pero en la que luego el mismo fiscal retiró los cargos.
Hillary Clinton recibía hace un año al hijo de Khadafi con honores, "encantada" dijo estar en esa ocasión. Claro, Khadafi no era el año pasado una amenaza para la humanidad, aunque ya hubieran pesado en su contra las peores acusaciones, entre otras, terrorismo, atentados en Alemania y en un avión caído en suelo escocés.
El cinismo, el descontrol, la voracidad y el descaro de las potencias imperiales ha alcanzado umbrales desconocidos, al menos en los últimos tiempos. Creo que tiene que ver con la declinación de los Estados Unidos como potencia hegemónica y los intentos de las potencias subordinadas a su éjido por conquistar posiciones en una loca escalada belicista.
En ese afán, estimulado por las ansias de impulsar sus economías con petróleo barato en contexto de crisis, arrollan todo vestigio del derecho internacional.
En el juego de la realpolitik, de la preeminencia del poder puro y duro, queda hecho polvo todo el discurso civilizatorio que supuestamente impera en esas democracias desarrolladas. Es necesaria una reacción de la opinión pública de esos mismos países en repulsa a la masacre a que están sometiendo a los libios. Vemos cómo los supuestos rebeldes de la OTAN torturan y fusilan todo lo que encuentran a su paso. Estamos viendo registro fílmico de cadáveres calcinados, con manos y pies atados, fusilados a quemarropa por los aliados de la OTAN. ¿Se hará cargo Sarkozy, Cameron y Obama de estos nuevos métodos de guerra? Es improbable que Khadafi fuera un celoso custodio de los derechos humanos pero es seguro que sus temporales vencedores cometen atrocidades muy difíciles de igualar. ¿Noto Ud. que los que la CNN dice que luchan por la democracia enarbolan la bandera de la monarquía?
Mientras tanto, es interesante tomar nota de cómo Khadafi se inscribía en el curso de una historia que lo precedía y lo trasciende. Aunque pudiéramos criticar fuertemente al libio, aunque pensáramos que si hubieran instancias judiciales imparciales a nivel internacional es posible que debiera responder ante ellas, aunque estuviera lejos del horizonte de lo deseable para los amantes de la paz, su inscripción en una historia del pueblo libio hace pensar que en estos momentos en que es necesario, muchos libios apelarán a esa historia. Es una apelación que no se cancela con bombardeos, robos ni mercenarios. Una vez vencidos los pueblos se rehacen, apenas asoman la cabeza de nuevo para erguirse con dignidad las luchas pasadas se convierten en las voces de los desafíos presentes. En esos desafíos el pueblo de Libia tiene a qué recurrir. Es más que lo que pueden decir los mercenarios que todo lo destruyen.

lunes, 11 de julio de 2011

Juntos venimos bien

¿Qué hay de nuevo, viejo?
Juntos venimos bien

Por: Carlos Almenara
Presidente EDE (Encuentro por la Democracia y la Equidad) - Mendoza
c.almenara@hotmail.com

Mauricio Macri hizo una muy buena elección en la ciudad de Buenos Aires. Si bien resignado hace un tiempo a no dar pelea nacional por falta de perspectivas, apenas conocidos los primeros datos del domingo hizo un discurso bien "nacional".
Interesa analizar lo que dijo toda vez que Macri representa la más consistente alternativa político - ideológica a la presidenta. Por lo que se ve representa también la alternativa más potente.
Para quienes pensamos hace tiempo que en Argentina hay pendiente un gran debate nacional para ordenar cuerpos ideológicos e interpretativos con las dimensiones institucionales y organizativas que los enarbolan, la victoria (parcial) de Macri no es necesariamente una mala noticia. Una fuerza que debe estar en ese debate es la derecha tal como ocurre en todos lados y es bueno que esa derecha tenga una expresión política explícita como el PRO y no que se esconda en otros ámbitos. Es necesario para que ello ocurra que tenga perspectivas de acceso al gobierno para que no apele a los golpes de estado como ha hecho a lo largo de nuestra historia.
Veamos dos temas respecto a lo ideológico. Que el PRO representa la derecha es bastante evidente, sus políticas, sus agendas, sus programas, sus dirigentes, priorizan, como es de uso para las derechas el orden (el orden ya establecido), la preservación de las propiedades y jerarquías existentes. Hay, sin embargo, un matiz que bien vale respuesta. Veámoslo en palabras de Macri: "la pobreza no se combate con ideología es un problema bien concreto". Falso, en este caso mentira porque el emisor sabe de la falsedad. La pobreza se combate de modos muy distintos o no se combate. ¿Cómo lo propone Macri? "La solución definitiva al problema de la pobreza es la creación de empleo a través de la atracción de inversiones". Es decir, que la solución a la pobreza será darle seguridad jurídica y política a los ricos para que sigan ganando plata. ¿Cómo se atraen inversiones? Como todo el mundo sabe dejando operar la vieja "mano invisible" del mercado, con un Estado mínimo, gendarme. El conocido recetario neoliberal. Es decir la pobreza no se combate. Por supuesto podríamos decir que la pobreza la combatiremos expropiando las tierras sin uso, la combatiremos con un subsidio por desempleo o promoviendo la creación de proyectos productivos. En estos casos el Estado cumpliría un rol, no en la lógica macrista.
Veamos la noche del 10 de julio, ¿qué dijo Macri?
"Juntos venimos bien". El eslogan de campaña que armó Durán Barba. No se salió un ápice del guión. "No voy a dejar que las diferencias nos separen", instó "a bajar el nivel de agresión", "al final del día no nos deja nada ese nivel de agresión", "no hay lugar para enfrentamientos", "estamos enfermos de violencia", "lo que nos une es más que lo que nos separa", y un desconcertante, "yo asumí el compromiso de luchar por la unidad nacional".
Todo preciso según le deben indicar los focus group a Durán. Suponemos habrán detectado un sentimiento de división que se proponen suturar.
Por si hace falta, Macri es el mismo que está procesado por pinchar los teléfonos de opositores políticos, además de proferir declaraciones de extremo grado de violencia ("aunque a Kirchner lo tengamos que tirar del tren", entre otras). Modos particulares de lucha por la unidad nacional o la no agresión.
Este es el mismo discurso macartista subsiguiente a la Resolución 125.
El juego es poner al kirchnerismo en el lugar de la división, de la confrontación, de la "crispación" y ponerse ellos en el de la unidad, la reconciliación.
Es un discurso que niega radicalmente la política.
Pero ese discurso ya fue vencido una vez. No fue discutiendo en el mismo plano engañoso que plantearon las patronales agropecuarias sino denunciando la concentración mediática que inhibía cualquier debate ecuánime y sólo creaba odio. Porque esa es una estrategia de material que sólo puede soportarse con la comunicación concentrada.
El debate anterior se saldó a favor del gobierno nacional cuestionando las reglas, apelando a lo metadiscursivo para denunciar el ámbito de la deliberación.
Pensamos que no otra cosa debe ocurrir en esta instancia. La performance electoral de Filmus fue notable toda vez que siendo estos los dilemas en juego debe haber una referencia a 2009 y entonces Heller obtuvo el 12%. Superar en esta ocasión el 27% muestra la recuperación del espacio político del kirchnerismo en ese distrito difícil.
Como ocurrió desde 2009 si hay un horizonte de construcción política que dé continuidad a lo mejor de las políticas implementadas desde 2003 ello será rompiendo lógicas injustas y engañosas. El discurso del "consenso" que es otro de los nombres de este mismo discurso de Macri esconde su gobierno para pocos.
El concepto de política en Macri es radicalmente alienante toda vez que niega la política y negarla supone enajenarla.
Esa enajenación supone dejar en manos de Durán Barba la elaboración de un guión que él cumplirá, supone apelar a la espectacularización de sus acciones, a la personalización farandulezca insustancial de su hacer político. Frente a ello la recuperación de lo político como ámbito de participación del pueblo, de construcción de utopías colectivas no puede dejarse de lado porque forma parte de lo mejor de este tiempo.
Es decir, sólo denunciando que es un ridículo que no causa gracia sino vergüenza cuando baila en el escenario podremos hacer de la política una actividad que tenga que ver con las mayorías.
Convocar a los que creen que la política no es una payasada y por supuesto poner las personas primero podría ser opción de articulación posible entre distintos universos pensando en los futuros debates.

miércoles, 23 de marzo de 2011

La bomba loca

Por: Carlos Almenara
c.almenara@hotmail.com
22 de marzo de 2011

Atacaron Libia. Hubo menos deliberación que en otras ocasiones.
Una coalición informal que no se sabe qué es ni quién la lidera se dedica de modo escasamente coordinado a bombardear Libia.
Dicen que la comanda Estados Unidos pero no está claro que sea así y que otros Estados no actúen por su cuenta.
No es la OTAN. Incluso miembros de la OTAN como Turquía se manifestaron en contra.
El “marco legal” del ataque es la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Puede consultarse en:
http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=s/res/1973%20(2011).
El caos actual no es casual, es prohijado por esa Resolución pensada para el saqueo. El punto 4 y otros con similar redacción “Autoriza a los Estados miembros que hayan notificado previamente al Secretario General a que, actuando a título nacional o por conducto de organizaciones o acuerdos regionales y en cooperación con el Secretario General...” atacar Libia, por supuesto invocando la “protección de los civiles”.
No hay muchas alternativas de interpretación del párrafo; el procedimiento sería más o menos así: un país decide atacar Libia, le comunica al Secretario General y procede amparado por el “derecho internacional”. Un verdadero despropósito, tanto que Medvedev y Putin, el tándem de gobierno ruso, declararon que la Resolución está mal hecha, que evoca las cruzadas y resulta agraviante para los pueblos árabes. Ahora reclaman el cese del fuego. Queda como pregunta para el análisis por qué ni Rusia ni China hicieron uso del derecho de veto en el Consejo de Seguridad.
Las hipótesis más plausible para entender estas conductas parten de la necesidad de reconstruir teoría desde los países dependientes. Desde las teorías de la CEPAL hasta el Movimiento de los No Alineados entre muchos otros antecedentes ya dieron cuenta otrora de problemas semejantes.
Otro punto saliente y no muy comentado de la Resolución es lo que han presentado como “el congelamiento de las cuentas de Khadafi”. Bueno, no es exactamente así. La Resolución decide la congelación de activos financieros y recursos económicos que se encuentren en su territorio (de los países miembros) y que sean de propiedad o estén bajo el control, directo o indirecto, de las autoridades libias.
Esta cláusula amañada permite que las potencias se apropien de las reservas soberanas de Libia y otros activos, según algunos datos bastante superiores a los U$S 70.000 millones, que no son de Khadafi, son de Libia; y, aparentemente, puede servirles para salvar algunos problemas de liquidez.
Resulta incierto hasta qué punto Estados Unidos está convencido de la operación. Su Secretario para la Defensa, Robert Gates ha manifestado oposición al ataque y ha dicho que sería un error “sacar a Khadafi de Libia”. Gates muestra un declaracionismo cada vez más pronunciado que contrasta con la política de Hillary Clinton avalada por Obama.
Quien destaca en este enredo es Nicolás Sarkozy. A pesar de su hiperactividad en relación a Libia, todavía no responde la acusación de Seif el Islam Khadafi de que su padre había financiado su campaña electoral para llegar a la presidencia de Francia. En realidad no fue eso lo que dijo Seif sino que le pidió que le devuelva el dinero. Sarko no parece muy preocupado por brindarle oportunidades de ampliar su denuncia de la que dijo poder suministrar detalles de transferencias y demás elementos, toda vez que resulta difícil dar testimonio en medio del estallido de las bombas de la aviación francesa.
Berlusconi, que no podía estar ausente, prestó las bases italianas para que operaran desde allí pero luego se retractó y anunció que retoma las bases mientras no sea una operación conducida por la OTAN.
Así como hay en este lado del mundo teorías que han resignificado el concepto de populismo asociado a gobiernos que dan carnadura a las aspiraciones populares con trabajos como los de Ernesto Laclau o Roberto Follari, resulta necesario profundizar el estudio de personajes como el francés y el italiano mucho más representativos de lo que la vulgata mediática presenta como populismo y fundamentalmente, como vemos, mucho más peligrosos.
La apropiación del petróleo libio, el negocio financiero subyacente en el congelamiento de los fondos o incluso objetivos más parroquiales como podría ser para Sarkozy y Cameron ofrecer a sus electorados una nueva utopía imperial; cualquiera de estos u otros objetivos que se enuncien o se deduzcan, lo cierto es que este bochorno marca a las claras el descalabro imperial y la necesidad de reconstruir un orden internacional sobre otras bases.
No tiene autoridad moral ninguno de los países invasores para reclamar respeto a los derechos humanos siendo que ellos han demostrado y siguen demostrando no respetarlos. A la vuelta, en Yemen y Bahrein continúan las matanzas de los dictadores “amigos”, sólo como ejemplo. En el caso de los Estados Unidos su sólo rechazo a la Corte Penal Internacional lo inhabilita para cualquier señalamiento al respecto.
Como vemos, poder imperial puro y duro.
Vale la pena destacar la posición de los países del ALBA (Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América) de ofrecer una mediación y reclamar por todos los medios posibles una chance a la paz.
Mientras tanto, algunos políticos de estas latitudes como Elisa Carrió escriben cartas a la embajada de Estados Unidos u otros como Ernesto Sanz hablan con funcionarios estadounidenses para que intervengan en nuestra política doméstica. Estas cartas vienen a vuelta de correo con marines y bombardeos.

domingo, 13 de febrero de 2011

Diez tesis sobre el nuevo desarrollismo

Febrero 2011
Por: Carlos Almenara
c.almenara@hotmail.com

El mes de mayo de 2010 fruto de una reunión en San Pablo, Brasil, se alumbró un documento posteriormente firmado por economistas argentinos como Aldo Ferrer, Roberto Frenkel, Mercedes Marcó del Pont, brasileros como Luiz Carlos Bresser-Pereira, estadounidenses como James Galbraith entre un centenar de destacados profesionales de la economía de múltiples nacionalidades.
Titulado “Diez tesis sobre el nuevo desarrollismo” el documento retoma y actualiza tradiciones de pensamiento económico con raigambre en Latinoamérica. Por caso el pensamiento de la CEPAL (Conferencia Económica para América Latina) que en sus años de esplendor supo cobijar cientistas sociales y economistas que con enorme agudeza desarrollaron teorías innovadoras pensadas desde y para la región. Indudablemente el momento del pronunciamiento está relacionado con las políticas económicas de los países del continente.
Cuando se habla de la economía de los países sudamericanos que viven procesos fuertemente populares suele presentársela como carente de coherencia o de políticas públicas sensatas. Se comete así una injusticia basada en un sesgo ideológico. Hay una ruptura con dos décadas nefastas de neoliberalismo que dejaron al continente en la pobreza, el desempleo, una desigualdad ofensiva y la reprimarización de la producción. Esa ruptura conlleva búsquedas diversas y hasta ahora exitosas en la construcción de una heteredoxia nueva que por posturas epistémicas, imperativos políticos y novedades propias del cambio paradigmático es al momento necesariamente ecléctica.
El eclecticismo del que hablamos abreva en diversas experiencias, tradiciones y modelos: experiencias concretas de economía social, activismo estatal para mitigar la pobreza, políticas industriales, estímulo a la demanda y al consumo con un rescate de políticas keynesianas, actualización, como dijimos, de las teorías del desarrollo generadas en nuestro continente.
Aunque sea parcial, a completar, abierto, esta combinación constituye un modelo económico mucho mejor y más acabado de lo que puede ofrecer la ortodoxia.
Es útil e ilustrativo conocer estas diez tesis, básicamente actualización del pensamiento cepalino, que podrían indiciar este nuevo camino alternativo. Aquí van:

1. El desarrollo económico es un proceso estructural de utilización de todos los recursos domésticos disponibles con el fin de lograr la máxima tasa de acumulación de capital ambientalmente sostenible, basada en la incorporación de progreso técnico. El objetivo primario es el de alcanzar el pleno empleo de los recursos laborales disponibles. Esto no sólo debería implicar una productividad creciente en cada industria; también involucra el financiamiento y una continua transferencia de mano de obra hacia las industrias que producen bienes y servicios con mayor valor agregado per capita y que pagan remuneraciones y salarios más elevados.
2. Los mercados son el ámbito principal de este proceso, pero el estado tiene un papel estratégico en la provisión del marco institucional apropiado para sostener este proceso estructural. Esto incluye la promoción de la estructura financiera y de las instituciones financieras capaces de canalizar los recursos domésticos al desarrollo de la innovación en sectores que producen elevadas tasas de incremento del valor agregado doméstico. Este marco debe también incluir acciones dirigidas a superar los desbalances estructurales y promover la competitividad internacional.
3. En el marco de la globalización, el desarrollo económico requiere una estrategia de desarrollo nacional que permita aprovechar las oportunidades globales, es decir, las economías de escala globales y las múltiples fuentes de aprendizaje tecnológico, mitigando las barreras a la innovación creadas por regímenes de propiedad intelectual excesivamente rígidos, asegurando la estabilidad financiera y creando oportunidades de inversión para los emprendedores privados.
4. Aunque el componente schumpeteriano del proceso de desarrollo y la política industrial estratégica son relevantes, es en el lado de la demanda donde residen los mayores cuellos de botella para el crecimiento. Desde Keynes, se reconoce ampliamente que la oferta no crea automáticamente demanda. Sin embargo, en los países en desarrollo hay dos tendencias estructurales adicionales que limitan la demanda y la inversión: la tendencia de los salarios a crecer a tasas inferiores al incremento de la productividad, y una tendencia estructural a la sobrevaluación del tipo de cambio real y/o nominal.
5. La tendencia de los salarios a crecer más lentamente que la productividad se debe a la existencia de una abundante oferta laboral y a la economía política de los mercados de trabajo. Además de limitar la demanda interna y de reforzar la concentración del ingreso en las clases altas, esta tendencia puede también afectar de manera negativa el crecimiento de la productividad en el largo plazo. Un salario mínimo legal, transferencias en efectivo a los pobres, y principalmente la garantía estatal de proveer empleo a un salario vital pueden utilizarse para neutralizar esta tendencia al mal pago del trabajo. La alternativa –la sobrevaluación crónica de la moneda nacional, que incrementa el poder de compra- no es una estrategia sostenible.
6. La tendencia a la sobrevaluación cambiaria cíclica en las economías en desarrollo se ha debido por una parte a la excesiva dependencia del ahorro externo, en la forma de flujos de capital del exterior, y por otra a la enfermedad holandesa, en un contexto de mercados de capitales excesivamente abiertos y de falta de una regulación apropiada. Esta tendencia implica que el tipo de cambio en los países en desarrollo no sólo es volátil, sino que también contribuye a las recurrentes crisis monetarias y a las burbujas en los mercados financieros tales como las experimentadas recientemente. También implica que las oportunidades de inversión en actividades de exportación son crónicamente insuficientes puesto que la sobrevaluación hace poco competitivas internacionalmente incluso a las empresas productivas más eficientes.
7. La enfermedad holandesa puede ser caracterizada como una permanente sobrevaluación de la moneda nacional debida a la presencia de rentas ricardianas originadas en la exportación de commodities basadas en recursos naturales, o en la exportación basada en trabajo ultra barato. La enfermedad holandesa impide que otras industrias de bienes transables prosperen. Lo hace creando una brecha entre el “tipo de cambio de equilibrio de la cuenta corriente” (el tipo de cambio que hace nulo el resultado de esa cuenta) y el “tipo de cambio de equilibrio industrial” –la paridad cambiaria que permite que las industrias de bienes transables sean competitivas empleando la tecnología de punta.
8. El desarrollo económico debería ser financiado esencialmente con ahorro interno. Para alcanzar esta meta se requiere la creación de instituciones financieras públicas que aseguren la plena utilización de los recursos domésticos, del trabajo en particular, así como la innovación financiera, y que apoyen la inversión. La tentación de utilizar ahorro externo vía déficits de cuenta corriente no suele incrementar la tasa de inversión (según proclama la economía ortodoxa) sino que, al contrario, incrementa el endeudamiento y refuerza la inestabilidad financiera. Las estrategias de crecimiento que se apoyan en el ahorro externo generan fragilidad financiera; atrapan a los gobiernos en juegos de “construcción de confianza” y, con demasiada frecuencia, terminan en crisis monetarias o de balance de pagos.
9. Con el fin de proveer el marco apropiado para el desarrollo, el gobierno debe asegurar una relación estable de largo plazo entre la deuda pública y el PIB, y un tipo de cambio real que tome en cuenta la necesidad de contrarrestar los efectos adversos de la enfermedad holandesa sobre la industria manufacturera.
10. Para alcanzar el desarrollo de largo plazo, las políticas económicas deberían perseguir el pleno empleo como meta primaria, en tanto aseguran la estabilidad de precios y financiera.

jueves, 10 de febrero de 2011

No hubo errores, no hubo excesos

Por: Carlos Almenara
Referente de Espacio para la Reparación Social
c.almenara@hotmail.com


Las imágenes son impactantes. Siempre resulta impresionante ver imágenes de torturas.
¿Pero qué es lo nuevo? Lo nuevo son las imágenes que presentan con poca posibilidad de desmentida, la prueba de las torturas que se producen allí. Nadie, atento, podría sorprenderse. Quienes han tenido, por cualquier ventanilla, contacto con el sistema penal han escuchado (o peor, vivido) muchos relatos por el estilo.
Por supuesto que este hecho no quita dramatismo a la comprobación fehaciente que un organismo estatal aplica tormentos.
Resulta claramente antiintuitivo entonces, afirmar como el gobernador, que son unos pocos descarriados. Quizá esa aseveración responda a un imperativo de gestión, hay que seguir lidiando con un sistema penitenciario que no se cambia de un día para otro y que ¡vaya si sabe armar líos! Pero ese argumento “pour la gallerie” no debería inducir a equivocación: hay un problema de sistema.
Las fuerzas de seguridad en Argentina tienen en su enorme mayoría, herencias, tradiciones, culturas, claramente antidemocráticas, anticiudadanas, antijurídicas, que son anclaje y causa de la conducta de sus miembros. No son dos o tres “loquitos exaltados” sino cuestiones profundamente arraigadas, que incluso como sociedad muchas veces “naturalizamos”.
Desde las picanas de Lugones (h) en la policía bonaerense de los años ‘30 al D2 de la dictadura, pasando por represiones varias, los casos de “gatillo fácil”, insurrecciones policiales y penales, zonas liberadas con complicidades diversas hasta los discursos actuales de “mano dura”, o la motivación a los policías halagando su espíritu de cuerpo más allá del control político, constituyen un acervo cultural y de valores de las fuerzas de seguridad que no puede terminar en otro lado.
El problema no es de una minoría, el problema es sistémico. No es halagando el espíritu de cuerpo como se lo enfrenta sino mejorando los mecanismos de control. Un funcionario público que lleva un arma y que puede detenernos, no puede ser otra cosa que un profesional sometido a más controles que nadie.
Tampoco es plausible actuar con oportunismo asignando a la administración política del momento responsabilidades directas sobre el epifenómeno.
Pero sí se puede y se debe identificar discursos que avalan una ideología integrista, entre otras cosas, que realimentan los fundamentos de una cultura policial contraria a la civilidad.
El gran cambio discursivo para la construcción de fuerzas de seguridad democráticas es el discurso de los festejos del bicentenario. ¿Cuál es? Antes que nada, la patria somos todos. Es decir desnaturalizar la sistemática conducta discriminatoria de las policías frente a jóvenes, pobres, inmigrantes y otros grupos.
La policía ha sido convertida en buena medida en un instrumento de clase. Cuida a los ricos y a las clases medias de los pobres y de los jóvenes que les causan espanto. Y aquí sí hay responsabilidad directa de la mayor parte de la dirigencia política miedosa. Porque mientras ésta sea la razón de ser no escrita, los hechos ilícitos en las fuerzas de seguridad se seguirán repitiendo. El metamensaje de los populistas de la inseguridad a los policías es “apretalo pero que no te vean”. Bueno, no puede terminar en otro lado. Y de esto sí Jaque tanto como la mayor parte de la oposición es responsable.
La sutileza y firmeza de la presidenta creando un Ministerio de Seguridad para construir una revolución democrática y civil en las fuerzas de seguridad nacionales y la no represión violenta de la protesta social se ubican en las antípodas de la orientación provincial, comenzando con la primera e inolvidable gestión de la cartera de Seguridad.
Podría pensarse, por qué no, que uno de los pendientes de la democracia es la reconciliación de las policías con el pueblo. El sistema político es responsable de no inocular odio de clase ni adoctrinamiento de perro guardián en las nuevas camadas de agentes. De lo contrario con filmación o sin filmación estas cosas seguirán pasando.

martes, 28 de diciembre de 2010

Lo que pasó

Por: Carlos Almenara
c.almenara@hotmail.com
Diciembre de 2010

Si se comparan las realidades cual dos fotos resultan incomprensibles. Una foto de la realidad nacional de, digamos, agosto de 2009 y otra de diciembre de 2010, no se comprende cómo pudo producirse semejante cambio.
En agosto de 2009 recién había sido derrotado en la provincia de Buenos Aires Néstor Kirchner. En diciembre de 2010 Cristina tiene más del 60% de imagen positiva y cerca del 50% de intención de voto a nivel nacional. En agosto de 2009 los medios concentrados pronosticaban el cambio de sino político inminente, una transición con una especie de gobierno parlamentario y en diciembre de 2010 hasta la llamada “oposición” admite que Cristina tiene todas las posibilidades de ser reelecta. ¿Qué pasó entre estos dos momentos?
Es imprescindible una teoría explicativa.
Hay quienes explican el cambio por la muerte de Néstor Kirchner, por la performance económica, por la asignación universal por hijo; en fin, hay una gran variedad de argumentos pero no todos igualmente plausibles.
Nosotros tenemos una teoría que venimos esbozando desde 2008 y planteando más acabadamente desde 2009. Queremos discutirla porque pensamos que explica lo que ocurrió y permite sacar algunas consecuencias.
A comienzos de 2008 Clarín prohijó una protesta rural que permitió el desarrollo de un relato en clave maccarthista inédito en la historia argentina.
Recordemos qué es el llamado maccarthismo. Durante los años ’50 en Estados Unidos, un senador (Joseph Mc Carthy) se dedicó con apoyo de sus pares a “perseguir comunistas”. En un escenario absolutamente ilegal sometía a escarnio y persecución a quienquiera cayera bajo su lupa con la acusación de “comunista”. Desde entonces el concepto de maccarthismo ha servido para explicar este tipo de persecuciones que se hacían en aquellos Estados Unidos en defensa de los “auténticos valores americanos”.
Eso pasó en Argentina. Pero pasó de un modo inédito. ¿Por qué inédito?
Porque nunca un particular, en ningún país, tuvo bajo su control el 60% de la comunicación masiva, menos en tiempos recientes con la importancia y alcance que adquirieron los medios y menos aún con la solvencia semiótica con que se hizo en nuestro país. Aquí no fue cuestión de un periodista mal agestado, no, aquí se construyó un estricto relato, preciso, que no permitió ninguna vacilación y que se reprodujo hasta el infinito con ese inmenso poder de fuego del grupo Clarín.
¿En qué consistió ese relato?
Ese relato (y esta es una de las exposiciones posibles al respecto) consistió en presentar a Néstor y a Cristina como usurpadores, como agresores al pueblo. Consistió en presentarlos como la ajenidad radical, lo otro, lo horrible, lo monstruoso. ¿Ajeno a qué? Ajeno al pueblo sano. Ese pueblo sano que aparece representado en los amenos periodistas de TN y en los entrevistados cuidadosamente seleccionados.
Los kirchneristas fueron retratados como “ultras”. ¿Ha visto ud. la calificación de ultra utilizada con los seguidores, por caso, de algún gobernador? Los “ultrakirchneristas” eran caricaturizados como los ayudantes de los villanos en las historias de superhéroes de Hollywood.
Este relato sólo fue posible por la concentración monopólica de la comunicación. No hubiera sido viable con pluralidad comunicacional. El conflicto por la Resolución 125 no hubiera ocurrido del modo que ocurrió con pluralidad comunicacional. Esta estrategia requiere una concentración tal que de verosimilitud a ese discurso excluyente y persecutorio que simula un pueblo (encapsulado, individualista, aislado), que se reencuentra en los espacios de interacción cara a cara repitiendo las mismas consignas que escucharon al presentador del show de noticias.
Discutir el discurso Clarín requiere revisar reglas epistemológicas y lógicas.
El pueblo sano, ese obsceno “Todos Nosotros” que siguen usando, ¿qué es? ¿Qué quiere decir para la política que Clarín diga quién y cómo es el pueblo? Clarín, el dueño del 60% de la comunicación masiva, el líder de los empresarios de la economía concentrada, el que se quedó con el papel para diarios por medio de secuestro y torturas, el que legitimó a cambio la dictadura genocida, el que es propiedad de una señora que se niega a determinar si sus hijos adoptados son hijos de desaparecidos... ese Clarín dice quién es el pueblo. Y quién no. Y Kirchner no.
Si hubiera una pesadilla prototípica, ideal, para la libertad de expresión, para la democracia, ese sueño malicioso sería que alguien alguna vez hiciera lo que aquí concretó Clarín.
Pero éste es el relato que explica la derrota de Kirchner en junio de 2009 en Buenos Aires. Era necesario decir todo esto para decir qué pasó ahora. Por qué son distintas las dos fotos.
Nuestra hipótesis es que es este relato el que fracasó estrepitosamente. Es en alguna medida y si se nos permite, debido a un cierto misterio popular, que una gran gesta del pueblo argentino destruyó esta lacra.
Es verdad que hay muchos factores coadyuvantes. El primero y principal es el gobierno de Cristina Kirchner que ha sido excepcional; también el funcionamiento de la economía, la AUH, medidas puntuales de reparación, todo eso da soporte a lo que para nosotros es la principal razón del cambio de tendencia social.
Hubieron muchos ciudadanos de a pie que se pararon y dijeron – No, no es como dice Clarín. - Es mentira. - Yo banco al gobierno. - No me chupo el dedo, pero le creo mil veces más a Kirchner que a Clarín. Y a pesar de que Clarín siguió mintiendo, manipulando, escondiendo, estas voces comenzaron a escucharse. Con extraordinaria militancia estos ciudadanos de a pie se hicieron escuchar. Y no fue el PJ, aunque hubiera muchos peronistas de partido y de fuera de partido, así como gente de otras tradiciones políticas e independientes. Uno de los misterios de la reconstitución del pueblo argentino es precisamente cómo a pesar del inmovilismo de las estructuras se impuso la revaloración del gobierno nacional. Carta Abierta, los grupos que se constituyeron en torno a 6,7,8, buena parte de la comunicación alternativa fue protagonista central en un momento en que la militancia tuvo como eje la lucha por la palabra, por la interpretación de los hechos.
El relato del pueblo sano sometido a monstruos, se desmoronó. No soportó la argumentación, no soportó que personas de carne y hueso, inteligentes, intachables, que no respondían a la caricaturización estigmatizante de Clarín, se plantaran, militaran y dijeran: No, Clarín miente.
Las multitudes que vimos en las exequias de Néstor Kirchner no son más que el reflejo de este proceso que ya venía de antes y es el desmoronamiento del discurso fascista de Clarín.
La derrota del discurso que describimos ya ocurrió, ahora vienen otras cosas; lo que ya vemos, los debates actuales están inscriptos en claves nuevas que no responden a esa matriz, aunque queden algunas rémoras.
Igualmente restan muchas cuestiones para pensar respecto de la instauración discursiva propiciada por Clarín. Una de ellas que preocupa especialmente es la de las miles de personas que reprodujeron el fascismo. No hace falta recordar al lector los infames mails que circularon, las versiones y escritos más mentirosos, obscenos y agraviantes que se conozcan sobre cualquier presidente, pero también los más xenófobos, estigmatizantes, discriminadores. Cómo “recuperar” (contener, evitar daño de y a) esos miles que (simbólicamente) se pusieron la capucha del Ku Klux Klan es un problema actual para la democracia argentina.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Los pibes

se pone joven el tiempo
y acepta del tiempo el reto
qué suerte que el tiempo joven
le falte al tiempo el respeto
Mario Benedetti – Cielito de los muchachos

Yo no estoy de acuerdo con eso de que todo tiempo pasado fue mejor. El futuro es mejor.
Luis Alberto Spinetta

El domingo 28 de noviembre se coronó campeón del TC (Turismo Carretera) Agustín Canapino, un chico de 20 años. Dirimió el campeonato con Mariano Werner, de 21. Es el campeón más joven por lejos que ha tenido la categoría en toda su historia. Los fierreros lo saben bien, el TC es la categoría máxima del automovilismo en el país.
Hace un mes, durante las exequias de Néstor Kirchner se puso de manifiesto algo de lo que ya antes había muchos indicadores: la presencia activa y militante de la juventud.
Confieso que no me había dado cuenta que allí había algo específico para ver.
Porque, ¿qué tiene la juventud de específico?
Esta es una discusión que se actualiza permanentemente cuando las juventudes políticas definen su quehacer o cuando las áreas gubernamentales de juventud diseñan su programa.
¿Qué es la juventud para una chica de 16 embarazada, o con un hijo?
¿Qué es para un albañil de 18 que tiene que trabajar todo el día y atender su mujer y sus hijos el resto del tiempo?
¿Qué es para un desocupado, sin secundario completo, que no ve un horizonte de progreso y que no tiene a nadie que lo entusiasme por el futuro? Que en realidad no ve razones para entusiasmarse por el futuro.
¿Qué es para un descendiente de pobladores nativos pobres cuando todos los estereotipos de éxito socialmente construidos corresponden a otras razas y otras gentes? Cuando el futuro solo ofrece sumisión y derrota. ¿Qué es para él la juventud sino un período de alienación radical?
Existe profusa bibliografía de estudios sociológicos sobre la situación de las poblaciones por rangos etarios y en particular de los jóvenes, como situación laboral, escolarización, etc. Menos abundante es la reflexión sobre lo específico de la juventud.
Hablamos de un código que no se explica por los datos demográficos. Por ejemplo, la irrupción del rock and roll en los años ’50, la cultura hippie de los ’60, el compromiso político de los ’70 constituyen marcas de época que inundaron la cultura y explicaron y dieron sentido y proyecto a generaciones que se incorporaban a la vida adulta.
Lo generacional es siempre problemático porque los recortes cometen injusticias. Y la dimensión cultural también es compleja en tanto es parte de una industria inserta en los mecanismos del mercado, máxime ante épocas como algunas de las mencionadas en que la censura era habitual. La promoción de la porquería también era habitual. Como ahora, pero antes a los tiros. Es decir, la distancia de manifestaciones artísticas de búsqueda en los inicios del rock nacional a la “valiente muchachada de la armada” de Palito Ortega refleja también una industria cultural que pone en problemas la aparición de proyectos generacionales.
Entonces, puede que haya momentos en que no haya nada para mirar ahí. Ninguna especificidad. Lo que de alguna manera es decir ningún proyecto más o menos abarcativo.
Si definiéramos que hay un proyecto o códigos generacionales, una cuestión a mirar es la relación con los mayores y el pasado.
Puede, como ha ocurrido en muchos (¿todos?) países en guerra que sea dable ver cómo los adultos exterminan una generación mandándola a la muerte en el frente de batalla.
Puede que la nueva generación defina su identidad como reacción o rebeldía en relación a la generación de sus padres. Un caso de mucha pregnancia ha sido la generación de los ’60, que ha quedado en buena medida como modelo de constitución de una cultura juvenil.
Pero estos no parecen ser los casos.
No estamos ante jóvenes que se rebelan a sus padres.
No estamos ante jóvenes sacrificados por la sociedad, aunque sí hay una preocupante persistencia de la estigmatización de los jóvenes pobres.
Todo esto es absolutamente especulativo, provisorio y sujeto a los avatares imprevisibles del futuro, pero probablemente nos encontramos ante jóvenes distintos a estos modelos. Estos jóvenes parecen valorar y reconocer a sus mayores. Por supuesto no a todos sus mayores, pero sí se sienten parte de un devenir histórico, con una historia que valoran, incluso veneran. Son laboriosos, esforzados, disciplinados; en abierta contradicción con los estereotipos difundidos.
De algún modo parecen jóvenes que tienden una mano a anómicos y desechos mayores recordándoles cómo construir un proyecto.
Todo está por definirse pero de tres cosas quiero advertir a estos jóvenes que hacen bien en construirse como un colectivo: de los cínicos, de los reventados y de la liturgia engañosa.
El cinismo es el gran enemigo de los proyectos, en particular de los proyectos políticos. El cinismo es la mentira, el descreimiento radical de que algo puede cambiar. “Acá siempre afanaron, afaná vos, no seas gil”, “los que mandan siempre van a mandar, tienen la sartén por el mango”, infinidad de relatos en clave de la imposibilidad de cambiar o de la ingenuidad del intento. En distintas variantes, desde los medios a las estructuras partidarias sin excluir las organizaciones sociales son atravesados por discursos cínicos. El proyecto tiene utopía o no es proyecto colectivo. La praxis es una trabajosa lucha en el lodo de lo real pero sin utopía es sólo barro. Los aparatos que impelen al pragmatismo ven con ojos deseantes un colectivo juvenil que, piensan, a su servicio sería una delicia.
El reviente es una variante del cinismo, es el que está de vuelta. El reventado no cuestiona el proyecto por el lado de la conveniencia, lo cuestiona por el lado de la inutilidad, del inevitable fracaso a que está condenado. Es una variante del cinismo porque no aparece del mismo modo sino que se presenta como alguien que “ya estuvo allí”. Pues bien, no le crean. Nadie estuvo allí, simplemente porque ese allí es inevitablemente nuevo.
El cinismo y el reviente ocultan matices y diferencias. La “defensa de la clase política” y los “políticos son todos atorrantes” son expresiones que manifiestan ambos riesgos y que de un lado dan por bueno un paquete por decir poco, problemático; y del otro construyen un nihilismo que puede transformarse en profecía autocumplida.
El problema de la liturgia engañosa refiere a la idea del retorno al origen. El desafío del proyecto es volver a un pasado idílico. Por definición un proyecto relatado en estos términos se convierte en reaccionario y retrógrado.
La irrupción del colectivo juvenil pone en escena una posibilidad fascinante, nueva, a construir. Los indicios que aparecen son más que prometedores.
No esperen los jóvenes que le hagan el camino orégano porque van a tener que pelear. Todavía no han constituido un colectivo con identidad pero por primera vez en mucho tiempo existe la posibilidad que lo hagan. ¡Adelante!