jueves, 8 de enero de 2015

Lo que la foto no muestra

8 de enero de 2015

Estos días hemos asistido a dos hechos que conmocionaron la opinión pública y que es necesario comprender.
Una foto insistentemente expuesta en cada uno de los canales de televisión de un chico con tuberculosis y desnutrición que finalmente falleció. La muerte de una mujer en las oficinas de PAMI en Mendoza.
Ambos hechos funcionan como una exposición inapelable de una imagen “que dice más que mil palabras”.
Para quien escribe estas líneas cada vida es sagrada y los deudos merecen todo el acompañamiento de que seamos capaces. Por eso mismo, es preciso un compromiso sincero con la comprensión de los hechos.



El “relato” y los argumentos
Imposible desvincular cualquier debate en la escena pública con lo que ha sido el clivaje central desde 2008: gobierno nacional – golpismo mediático. Venimos sosteniendo este argumento desde aquél año en que el grupo Clarín decidió iniciar el hostigamiento destituyente al gobierno nacional.
Lamentablemente no tiene sentido analizar los discursos opositores porque, a la hora de la verdad, se subsumen en los del grupo monopólico. Una prueba bizarra de ello es cómo exponentes opositores como Sánz o Binner se asumen merecedores de los insultos que les propina Lanata. http://www.diarioregistrado.com/politica/104028-la-disciplinada-reaccion-de-sanz-y-binner-con-lanata--tras-su-furia-con-la-opo.html.
El elemento decisivo con que cuentan los grupos mediáticos para desestabilizar es el monopolio en la construcción de sentido. Así, ciudadanos que encuentran su vínculo con el mundo a través de la caja boba conciben como “evidente” la enrevesada interpretación mediática construida.
Para dar cuenta de esta situación se impuso la palabra “relato”. El relato es una interpretación construida, con argumentos pero también con insinuaciones, lugares comunes, gestos, imágenes.
Por cierto, todos tenemos un relato, nos inscribimos en un relato, uno que dice quiénes somos y cómo nos definimos. Pero el gran relato, el que es necesario develar porque ataca solapado es el relato Clarín. Ese relato que se filtra a través de la mueca de disgusto del presentador de noticias cuando nombra a la presidenta, ese que no dice pero insinúa. Ese que usa la foto pero no la contextualiza ni la historiza.
La foto no habla por sí misma. La interpretación ya la construyeron.
Por supuesto, es una interpretación falaz, sólo entendible a partir de la concentración mediática.

Clarín y Compañía
El gran relato que construye Clarín desde 2008 es que este es un gobierno usurpador, corrupto, compuesto por montoneros, peronistas, comunistas, kirchneristas o cualquier otro colectivo que utilicen para estigmatizar y en ese carácter corresponde a todo el “pueblo sano” unirse para derrocarlo. Ese es el relato Clarín. El que subyace en el guión que el grupo repite desde 2008. De noviembre de 2009 se puede consultar: http://carlosalmenara.blogspot.com.ar/2009/11/el-sonido-de-clarin.html.
Una vez más hay que aclarar que cuando hablamos del grupo Clarín, no hablamos sólo del diario de ese nombre, incluimos diario Los Andes, muchos diarios del interior del país y Buenos Aires, canales de aire, internet, portales, el 60% de las audiencias de cable, librerías (también en Mendoza: Cúspide), el papel para imprimir los diarios, automovilismo, otros deportes, negocios agropecuarios y tantos más. E incluimos su participación en Canal 9 Televida.
Ese grupo invirtió el significado de “relato”. Esa palabra a la que analistas y kirchneristas recurrimos para designar lo que hace Clarín cuando un periodista del grupo replica en palabras, gestos o imágenes el guión Magnetto, esa palabra la prostituyeron a “el verso de los oficialistas”. Con ello no sólo esconden su juego sino que invalidan toda discusión.
El ataque mediático apela a la furia, a la carencia de contexto e historia. Allí, la tele y la imagen en general, sintonizan a la perfección. La foto de Néstor Femenía resulta impresionante. La foto del cadáver de Mirella Córdoba en la oficina pública contundente. Sin palabras decía un titular. ¿Para qué si las palabras, las interpretaciones, ya las pusieron antes?
Sí son necesarias las palabras, los argumentos. ¿Ante qué clase de hecho estamos? ¿Se hubieran podido evitar? ¿Cómo evitarlos en el futuro?

Néstor y Mirella
El caso de Néstor Femenía debe ser investigado. Seguramente hay explicaciones que deben aparecer en el caso puntual. De ningún modo puede extrapolarse a una situación difundida de inanición. Hay una política social como no había existido en Argentina y hoy con la Asignación Universal toda madre tiene un ingreso garantizado para atender los chicos. Esto, además de una panoplia de programas sociales que pueden funcionar mejor o peor pero cobijan como nunca antes a los sectores sociales postergados.
Resulta que la dictadura mediática es tan esquizofrénica que los que atacan la Asignación Universal usan como un supuesto argumento la foto de Néstor Femenía. Es el caso de los medios que mencionamos. ¿Ud. lector, percibe que eso es contradictorio en sus términos? ¿Y percibe que es lo que hacen los medios?
Claro que hay problemas. Uno de los que apareció frente a derechos universales como la asignación está vinculado a la documentación, pues es preciso tener documento para acceder a los derechos garantizados. Y aunque cueste creerlo sigue habiendo gente indocumentada. Y hay un núcleo de marginalidad extrema al que las políticas sociales llegan mal. Y hay que trabajar sobre eso.
No parece, a priori, la situación que correspondería al pequeño Néstor.
En todo caso, contrario a la caricaturización mediática, el kirchnerismo nunca dijo que estamos en el mejor de los mundos, siempre reconoció que siguen habiendo enormes problemas y desafíos.
Mirella Córdoba murió en una oficina de PAMI. Como toda muerte es de lamentar. Seguramente PAMI tiene más trabajo, casi tres millones de nuevos jubilados se han incorporado al sistema por las moratorias. Prestaciones nuevas que van desde programas de turismo hasta promoción de Centros de Jubilados se han sumado a la Obra Social.
Sólo la mala fe de cierta presentación mediática puede pretender imputar al funcionario a cargo algo sobre lo que no tiene ninguna incidencia. ¿Qué reclamarle? Aparece una imputación: “militante”. ¡Qué bueno que los funcionarios sean militantes! Tiene que ver con asumir un proyecto político. Debería ser lo obvio. Hay todo un mundo de definiciones posibles de militante, en el caso de Marcelo Álvarez recuerdo haberlo visto vacunando contra la gripe como actividad “militante”. Puede haber otras concepciones.
¿Que tienen que atender más rápido y mejor a los abuelos? Totalmente de acuerdo. ¿Cuánto hace que esto es así? Aún en el mejor de los mundos no estaríamos exentos de que un evento trágico como éste ocurra en una oficina pública. Un Estado con nuevas funciones, con nuevas escalas, necesita una reformulación en lo administrativo, y es uno de los grandes temas pendientes. Se ha avanzado en muchos trámites como el documento de identidad o el pasaporte.
¿Cómo mejorar estas prestaciones y la atención en las oficinas estatales? Esta es una enorme pregunta, sería la pregunta relevante para quien cubra la noticia. No parece serlo para los socios de Clarín.
Infinidad de cuestiones hay que cambiar en Argentina. Muchas hay que mejorarlas. Una de ellas es el funcionamiento administrativo de un Estado que asumió responsabilidades antes abandonadas.
Sin dudas, es con éste modelo, con el kirchnerismo, con el proyecto nacional y popular como mejor y más seguro se puede avanzar en ellas.
De ningún modo pueden ofrecer un mejor Estado las ideologías de derecha que quieren privatizar todo ni los nuevos neoliberales que anacrónicamente profesan su fe a la “mano invisible del mercado”.
En todo caso siempre es bienvenido el debate. No el uso artero de casos trágicos.






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