martes, 2 de diciembre de 2014

Una ciudad en retroceso

El concejal que asumió la intendencia en reemplazo de Víctor Fayad en la Ciudad de Mendoza, Rodolfo Suárez, fuerza un bienvenido debate.

Sus medidas, en un mar de argumentos falaces, proponen cambios profundos para la vida de cientos de miles de mendocinos que viven o transitan por ella.

La sanción del “Código” de convivencia urbano entre sus primeras medidas de gobierno muestra el perfil que pretende imprimir a su gestión: represivo, profundamente autoritario, senil. Al mismo tiempo privilegia el negocio inmobiliario en una ciudad sin planificación y sin equidad social. Conforme al posicionamiento político que debate su partido, representa el modelo Macri. “Orden” y negocios.

Las comillas sobre orden tienen que ver con que esa es una promesa de las derechas que nunca se cumple. El imposible deseo de acallar al otro, someterlo de tal modo que no lo percibamos, que no nos moleste. El intendente no termina de percibir que en democracia no se puede. En dictadura tampoco pero esa es otra discusión.

Como decía el profesor Waldo Ansaldi, historiador argentino, “¿qué es lo contrario de orden? Otro orden, no el desorden sino otro orden”.

En este caso la apelación al orden de Suárez es una impostura, una mentira. La Municipalidad ha fracasado con todo éxito en cada uno de sus intentos. El tránsito es un caos de magnitud nunca vista. Los agentes municipales agreden a los músicos callejeros mientras frente a ellos hay descomunales taponamientos de tránsito. La parte positiva es que no se meten en el tránsito porque cada vez que lo hacen empeoran la situación.

La Municipalidad ha recibido fondos nacionales que le permitieron renovar el asfalto como no se hacía en décadas. ¿Lo planificó? Perfectamente. Estudió el modo de cortar calles de manera tal que colapse totalmente la ciudad. Por ejemplo, hay recursos para asfaltar diez cuadras, entonces, uno que apela al sentido común y a elementos fundamentales de geometría piensa que cortarán una calle y asfaltarán diez cuadras... Error, la Municipalidad corta diez calles distintas. Mejor, todas en la misma zona. Colapso total.

Ahora, cuando tienen que justificar el Código autoritario, ¿qué dicen? Que los que protestan no pueden cortar una calle... Si los piqueteros aparecieron en Argentina cortando rutas y calles, ¿quién es el mayor piquetero en la Ciudad de Mendoza? Por supuesto, su intendente.

Suárez hace ostentación de una carencia total de mirada urbanística. Da pavor pensar las consecuencias que puede tener la rehabilitación del Shopping de Maristas. Pero el modelo Macri es así: la mejor planificación es el mercado, los negocios inmobiliarios.

Mientras tanto la zona oeste de Capital sigue carente de infraestructura, plan, políticas sociales, promoción económica y, en general, una atención acorde a las posibilidades de la Ciudad.

El caso del “Código” excede largamente cualquier discusión municipal. Con la pretensión de “regular el espacio público” restringe e impide derechos constitucionales básicos: La libertad de expresión, la protesta, el ejercicio de toda industria lícita entre muchos otros. La idea es: cualquier cosa que ud. quiera hacer en la ciudad, tiene que pedirnos permiso a nosotros. ¿Y qué criterio aplicarán para autorizarte o no? No lo dicen, lo que les parezca. Una discrecionalidad impropia del liberalismo que dicen representar.

La gestión de la ciudad siempre pone de manifiesto la concepción ideológica subyacente. Quizá como pocas tareas políticas, la administración municipal expone cuál es la concepción del hombre, la idea de ciudadanía, la idea acerca de la participación, la inclusión y la igualdad.

Suárez ya mostró las suyas. Una ciudad autoritaria, desigual, sin participación, abierta a los negocios inmobiliarios que impidan cualquier plan y cualquier política inclusiva.

El modelo antagónico no está formulado. Pero en eso estamos.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Más memoria, verdad, justicia

El jueves 20 se conoció la noticia del hallazgo de los restos del Dr. Carlos Espeche, muerto a manos del Estado terrorista.

La noticia seguramente impactó fuerte en la familia que lo buscaba, de modo personalísimo. Nada más que abrazarlos solidariamente.

La cuestión excede el ámbito privado para convertirse en un caso que involucra a toda la sociedad. Trae reparación a partir de conocer la verdad. Aunque sea una obviedad no está demás repetir que sólo se puede pensar en superar el duelo que aún vivimos por los años de plomo a partir de la verdad.

Este hallazgo no surge de la nada. Es posible, sin dudas, por la militancia de los organismos de Derechos Humanos, pero lo que ha hecho la diferencia para los extraordinarios avances recientes es el compromiso del gobierno nacional.

Uno podría apelar a múltiples íconos que recuerdan a un Néstor poniendo todo el coraje necesario para torcer una historia ultrajante que quería ocultarse. Bajando los cuadros, leyendo el poema de Joaquín Areta (“quisiera que me recuerden...”), “pertenezco a una generación diezmada”, los miles de abrazos con Hebe o con Estela o con tantas y tantos me vienen inmediatamente a la mente.

Cristina Fernández no sólo continuó con todo el apoyo estatal para reparar la agresión brutal del Estado genocida sino que inscribió al país en la vanguardia del mundo en una concepción coherente de un sistema de derecho internacional humanista y civilizatorio.

Sobre si el derecho se impone a la fuerza bruta, ¿cómo hacer afirmaciones categóricas?

Resulta interesante contrastar la caricatura de los medios hegemónicos que muestran a una Cristina que “agrede las instituciones” con una realidad que exhibe a nuestra presidenta como líder mundial en la reconfiguración de los sistemas de derecho internacional.

A un año del golpe del ´76, Rodolfo Walsh realizaba una perdurable pintura de ese tiempo en su “Carta Abierta a la Junta Militar”:

“El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde” les espetaba Walsh con claridad. Y luego de repasar un largo de listado de atrocidades sostenía:

“En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.

En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.

Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.”

La imperecedera descripción de Walsh explicaba cómo detrás de la Junta Militar había un poder económico que era la verdadera usina del programa genocida.

Para avanzar en el esclarecimiento de las “complicidades económicas con la dictadura” se conformó en el Congreso Nacional una comisión. La idea, propuesta por Horacio Verbitsky y otros en el libro “Cuentas pendientes” con solo abrevar en esa bibliografía ya cuenta con una agenda sumamente densa. Forman parte: Ford, Mercedes Benz, Acindar, Techint, Ledesma, cúpulas sindicales entreguistas, cámaras patronales agropecuarias, Comisión Nacional de Valores, Papel Prensa, otros medios, el pillaje que organizaron a través de la llamada CONAREPA (que incluye algunas empresas significativas en la Mendoza de la época).

Resulta imprescindible avanzar en dilucidar estos hechos. Configuraron el modo en que se repartió el poder y el dinero que hasta hoy condiciona a nuestra democracia.

Precisamente porque Argentina está avanzando en esta profundización de la justicia, porque está pudiendo sentar en Tribunales a sectores que nunca tuvieron que dar explicaciones, por eso el pregón golpista desembozado de parte del establishment corporativo.

No es maniqueísmo, verdaderamente hay sólo dos lados: democracia o corporaciones. Te guste o no, Cristina Fernandez conduce un proyecto que hace centro en la política y la democracia. Hay políticos que asumen abiertamente que son “corporaciones”: Massa, Carrió, Sanz, Macri. Me tienta decir que casi que es mejor esa postura que la simulación cínica de los Cobos, Binner o Solanas que diciendo otra cosa, hacen lo que les mandan las corporaciones.

martes, 28 de octubre de 2014

Nicolás Del Caño: Hablemos en serio

Estimado Nicolás Del Caño:

Hace unos días ud. escribió una “carta abierta” con destino a “las organizaciones de la izquierda K”.
En general, y algo las conozco, las organizaciones que ud. menciona y las que podrían imaginarse como izquierda K no gustan definirse de ese modo. Ocurre que, a diferencia, por ejemplo, de los setenta, es difícil hablar de una “tendencia”, por lo menos de una tendencia de izquierda. Quizá pueda pensarse una tendencia de derecha. Es que la vanguardia progresista es la misma Cristina Kirchner. Las organizaciones, en consecuencia, buscan identificarse como el corazón del proceso de transformación, no como el ala izquierda.
Lo cierto es que ud., Del Caño, recibió siete perdigones de goma por parte de la gendarmería y al día siguiente escribió la carta.
Repudiamos, y uso el plural porque estoy seguro que esta posición representa a muchos compañeros, que la gendarmería u otras fuerzas repriman con violencia las manifestaciones. En ese sentido le envío mi solidaridad por la agresión recibida. El kirchnerismo ha sido el movimiento político más cuidadoso, respetuoso y solidario con quienes protestan. Hizo un culto de la no represión de la protesta social.
No quiero que la Gendarmería dé marcha atrás con esa política.
Ahora, debo decir, diputado Del Caño, que ud. y sus compañeros siempre dijeron que este gobierno era represor. No lo dijo con Berni, lo dijo con todos los anteriores. Si ud. fuera consecuente con sus dichos no sería más que una continuidad. ¿Cuál sería su sorpresa? Se sorprende porque ha hecho de la simulación un hábito.
Le reitero, quiero que las fuerzas represivas se apeguen absolutamente a los protocolos de intervención, que por cierto son una novedad de estos años.
Entiendo y comparto la preocupación de muchos compañeros. Porque no sé si ha notado, Sr. Del Caño, que por el vecindario andan haciendo lo que llaman “golpes blandos”. Mire, el mecanismo es el siguiente: la embajada de Estados Unidos y sectores corporativos y mediáticos concentrados buscan un carilindo, así como ud., lo invisten como líder de resistencia opositor y lo sacan a cortar calles. El reclamo puede ser por cualquier cosa. Puede ser por libertad de prensa o por la reincorporación de trabajadores. Le ponen las cámaras todo el día, parten la pantalla, le dan plata y fogonean la multiplicación de cortes, paros, reclamos. Intentan “ocupar la calle”.
Seguramente ud. vio cómo armaron las guarimbas en Venezuela. Ah, no... es que Ud. no apoya la revolución bolivariana... bueno habrá visto cómo intentaron derrocar a Correa en Ecuador, ah, no, ud. tampoco apoya a Correa. ¿A Evo? ¿Tampoco? Bueno a Cuba ni hablar, se sabe que ud. no apoya a Cuba. Se me hace difícil transmitirle cómo el imperialismo intenta derrocar los gobiernos populares porque cada ejemplo que se me ocurre encuentro a sus compañeros ¿del lado del imperialismo?
Entonces, como esto pasa en el barrio latinoamericano, entiendo que hay compañeros que dicen –Bueno, no jodamos, si nos montan una maniobra golpista sobre “una protesta de un Centro de Estudiantes”, nos pueden generar caos y violencia.
Pienso que hay que mantener la política de respeto a la protesta. Lo invito a mencionar en la historia argentina un gobierno menos represivo que el kirchnerismo. No va a responder el convite porque no lo va a encontrar.
Por si no lo ha notado, las sociedades no solo se rigen por la voluntad sino también por las correlaciones de fuerza, por la resistencia que imponen los factores de poder, por las historias, por la cultura, los intereses de clase.
Compañeros kirchneristas son pioneros en plantear la preocupación por la violencia institucional. El gobierno nacional ha amparado e impulsado esta línea de trabajo. Recuerdo ahora un caso que trató la APDH San Rafael, el de un pibe pobre que cada vez que salía de su casa era detenido por la policía. Un caso que podría parecerse al de Luciano Arruga si no intervenieran los organismos. ¡Qué importantes los organismos de Derechos Humanos en Argentina! ¿Por qué votó, Nicolás, en contra de la estatización de la Universidad de Madres de Plaza de Mayo, que era lo que Madres quería?
Esta problemática de violencia institucional es gravísima. Las cámaras de televisión no le dan tanta atención como a Ud. pero la merecería. No se haga problema, todas las cámaras de televisión revelaron muy bien su caso, ud. no tendrá problema en cumplir el deseo que manifiesta en su carta: movera cielo y tierra para que esto se sepa en cada rincón de la Argentina, no será nada difícil, ya vio cómo ayuda la tele.
Mire qué gran tema. Hay ahí una gran oportunidad de exigir voluntad política, pero se debe reconocer que se trata, en gran medida, nada menos que de cambiar las culturas y las prácticas de la policía, y eso no es sólo voluntad, también es menester apoyo para los procesos de cambio (porque si no se caen).
Mire, le cuento por si no lo sabe, hace cinco años el gobierno nacional venciendo una presión inmensa juntó poder político (y votos en el Congreso) para sancionar una Ley de Medios, todavía está en veremos la adecuación de grupo más poderoso. Claro, ese grupo tiene políticos amigos, tiene jueces amigos, tiene empresarios amigos, tiene sindicalistas amigos. Y usa todos esos recursos. ¿Sabe quienes son? Sí, esos mismos que dieron cobertura especial a los hechos que ud. relata en su misiva. Cuando ud. los legitima en sus estudios, cuando no sólo no apoya la Ley de Medios, sino que milita en contra, ¿qué efecto cree que tiene su conducta?
Le digo esto a modo de ejemplo para señalarle un “error” que se repite en el debate nacional: el “idealismo platónico”. Me refiero a pensar que la verdad está en la idea. Lo “importante” es la idea de la Asignación Universal por Hijo. No es la plata que hace falta. Lo importante es la idea de recuperar YPF, no que para ello haya que enfrentar un ataque feroz. Lo importante es su idea de pagar un bono a fin de año, no definir con qué recursos se hace y cómo impacta en la economía (que, por otro lado, ojalá se pague).
Es que esa manera de pensar no reconoce que hacer política es algo más que tener voluntad de que las cosas vayan en algún sentido. Te enfrenta a la resistencia de lo real, a la cruda extorsión de los factores de poder, a los límites de recursos escasos, a tener que priorizar, a limitaciones sistémicas y limitaciones propias.
Y de esas cosas sus planteos no toman nota.
Si ud. es marxista consecuente no esquivará seguramente el desafío de historizar y contextualizar sus planteos. Aquí vuelve a tener relevancia el convite que le hice de que mencione un gobierno argentino menos represivo que los kirchneristas. Le pido que diga qué tipo de alianzas internacionales ud. pretende, porque utiliza en su carta un despectivo “multinacional yanky” pero cada vez que buscamos qué defiende “la embajada” y qué defiende ud. resulta que coinciden.
Su actitud de simulación no impide que quienes somos la izquierda real del país, la que se define no por mirarse al espejo y decir que lo es, sino por actuar concretamente por la transformación más extraordinaria en los últimos cincuenta años, la que se enorgullece de logros como haber disminuido la desigualdad en más de 10 puntos del coeficiente de Gini, de haber creado más de cinco millones de puestos de trabajo, de ampliar derechos, de garantizar la AUH, en fin, de todo eso de lo que ud. estuvo en contra; esa, la izquierda real, se preocupa por que las fuerzas “de seguridad” no se autorregulen y no repriman las protestas violentamente.
Hay un enorme consenso del poder real para dar palos y fomentar la mano dura. Ud. disfrutaría eso como nadie, sentiría que el devenir de los acontecimientos le da la razón. No la tiene. Como no la tiene cuando hace esta pantomima con las heridas. Sabemos que no contamos con ud. para impedir que esa derecha imponga su lógica represiva.
Cuando le hablo del “idealismo platónico” pretendo sugerirle que revise su relación con los hechos. Si ud. se reivindica de izquierda, debo suponer que ud. quiere un mundo más igualitario. Si hay más igualdad, aún cuando no se haya producido según el camino que predecía su teoría, ¿negará ud. ese hecho? Pues eso está haciendo en nombre de una teoría que no puede encontrar un nombre, una geografía, a la cual remitirse para verla en acción.
Peirce, el semiótico norteamericano, hablaba de aquellos para quienes “las teorías son más fuertes que los hechos”. Cuando eso pasa no hay refutación posible. Es el dogma, la religión, la esfera en que el diálogo no encuentra un espacio común al que remitirse.
Lo invito a que revise su método y deje entrar a los hechos. La izquierda misma es producto de este paradigma de la modernidad.
Ojalá pudiéramos coincidir en algunas cuestiones y dotar de mayor fuerza a algunas causas nobles, le mencioné la lucha contra la violencia institucional, hay muchas más. Sería bueno porque, para nosotros al menos, no se trata de obcecarnos con que ud. es tal o cual cosa, sino de cómo hacer un país más justo, más igual, más libre, en beneficio sobre todo de los que más padecen.


domingo, 7 de septiembre de 2014

Vocación política

7 de setiembre de 2014

El debate político en Argentina, lo he sostenido muchas veces, está viciado y buena parte de la tarea periodística debería ser colaborar en exponer la manipulación.
Las operaciones aviesas, tramposas, la mentira intencional, la agresión, proviene de los emisores mediáticos hegemónicos, principalmente el grupo Clarín, pero genera conductas y consecuencias en vastos sectores de la población.
Me interesa referirme aquí a un problema largamente planteado en las teorías políticas. Se lo ha planteado de distintos modos, uno de ellos fue la discriminación que realizara Max Weber en relación a las características propias del político. El político avizora las consecuencias de sus actos, es “responsable” de ellas. No carece de convicciones pero las pone en juego según qué resulta de las acciones.
“En este sentido, la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad no son opuestos absolutos; mas bien se complementan y configuran entre sí ante el ser humano auténtico, al hombre que puede tener una ‘vocación política’” .
Este tradicional asunto de Weber fue tratado muchas veces desde otras perspectivas.
Sigue siendo un problema importante.
La “vocación política” si bien Weber la correlaciona con la idea de la profesionalización refiere a cualquier instancia de participación social en la que se discuta la distribución del poder.
Una Argentina en que los avances populares enfrentan enormes resistencias no puede dejar de valorar cambios profundos.
Decir que este es un gobierno “represor” como hacen algunos sectores que se denominan a sí mismos de izquierda es bastante esquizoide. Que repitan cientos de veces por día ese latiguillo por los medios del grupo Clarín es una prueba de la simulación intrínseca en la maniobra.
No digo nada nuevo cuando expongo que el gobierno nacional ha resistido asonadas golpistas reiteradas por parte del poder corporativo. Creo que no es necesario investigar demasiado para concluir que de haber tenido éxito esas intentonas hubieran restablecido el modelo neoliberal de los noventa.
Lo que resulta insano es que no puedan sostener el ataque en su posición. Cuando macartean como ellos saben, resulta espantoso, pero es lo esperable de ese proyecto. Cuando enarbolan un supuesto discurso libertario y encuentran presuntos izquierdistas que le hacen de claqué la discusión se vuelve loca. ¿Cómo discutir esa simulación?
Los proyectos de cambio social necesitan de la lucha pero no de una ficción de lucha. Es una ficción de lucha victimizarse de la gestión política menos represiva de nuestra historia y presentarla como autoritaria.
El gran motor de la igualdad en Argentina está en el Poder Ejecutivo Nacional.
Que las fuerzas de seguridad tienen una matriz autoritaria, que cometen injusticias e irregularidades por doquier, que hay funcionarios intermedios que no condicen para nada con valores democráticos, que el dispositivo político y social del kirchnerismo tiene contracciones en su seno, ninguna de estas cuestiones podría negar. Pero nada de esto es lo que está en discusión en Argentina. Los poderes que pretenden horadar al kirchnerismo no harán policías democráticas y comprometidas con los Derechos Humanos. Todo lo contrario.
Como está presente en la reflexión teórica desde, por lo menos, principios del siglo XX, la vocación política que inevitablemente manifiesta cualquier protesta o reclamo no puede perder de vista el universo de lo político en el que se inserta. No hay alternativa, las consecuencias, lo que ocurre, no depende de las intenciones ni solamente de los deseos. Tomemos nota antes que sea tarde y la tarea sea la de remediar desastres.


lunes, 25 de agosto de 2014

El prócer como buen vecino

22 de agosto de 2014

El 17 de agosto se conmemoró un aniversario de la muerte del General José de San Martín. Como ocurre estos últimos años los medios hegemónicos, básicamente el grupo Clarín, no desaprovecharon la ocasión.

Por caso, vemos en Los Andes de esa fecha notas de Alfredo Leuco y del historiador Luis A. Romero trabajando para el guión Magnetto.

El relato sería el siguiente: el prócer, hombre ejemplar, austero, repúblico, moderado, honesto, es la contracara de la presidenta actual y toda su banda, que son... lo que dicen todos los días.

Así, aplican la misma receta que en cada análisis de la realidad: remisión a lo anecdótico y relato.

Resulta que San Martín no fue un general que luchó contra el imperio de entonces, no nos llevó a dejar de ser colonia, no luchó por la América toda; no, para el poder lo importante es que San Martín fue un “ejemplo de rectitud cívica”.

Algunas veces tengo la sensación de que discutir con la patota de Magnetto rebaja tanto el nivel, implica tal desconsideración al lector, que me veo como faltando el respeto a mi propio lector. Pido disculpas por tener que explicar lo obvio pero resulta que este grupo que se quedó con el papel a través de torturas, protegiendo dictadores, violando leyes y robando patrimonio público, opera mediante una clausura semiótica. No hay más verdad que el relato que construyen. Aunque el relato sea miserable no queda más alternativa que desmentirlo, impugnarlo.

No, San Martín no es San Martín por ser un buen vecino. Es interesante ver cómo se lo construyó como padre de la patria pero no entraré en ello.

La base histórica para construir el prócer son sus luchas emancipatorias.

No, Clarín nunca mencionará sus luchas emancipatorias. No cabe en el guión de Magnetto.

Sí, hay una asociación inmediata. El modo que nos paramos frente a los fondos buitre sí tiene relación con el “espíritu sanmartiniano”. Clarín nos quiere colonia. Leuco nos quiere colonia. Romero nos quiere colonia.

Han caricaturizado el antiimperialismo y la soberanía como anacronismos. Todo lo contrario, nada más moderno, nada más necesario que construir una nación autónoma e independiente. Como quería San Martín. Quizá debiéramos estudiar cómo disciplinó a la burguesía cipaya de entonces, cómo expropió lo que necesitaba para su misión y tomó un sinnúmero de medidas que escandalizarían a los supuestos repúblicos actuales.

domingo, 3 de agosto de 2014

Pisar el palito

3 de agosto de 2014

Pisar el palito titula Alfredo Zaiat su nota del 27 de julio en Página 12. Sería lo que trata de inducir el juez Griesa a la Argentina en el litigio con los fondos buitre. Pisar el palito sería realizar algún acto que dispare la cláusula RUFO de los bonos.
El insólito congelamiento de fondos que decidió ese juez neoyorkino generó la conocida situación por la que algunos bonistas que aceptaron el canje de deuda de 2005 y 2010 no están cobrando, sin embargo esos fondos no están embargados. No son de Argentina, no son del banco pagador, son de los bonistas pero éstos no pueden disponerlos.
Como un reloj de arena que se invierte, el tiempo, antes un elemento de presión de Griesa y los buitres, comienza a jugarles en contra.
Visiblemente, la estrategia del gobierno argentino pone como máxima prioridad preservar el camino de desendeudamiento que comenzó Néstor Kirchner.
La tremenda hostilidad de los estrados judiciales estadounidenses con la Argentina no deja dudas de la naturaleza política e imperial de la disputa en la que Griesa y los buitres son sólo la parte visible de un poder que los excede.
Con jueces como el del caso, que hacen valer en el expediente declaraciones de la presidenta o artículos periodísticos, la precisión del ministro de Economía, Axel Kicillof, para evitar el mínimo desliz al tiempo que expone con total transparencia la situación no sólo es admirable sino absolutamente necesaria.
La fortaleza de la presidenta para resistir las presiones externas e internas lleva la democracia argentina a un punto altísimo, quizá desconocido desde 1983. Claro que valorarlo depende de la capacidad de tomar distancia del proceso de alienación a que los medios hegemónicos someten al pueblo.
En tanto, Cobos sugirió pagar 30% como muestra de buena voluntad, Carrió depositar 300 millones, Macri pagar el 100%, Massa despreocuparse pues vendrían inversiones; cada una de estas opiniones propone una acción, cada una de ellas hubiera significado disparar la RUFO e incrementar la deuda externa en cientos de miles de millones de dólares.
Nunca habremos señalado lo suficiente este hecho. ¿Por qué Cobos, Carrió, Macri y Massa quisieron endeudarnos en cientos de miles de millones de dólares sin recibir nada (como país)?
Es una defección tan enorme que cuesta encontrar los adjetivos.
Es conocida la función de la deuda para disciplinar gobiernos y países. No extraña que estos “presidenciables” que antes enajenaron su decisión política al imperio de las corporaciones sean indiferentes a incorporar amos adicionales. Lo novedoso es la desfachatez con que lo asumen, la pátina de legitimidad con que Clarín y sus amigos naturalizan este tipo de ataques al país.

sábado, 26 de julio de 2014

La gran potencia imperial

26 de julio de 2014

El vértigo de los acontecimientos internacionales es tal que no permite relajar el análisis ni siquiera por un breve tiempo.
Parece que transitamos una época de renacimiento de la geopolítica y la disputa por áreas de influencia que se lleva pésimo con la vigencia del derecho internacional.
La matanza criminal por parte del Estado de Israel en Gaza, la guerra civil ucraniana con su coletazo del derribo del vuelo civil MH17, las sanciones comerciales a Rusia, el llamado “Estado islámico de Irak y el Levante”, el banco de los BRICS y la reunión con esos presidentes con los de UNASUR, el ataque buitre sobre Argentina, son, todas ellas, escenas de un tablero complejo e interrelacionado.
Veamos con más detenimiento.
Israel viola toda regla del derecho internacional, aún las de las convenciones relativas a la guerra. Al momento de escribir este texto son más de mil los muertos en Gaza, la gran mayoría niños, mujeres indefensas, víctimas desarmadas que buscaban cobijo en lugares como hospitales o mezquitas. La alegación de que las milicias de Hamas utilizan escudos humanos es un cinismo incalificable. Los funcionarios israelíes no sólo asesinan civiles sino que los culpan de hacerse asesinar. Suena muy familiar a los discursos de genocidas de cualquier tiempo.
Estados Unidos es cómplice de este accionar.
El derribo del vuelo de Malaysia Airlines en zona de guerra civil ucraniana ha servido para una escalada estadounidense y europea contra Rusia. Con argumentos muy poco convincentes imputan a los separatistas pro rusos la culpabilidad. Esto ha sido utilizado para aumentar las sanciones comerciales a Rusia. Los representantes rusos, sin embargo, desmienten todo vínculo y a la inversa acusan al gobierno de Kiev de haber derribado el avión civil a fin de culpar a los separatistas o por un error fruto del intento de derribar el avión del presidente Putin.
El sólo hecho de que aparezca como verosímil la versión de un intento de magnicidio semejante refleja el tenor de los escenarios presentes.
Quienes recurren a la pregunta de quién se beneficia del derribo del avión en una zona dominada por los separatistas adjudican más probabilidad a la hipótesis rusa. En cualquier caso no se conoce el responsable del hecho.
Lo cierto es que aparece como posible que hechos semejantes formen parte del tablero en que se mueven las piezas de esta nueva geopolítica. Lo que hace unos años sólo era pensable como un acto terrorista de una organización acorralada, atentar contra un avión civil, hoy aparece como una acción posiblemente apañada por una superpotencia, un recurso “utilizable” para cambiar una correlación de fuerzas.
Las sanciones económicas a Rusia muestran un afán proteccionista de un imperio dispuesto a renunciar a la utopía de la globalización planetaria que él mismo impulsa para excluir de ella al jugador que pretenda poner en duda su poder hegemónico.
Los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante aliados, financiados y armados por Estados Unidos para derrocar a Assad en Siria, superan día a día los niveles de ferocidad y locura, y muestra quiénes son los socios y el tipo de fichas que mueve esa potencia. Los escasos reportes que llegan de la zona hablan de persecuciones a cristianos y matanzas por razones religiosas.
La sexta reunión de los BRICS y la constitución del nuevo banco de las economías emergentes muestra la contracara y quizá la espina que causa la picazón para semejantes violaciones al derecho.
La región, UNASUR, atenta y dispuesta a la profundización de las relaciones agrandan la exasperación del Departamento de Estado.
El día viernes 25 de julio el presidente venezolano, Nicolás Maduro, denunció la ilegal detención de un diplomático y militar venezolano en la holandesa Aruba. La CNN en español se refriega las manos y anuncia la extradición a Estados Unidos.
En este contexto explicar que un juez como Thomas Griesa, un “cuatro de copas”, un personaje irrelevante en el contexto internacional, es quien amenaza a la Argentina parece por lo menos una ingenuidad.
El hostigamiento sistemático a la Argentina usando el ariete de los fondos buitre y este anciano gagá refleja la decisión imperial de “poner en orden” el continente.
No es una batalla que dependa de buenos argumentos legales o buenos abogados. No cambiarían la naturaleza del asunto. Dominio y saqueo es la propuesta de la potencia imperial.
Obama discrepa con los peores que Obama. Pero no nos confundamos, para afuera unifican personería. Si alguna vez el presidente tuvo otra opinión sobre qué hacer con Argentina hace rato resignó a que sean los peores que él los que dicten la política al respecto. Hoy son una voz.
No es el caso de las derechas sudamericanas que lejos de defender sus patrias y la Patria Grande, ofrecen a sus pueblos sumisión al dominio de esta potencia violenta y militan activamente el saqueo de sus recursos. Usan frases como “crear confianza para que vengan inversiones”, “crear clima de negocios” y otras por el estilo.