lunes, 29 de marzo de 2010

Carta a Revista Veintitrés

Sr. Director:
Escribo con la esperanza de que esta vez sí publiquen mi opinión sobre el columnista de vuestra revista, Ernesto Tenembaum.
Tenembaum no es un periodista cualquiera, es el elegido por Clarín para rascar el fondo del tarro.
La polémica, entonces, no es anécdota ni antagonismo personal, refleja el fondo de la disputa política actual. Para un análisis de cómo Clarín desarrolló una estrategia de comunicación totalitaria remito a los lectores a: http://www.elsolonline.com/noticias/viewold/el-sonido-de-clarin--por-carlos-almenara--todo-noticias--todos-nosotros-
El relato de Clarín, que brilla en TN (Todos Nosotros) con especial intensidad, es un elaborado maccarthismo discriminador que estructura todos los mensajes en el código siguiente: “Todos Nosotros, el pueblo sano, soporta la usurpación del kirchnerismo, montonero, que nos roba lo nuestro. Urge terminar con los usurpadores. No hay objetivo mayor, todo debe ser subordinado a este imperativo principal. El pueblo sano tiene izquierda, centro y derecha, todos tenemos cabida. El kirchnerismo, no. Esa es una manifestación inaceptable.”
El relato entronca, tiene lazos, con toda nuestra frondosa historia de maccarthismo, discriminación y persecución política, desde el antiperonismo, al “viva el cáncer”, los ataques al “populismo”, el desprecio al pobre y al extranjero, pasando por la crónica de la subversión y los aplausos a los insanos belicosos de Malvinas; pero tiene componentes radicalmente nuevos. El primero: nunca en Argentina hubo tal poder de fuego, nunca un grupo reunió lo que reúne Clarín. Los diarios de mayor tiraje en Capital y las principales y ciudades del interior, más del 70% de los clientes de cable, varios canales de cable, TN, canales de aire, muchas radios, portales de internet. Pero no solo esto, además, los canales del interior de otros propietarios levantan la señal de TN, las radios leen los titulares de Clarín, señales como América de De Narváez reproducen las lecturas de Clarín. En fin, nunca hubo tanto poder de fuego y nunca tanta uniformidad discursiva. El segundo: cuesta encontrar en nuestra historia un conglomerado político tan visiblemente servil como el que cuenta este multimedio.
Pero no le alcanzó. Fe hay que tener en un pueblo cada vez más conciente. No le alcanzó y ahora va por el fondo del tarro.
¿Qué les pasó? Lo mandan a decir a Tenembaum.
Ahora hay un relato alternativo. Hubo un momento en que era posible enamorarse, pero defraudaron. La voz que Tenembaum jurará como propia muestra el hilo del titiritero que mueve las piezas con intención destituyente conocida.
Dice Tenembaum por televisión: a Menem lo criticábamos más. A De La Rúa, también. Mentira, pero el asunto no es ese, el problema no es el programa político, el problema es el noticiero. El problema es la inscripción de todos los discursos, incluso los gestuales, con la colección de caras de TN que son de antología, en el relato principal de: “usurpadores que nos roban, ajenos de toda ajenidad”.
Como se pregunta Víctor Hugo Morales, qué le pasó a Tenembaum. Un periodista al que todos respetábamos y al que le reconocíamos inteligencia, dedicación y honestidad, pero que desde su paso a Clarín o por lo menos en los últimos tiempos es incapaz de desmarcarse del discurso fascista de sus jefes. Porque no se trata de que no critique al gobierno, se trata de que no lo haga según el libreto conspirador nefasto de Magnetto.
Carlos Almenara - Mendoza
c.almenara@hotmail.com

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