domingo, 8 de marzo de 2020

Retenciones: se discute qué producir




Por Carlos Almenara*

Aldo Ferrer, eminencia del pensamiento económico argentino, sostenía con vehemencia que las retenciones a las exportaciones no había que pensarlas como un problema de “renta” sino como parte de una política cambiaria de tipos diferenciales.

Claro, es importante lo que se puede recaudar en montos por los derechos de exportación a productos seleccionados, pero más importante aún es que define qué produce Argentina.

Ferrer explicaba estos fenómenos con el concepto de “enfermedad holandesa” o “maldición de los recursos naturales”. El gentilicio de esta “anomalía” económica obedece a la situación vivida por Holanda una vez halladas valiosísimas reservas petroleras en sus aguas soberanas de Mar del Norte.

Siendo ya una potencia industrial, Holanda exportaba una gran cantidad de productos manufacturados. Para ellos sus empresas eran competitivas, es decir, tenían rentabilidad vendiendo al extranjero, en dólares, a un precio cercano al “de mercado”. La nueva situación, la aparición de petróleo, cambió la situación. Holanda produjo petróleo, parte lo consumió internamente, parte lo exportó, por los dos caminos el país tuvo afluencia de divisas, es decir, entraron dólares a Holanda, vía los que dejaron de gastarse por no importar derivados del petróleo y directamente por la exportación del mismo.

¿En qué situación quedaría, supongamos, una empresa industrial como Philips?

Siempre con datos hipotéticos a fines explicativos, consideremos una lámpara que la empresa vende a U$S 1 dólar en el exterior. Philips cobra ese dólar, lo recibe en Holanda y lo convierte en 10 Florines, con ellos paga los sueldos, los gastos y obtiene rentabilidad. Aparece petróleo, se exporta, llegan dólares, se sustituyen importaciones, hay dólares que dejan de irse, luego, hay muchos dólares en Holanda. ¿Qué pasa si hay excedente de un bien en un mercado? Baja el precio. Baja el dólar.

Ahora Philips, sigue exportando su lámpara a U$S 1 porque es precio internacional pero cuando recibe ese dólar lo convierte en 5 Florines. Antes su lámpara la vendía a 10 Florines, ahora a 5. A 5 Florines Philips pierde plata con esa lámpara. Philips deja de exportar lámparas. Holanda comienza a importar lámparas más baratas que las de Philips. Eventualmente, Philips cierra.

La parábola comienza con la buena noticia del hallazgo de valiosos recursos naturales y culmina con una primarización de la economía que lleva al atraso al país entero.

Por supuesto, los recursos naturales no tienen por qué ser una maldición, para ello los Estados deben tomar medidas. Una de ellas, establecer retenciones o tipos de cambio diferenciales que posibiliten la diversidad productiva nacional.

¿Cuál es la actividad en que Argentina tiene ventaja comparativa?

La producción granaria, principalmente, soja. La soja produce la “enfermedad holandesa” en Argentina.

Algo no anda bien, si la soja produce “lluvia de dólares”, ¿dónde están esos dólares? Acá hay una diferencia clave con Holanda, la fuga de divisas, buena parte de los dólares que llegan, salen por otra puerta mediante fuga de divisas.

La especificidad del caso argentino, cuya sola mención excede las posibilidades de estas líneas solo puede abordarse desde una perspectiva multidimensional. En cualquier caso, agrega razones para una decidida intervención estatal en la regulación del comercio exterior.

Lo que preocupaba a Aldo Ferrer era la diversidad productiva de la Argentina, ése era para él nuestro camino a mayores grados de desarrollo. Producción primaria pero también industria, tecnologías de punta, servicios. Tanto que la derecha argentina gusta contrastarnos con Australia... ése es el modelo de Australia.

El maestro Ferrer pensaba en distintos tipos de cambio, de modo de hacer rentable la diversidad productiva. No es el mismo tipo de cambio que permite la rentabilidad de la soja, que la del vino, que la de la fruta, que la de las fábricas metalúrgicas. Y eso se consigue con una administración del comercio y de la divisa que no esté sujeta a maniobras de desestabilización política. La propuesta de Ferrer no sólo está vigente, es fundamental retomarla para salir de la postración.

Harían bien aquellos empresarios que no son sojeros en visualizar que su suerte no va de la mano de la soja sino de un modelo que posibilite la variedad.

*Docente y periodista.

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