lunes, 2 de marzo de 2015

Un fallo que reorienta la mirada

El fallo de Rafecas desestimando in limine la denuncia de Pollicita y, previamente, de Nisman, pone las cosas en su lugar. Ratifica los puntos que hemos comentado largamente y sigue el sendero de juristas de prestigio que ya habían advertido su inconsistencia.
Ratifica, además, que la situación política del oficialismo en el momento de la muerte de Nisman era de fortaleza y no de debilidad como se pretendió hacer creer. El oficialismo enfrentaría el lunes posterior al deceso una denuncia endeble con la que se haría un pic-nic a la hora de discutir en el Congreso.
El obsceno trabajo mediático de vincular al gobierno nacional con la muerte del fiscal merece ser analizado. Con insinuaciones, medias lenguas, sí pero no, no pero sí, contradicciones flagrantes y en ocasiones con acusaciones directas se pretendió que desde el gobierno nacional emanaba la responsabilidad de la muerte. Como no tenían un solo indicio, cuando se veían descolocados, aducían que el gobierno era responsable de cuidarlo, equiparando una eventual negligencia de un custodio con un crimen, custodios que, para colmo, hacían lo que les decía Nisman. Infamias insólitas, sólo asimilables al nivel de veneno que destilan los medios hegemónicos.
La desmentida siempre es compleja porque uno se queda pensando si no da entidad a lo que desmiente, pero aquí no hay alternativa. Podemos sostener entonces que si había un interesado en cuidar al fiscal, a quien rebatirían fácilmente, era el gobierno. Este es un argumento cierto y sirve a la lógica, lo que no es cierto y no hay ningún aval histórico para pensarlo es que el gobierno pudiera apelar a métodos asesinos. Es decir, tampoco puede derivarse que si la denuncia sí tuviera carnadura el gobierno hubiera apelado a semejantes métodos. Nada habilita una grosería semejante. Y esta cuestión no es menor, porque el gobierno nacional enarbola la ampliación de derechos cívicos y derechos humanos como genuinas banderas de este tiempo, pero que son a la vez pisos mejores para la convivencia de los argentinos. Cuando el lenguaje mediático circula por estos pasadizos también está forzando la vuelta de un ideario en que la muerte forma parte de la disputa política.
Ello no es nuevo para varios actores que forman parte del tablero.
Patricia Bullrich y Laura Alonso disputan por convertirse en la Corina Machado argentina, esto es, las diputadas financiadas desde Estados Unidos y por los fondos buitre, líderes del golpismo. Y como ya se vio en Venezuela la violencia es el recurso al que apelan. Esas dos diputadas precisamente son las que registraron llamados con el fiscal, muchísimos llamados, sus últimas horas de vida. En el caso de Alonso se demostró que mintió de modo flagrante diciendo en una ocasión, luego de la muerte, “no sé más que lo que dicen los medios” y varios días después, de modo melodramático, “el fiscal me miró a los ojos y me dijo ‘Cristina ordenó todo’”. Una farsa indigerible y de mal gusto cuyo vínculo con la muerte debe establecerse.
El grupo Clarín que desde 2008 imagina un cambio de gobierno de mano de la destitución cacerola. Clarín no tiene vínculos con la dictadura, Clarín “es” la dictadura. Si se recorren los años de plomo es clarísimo el rol de ideólogo que jugó ese grupo y su grado de involucramiento con delitos de lesa humanidad como se ve en el robo de Papel Prensa. Nisman hizo un intenso raid televisivo por todos los medios de Clarín y mostró vínculos promiscuos con periodistas del grupo como Lanata o Levinas. Hay que indagar cómo se relaciona esta hiperactividad mediática con la muerte del fiscal. Un aparte merece otro intenso raid por los medios de Clarín: el que realizó Strassera justo antes de su muerte, un hombre con una salud débil para quien Magnetto no tuvo contemplaciones en sacarle hasta la última diatriba contra Cristina. Una prueba más de la ética del grupo.
La embajada estadounidense. Noah Mamet, nuevo embajador, presente en el sepelio de Nisman, aclamado cual nuevo Braden, bien podría responder por qué la embajada interviene en asuntos internos del país y tal como describen los verídicos cables de Weakyleaks, por qué daba instrucciones, órdenes en verdad, a Nisman sobre qué hacer con la causa AMIA.
Las representaciones oficiales del gobierno israelí. Lamentablemente la derecha judía avanzó mucho en los organismos comunitarios y estos representantes priorizan los objetivos de la derecha gobernante en Israel antes que los intereses del pueblo judío argentino. Tan crueles son que pretenden negar verdad a las propias víctimas del atentado a fin de señalar a Irán como responsable, sin pruebas, y porque supuestamente le conviene a Israel.
Los agentes de inteligencia desplazados desde diciembre. Ahora nos enteramos que durante más de dos años en lugar de investigar qué pasó en la AMIA, Nisman y los agentes de inteligencia con que trabajaba operaban contra la presidenta. Es poco creíble que los servicios estadounidenses e israelíes no supieran de ello. Es fácil deducir que a partir de la promiscua relación entre los fondos negros de la SIDE y sectores de la justicia federal, buena parte de las causas contra miembros del gobierno nacional tengan un origen de este tipo.
Sectores de lo que la presidenta llamó “el partido judicial”. Se mezclan allí motivaciones diversas que van desde el resguardo de privilegios, motivos ideológicos, acomodaticios hasta el manejo vergonzante de las aspiraciones presidenciales del titular de la Corte Suprema.
Este tablero muestra un conjunto de actores hostiles a una democracia verdadera, que impide el juego del debate democrático de modelos políticos sustituyéndolo por golpes de mano, golpes de efecto que obturan el pensamiento.
El fallo de Rafecas ratifica que la muerte de Nisman es la punta del iceberg de un complot. ¿Estarán los miembros de la justicia implicados en su esclarecimiento en condiciones de echar luz sobre algo tan importante para los argentinos?

miércoles, 28 de enero de 2015

Nisman y geopolítca


“Aquí no manda el gringo, aquí manda el indio”
Evo Morales

La muerte del fiscal Alberto Nisman ha impactado, con razón, profundamente en la opinión pública. La muerte no puede ser banalizada ni utilizada con otros fines, y menos una de este tenor. Es un hecho grave que debe ser aclarado por la justicia.
Hay mucha información disponible para quien quiera profundizar. Su denuncia fue hecha pública y está disponible en www.cij.gov.ar. Su lectura es muy ilustrativa de un afán de persuasión política. Es llamativo que buena parte de la misma se dedique a presentar una contradicción entre las políticas de Cristina y Néstor Kirchner. ¿A quién Puede interesar esa discusión, sobre todo en medio de semejante denuncia?
Es importante prestar atención al estilo: el fiscal adjudica a la presidenta ironía, mentira, fraude, habla de “pasmoso”, “le da pavor”... ¿no hace acordar a lo que se lee en ciertos diarios? Todo, menos la denuncia de un delito.
No quiero extenderme sobre cosas que han sido dichas. La denuncia, como tal, es un fiasco. Ni aún si lo relatado fuera cierto, que se ha demostrado que no lo es en lo sustancial, constituiría delito.
Entre otras calumnias, es falso que el gobierno haya hecho gestiones para eliminar las llamadas “alertas rojas” y que dos personas que Nisman identifica como agentes de inteligencia lo sean. Por otro lado el memorandum de entendimiento es un documento público, debatido y aprobado por el Congreso, y que está pensado para que la causa avance de su parálisis actual y no implica de suyo exculpar a nadie.
Es muy importante leer con detenimiento sendas cartas de la presidenta. Contienen un conjunto de información imprescindible para contextualizar la muerte del fiscal.
No es posible desvincular el final de Nisman del devenir de la causa AMIA y de sus últimas acciones. Entre éstas, la denuncia, una pésima pieza jurídica, pero un contundente libelo político; su regreso apresurado al país; su incursión como figura estelar del grupo Clarín; sus relaciones con periodistas y con otros sectores.
Lagomarsino. Stiusso. Un fiscal que le pide una pistola a todo el mundo. Y que encuentra quién se la preste. Periodistas a los que Nisman les manda un sobre el día previo a su muerte y declaran que lo tiraron, sin más. Periodistas que tienen la primicia de la muerte y después simulan que los persigue el gobierno. Que para colmo han sido soldados israelíes. Su denuncia en el juzgado de Lijo, cuando no correspondía. Muchos datos extraños...
La causa AMIA ha sido encubierta. Hace 21 años que viene siendo encubierta. La presidenta ha decidido averiguar la verdad. Las autoridades de la DAIA se oponen. Quieren acusar a Irán.
En el medio, servicios de inteligencia argentinos, estadounidenses e israelíes están operando en nuestro territorio. Ningún juez parece interesado en investigar este tema. Es evidente que algunos de estos nuevos “mediáticos” juegan en estas ligas.
Argentina enfrenta el ataque de los fondos buitre. También, y no de modo independiente, la presión imperial para realinearla. En el caso AMIA, Israel ejerce desde 1994 una “tutela” tolerada por los sucesivos gobiernos.
Cables diplomáticos desclasificados por Néstor Kirchner muestran negociaciones inmediatas al atentado entre Menem y Rabin (premier israelí entonces) para acordar una “interpretación común” del atentado.
Nisman era una síntesis de todos estos intereses. Reportaba y pedía autorización a la embajada estadounidense, como ha quedado abundantemente documentado en los “Wikileaks”. Tenía una relación íntima con dirigentes de la DAIA, con agentes israelíes y argentinos que lo vigilaban de cerca. Ninguno de ellos está interesado en saber la verdad sino en señalar a Irán. Y no se andan con chiquitas.
Aquí encuentran un inestimable apoyo en los que están dispuestos a unirse con cualquiera de afuera para voltear el gobierno.
La presidenta denunció en cadena nacional, precisamente, que hay sectores que están muy cómodos con que la investigación AMIA quede paralizada, que no se mueva más.
Su respuesta de profundizar la reforma de la inteligencia es una muestra de fortaleza e iniciativa. Un paso en la disputa para recuperar el espacio soberano de la política democrática en sectores que fueron cooptados por grupos sectarios e intereses extranjeros.
Que no mande el gringo, como decía Evo en su asunción la semana pasada, no le fue fácil a él, no está siendo fácil aquí. En cuestiones como ésta se ve cuán difícil resulta y cuánto cipayo alienta la sumisión.



jueves, 8 de enero de 2015

Lo que la foto no muestra

8 de enero de 2015

Estos días hemos asistido a dos hechos que conmocionaron la opinión pública y que es necesario comprender.
Una foto insistentemente expuesta en cada uno de los canales de televisión de un chico con tuberculosis y desnutrición que finalmente falleció. La muerte de una mujer en las oficinas de PAMI en Mendoza.
Ambos hechos funcionan como una exposición inapelable de una imagen “que dice más que mil palabras”.
Para quien escribe estas líneas cada vida es sagrada y los deudos merecen todo el acompañamiento de que seamos capaces. Por eso mismo, es preciso un compromiso sincero con la comprensión de los hechos.



El “relato” y los argumentos
Imposible desvincular cualquier debate en la escena pública con lo que ha sido el clivaje central desde 2008: gobierno nacional – golpismo mediático. Venimos sosteniendo este argumento desde aquél año en que el grupo Clarín decidió iniciar el hostigamiento destituyente al gobierno nacional.
Lamentablemente no tiene sentido analizar los discursos opositores porque, a la hora de la verdad, se subsumen en los del grupo monopólico. Una prueba bizarra de ello es cómo exponentes opositores como Sánz o Binner se asumen merecedores de los insultos que les propina Lanata. http://www.diarioregistrado.com/politica/104028-la-disciplinada-reaccion-de-sanz-y-binner-con-lanata--tras-su-furia-con-la-opo.html.
El elemento decisivo con que cuentan los grupos mediáticos para desestabilizar es el monopolio en la construcción de sentido. Así, ciudadanos que encuentran su vínculo con el mundo a través de la caja boba conciben como “evidente” la enrevesada interpretación mediática construida.
Para dar cuenta de esta situación se impuso la palabra “relato”. El relato es una interpretación construida, con argumentos pero también con insinuaciones, lugares comunes, gestos, imágenes.
Por cierto, todos tenemos un relato, nos inscribimos en un relato, uno que dice quiénes somos y cómo nos definimos. Pero el gran relato, el que es necesario develar porque ataca solapado es el relato Clarín. Ese relato que se filtra a través de la mueca de disgusto del presentador de noticias cuando nombra a la presidenta, ese que no dice pero insinúa. Ese que usa la foto pero no la contextualiza ni la historiza.
La foto no habla por sí misma. La interpretación ya la construyeron.
Por supuesto, es una interpretación falaz, sólo entendible a partir de la concentración mediática.

Clarín y Compañía
El gran relato que construye Clarín desde 2008 es que este es un gobierno usurpador, corrupto, compuesto por montoneros, peronistas, comunistas, kirchneristas o cualquier otro colectivo que utilicen para estigmatizar y en ese carácter corresponde a todo el “pueblo sano” unirse para derrocarlo. Ese es el relato Clarín. El que subyace en el guión que el grupo repite desde 2008. De noviembre de 2009 se puede consultar: http://carlosalmenara.blogspot.com.ar/2009/11/el-sonido-de-clarin.html.
Una vez más hay que aclarar que cuando hablamos del grupo Clarín, no hablamos sólo del diario de ese nombre, incluimos diario Los Andes, muchos diarios del interior del país y Buenos Aires, canales de aire, internet, portales, el 60% de las audiencias de cable, librerías (también en Mendoza: Cúspide), el papel para imprimir los diarios, automovilismo, otros deportes, negocios agropecuarios y tantos más. E incluimos su participación en Canal 9 Televida.
Ese grupo invirtió el significado de “relato”. Esa palabra a la que analistas y kirchneristas recurrimos para designar lo que hace Clarín cuando un periodista del grupo replica en palabras, gestos o imágenes el guión Magnetto, esa palabra la prostituyeron a “el verso de los oficialistas”. Con ello no sólo esconden su juego sino que invalidan toda discusión.
El ataque mediático apela a la furia, a la carencia de contexto e historia. Allí, la tele y la imagen en general, sintonizan a la perfección. La foto de Néstor Femenía resulta impresionante. La foto del cadáver de Mirella Córdoba en la oficina pública contundente. Sin palabras decía un titular. ¿Para qué si las palabras, las interpretaciones, ya las pusieron antes?
Sí son necesarias las palabras, los argumentos. ¿Ante qué clase de hecho estamos? ¿Se hubieran podido evitar? ¿Cómo evitarlos en el futuro?

Néstor y Mirella
El caso de Néstor Femenía debe ser investigado. Seguramente hay explicaciones que deben aparecer en el caso puntual. De ningún modo puede extrapolarse a una situación difundida de inanición. Hay una política social como no había existido en Argentina y hoy con la Asignación Universal toda madre tiene un ingreso garantizado para atender los chicos. Esto, además de una panoplia de programas sociales que pueden funcionar mejor o peor pero cobijan como nunca antes a los sectores sociales postergados.
Resulta que la dictadura mediática es tan esquizofrénica que los que atacan la Asignación Universal usan como un supuesto argumento la foto de Néstor Femenía. Es el caso de los medios que mencionamos. ¿Ud. lector, percibe que eso es contradictorio en sus términos? ¿Y percibe que es lo que hacen los medios?
Claro que hay problemas. Uno de los que apareció frente a derechos universales como la asignación está vinculado a la documentación, pues es preciso tener documento para acceder a los derechos garantizados. Y aunque cueste creerlo sigue habiendo gente indocumentada. Y hay un núcleo de marginalidad extrema al que las políticas sociales llegan mal. Y hay que trabajar sobre eso.
No parece, a priori, la situación que correspondería al pequeño Néstor.
En todo caso, contrario a la caricaturización mediática, el kirchnerismo nunca dijo que estamos en el mejor de los mundos, siempre reconoció que siguen habiendo enormes problemas y desafíos.
Mirella Córdoba murió en una oficina de PAMI. Como toda muerte es de lamentar. Seguramente PAMI tiene más trabajo, casi tres millones de nuevos jubilados se han incorporado al sistema por las moratorias. Prestaciones nuevas que van desde programas de turismo hasta promoción de Centros de Jubilados se han sumado a la Obra Social.
Sólo la mala fe de cierta presentación mediática puede pretender imputar al funcionario a cargo algo sobre lo que no tiene ninguna incidencia. ¿Qué reclamarle? Aparece una imputación: “militante”. ¡Qué bueno que los funcionarios sean militantes! Tiene que ver con asumir un proyecto político. Debería ser lo obvio. Hay todo un mundo de definiciones posibles de militante, en el caso de Marcelo Álvarez recuerdo haberlo visto vacunando contra la gripe como actividad “militante”. Puede haber otras concepciones.
¿Que tienen que atender más rápido y mejor a los abuelos? Totalmente de acuerdo. ¿Cuánto hace que esto es así? Aún en el mejor de los mundos no estaríamos exentos de que un evento trágico como éste ocurra en una oficina pública. Un Estado con nuevas funciones, con nuevas escalas, necesita una reformulación en lo administrativo, y es uno de los grandes temas pendientes. Se ha avanzado en muchos trámites como el documento de identidad o el pasaporte.
¿Cómo mejorar estas prestaciones y la atención en las oficinas estatales? Esta es una enorme pregunta, sería la pregunta relevante para quien cubra la noticia. No parece serlo para los socios de Clarín.
Infinidad de cuestiones hay que cambiar en Argentina. Muchas hay que mejorarlas. Una de ellas es el funcionamiento administrativo de un Estado que asumió responsabilidades antes abandonadas.
Sin dudas, es con éste modelo, con el kirchnerismo, con el proyecto nacional y popular como mejor y más seguro se puede avanzar en ellas.
De ningún modo pueden ofrecer un mejor Estado las ideologías de derecha que quieren privatizar todo ni los nuevos neoliberales que anacrónicamente profesan su fe a la “mano invisible del mercado”.
En todo caso siempre es bienvenido el debate. No el uso artero de casos trágicos.






viernes, 2 de enero de 2015

Proyecto Nacional

02/01/2015

Con el antecedente de San Carlos y Capital, otros municipios (según lo informado siete más) desdoblarían las elecciones municipales.
Se disparan un conjunto de consecuencias “de calendario y logística” a tener en cuenta. Un ciudadano de cualquiera de esas comunas deberá concurrir un mínimo de cuatro veces a votar de manera obligatoria a lo largo de 2015. El presupuesto requerido se multiplica. La implementación del sistema de PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) se complejiza y la aplicación de la cláusula de regulación estatal de la publicidad partidaria también se dificulta.
No aplicar las PASO integralmente, incluyendo el financiamiento y regulación estatal de la publicidad sería un lamentable retroceso en materia de transparencia, democracia y participación. Es verdad que las decisiones municipales complican el panorama pero también lo es que se puede buscar un conjunto de soluciones que van desde acuerdos con la Nación bajo el paraguas de la Ley 26522 hasta regulaciones ad hoc o aún acuerdos interpartidarios o decisiones de la Justicia electoral estableciendo las analogías aplicables al caso que derivan de la Ley 8619.
Cada quien asignará la credibilidad que quiera a los argumentos que se esgrimen en torno a la conveniencia de desdoblar o no. Lo cierto es que una elección conjunta asigna peso a motivos nacionales en la decisión del ciudadano que en una elección separada, uno supone, tendrían menos incidencia a manos de cuestiones más locales.

Entonces, hay dos preguntas que me parecen medulares: ¿qué tiene preeminencia cuando votamos, lo nacional o lo local? ¿cómo se produce la articulación entre proyecto nacional y proyecto local?
Como ocurre frecuentemente en cuestiones sociales y políticas es imposible dar una respuesta universalmente válida. Siempre hay una historia y un contexto que condiciona y disputas de miradas, visiones e intereses.
Si nos atenemos a lo que pareciera regir nuestros espacios de debate público, pocas veces como en estos tiempos lo nacional ha tenido un peso tan categórico. Los llamados “populismos”, gobiernos nacionales y populares, de izquierda o centro izquierda o revolucionarios a lo largo de todo el continente han llevado a que en cada una de esas sociedades, “lo nacional” sea el clivaje central. Claramente Argentina comparte esta característica.
Es decir, por historia y contexto parece que 2015 es el año indicado para discutir hacia dónde va el país. Se cumplen doce años de un proyecto en marcha que tiene un sinnúmero de realizaciones para mostrar y se debatirá si el país sigue un rumbo de autonomía nacional, desarrollo e inclusión o sigue alguna otra orientación, cuya alternativa más fuerte parece ser una vuelta al alineamiento al imperio, a la deuda externa y al agronegocio sojero.
Será difícil sustraerse a este debate.
La segunda pregunta, la que aborda la articulación de niveles de Estado remite a múltiples problemas. Uno de ellos, la gobernabilidad, cuenta con una voluminosa bibliografía en la teoría política. Igualmente, uno puede preguntarse sobre los grados de coherencia de la política pública, partiendo de la idea de que la inconsistencia sistemática, la paradoja, la vulneración permanente de la lógica tiene dos nombres posibles: locura o engaño.
Para ponerlo en términos gráficos: no hubiera sido posible la repavimentación de gran parte de las calles de la Ciudad de Mendoza sin los fondos nacionales para infraestructura. Esos fondos no estarían en un hipotético gobierno nacional de Macri, quien eliminaría las retenciones a la soja. El candidato oficialista en la ciudad mostrará como logro las repavimentaciones y quizá al mismo tiempo apoye a Macri. ¿Cuál es la lógica del discurso?
En cada tema que abordemos se puede mostrar cómo la ciudad, cada territorio no es independiente del proyecto nacional; que resulta ilusorio desvincular la suerte de nuestra región del destino del país.
Todos sabemos que en las decisiones de desdoblamiento hay una especulación sobre los eventuales “arrastres” y cómo estos incidirían. Por supuesto, es totalmente lícito el cálculo de los intendentes y propio de la política como lo señalaba Weber a principios del Siglo XX.
Sin embargo debería prestarse atención a que si hay intendentes para los que más de 5 millones de puestos de trabajo, el crecimiento del producto más grande y extenso de toda nuestra historia, más de diez puntos de Gini como mejora de la igualdad, más de dos millones de jubilados incorporados por las moratorias, la asignación universal, el PROGRESAR, PROCREAR, el mayor porcentaje presupuestario de nuestra historia para educación, la repatriación de científicos, un satélite argentino; si estas concreciones no alcanzan para que algunos intendentes ganen elecciones discutiendo lo nacional, si esto es así, quizá el problema no sea una fecha sino la calidad de los liderazgos territoriales.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Pactada de antemano

En Página 12 del domingo 14 de diciembre apareció una nota de Emmanuel Álvarez Agis, viceministro de economía, titulada “Desafío superado”. En ella Álvarez Agis explica cómo el gobierno nacional atravesó con éxito el pago anticipado y voluntario del Boden 2015. Básicamente, ante insistentes versiones de que los bonos que vencen 2015 no se pagarían, el gobierno realizó un operativo ofreciendo cancelarlos anticipadamente: sólo 2% adelantó su cobro.

¿Qué tiene esto de bueno? Que despeja la incertidumbre, si había tenedores de bonos que dudaban, esto les da mayor seguridad, pone un techo a las tasas de interés que enfrenta el país y mejora las expectativas. Las expectativas tienen un rol muy importante en la inversión y en la economía en general.

A continuación el viceministro se dedica a responder dos críticas de la prensa hegemónica: por qué no se suspendió este canje y la acusación de que estuvo mal gestionada. En cuanto a la primera sostiene que hubiera sido una señal muy negativa suspender la operación, en cuanto a la segunda realiza una descripción que merece ser detallada.

“En la prensa escrita y en algunas redes sociales se leen críticas que argumentan que la operación no estuvo ‘pactada de antemano con los inversores’ o que ‘el Gobierno no tenía arreglada la colocación’. Resulta sorprendente que estos argumentos no escandalicen a la prensa y a la opinión pública. ¿Qué significa pactar una operación por 6700 millones de dólares de antemano?”

Álvarez Agis pone la lupa, como tantas veces ha ocurrido con el kirchnerismo, en un hormiguero que habíamos naturalizado pero cuyas consecuencias no se nos olvidan. Los negociadores de la deuda, el ciclo de la deuda eterna, las misiones del Fondo Monetario Internacional y la pléyade de chupamedias que los cortejaba con enorme festejo mediático, todo eso, todo ese circo que fundió el país, toda esa élite que se la robó toda, que prohijaron, seguramente, el mayor proceso de corrupción de nuestra historia, ellos, pactaban las operaciones de antemano. Decir qué es pactar la operación de antemano parece una redundancia.

Como sostiene el viceministro esta crítica es “una confesión de parte”.

Recorrer la habitualidad en tantas zonas del Estado, gestionadas por “especialistas” de los dos lados mostrador, esos funcionarios que vienen de la actividad privada, gestionan un tiempo algún área del Estado y luego, ante su eventual salida, son inmediatamente recibidos con honores en ese mismo ámbito, ese tipo de situaciones que fueron (y en parte son) tan frecuentes es también algo a desnaturalizar.

Son situaciones que están en todos los niveles del Estado y que empiezan a desencajar cuando se recupera la política, cuando la participación popular aparece en escena.

Dos escenas cercanas que seguramente van a resultar familiares al lector del gran Mendoza:

1. La Municipalidad de Capital sancionó una Ordenanza “de convivencia” donde regula cada uno de los usos del espacio público. Hay que pedir permiso hasta para jugar al fútbol en la calle. Viola todos los derechos que garantiza nuestra Constitución Nacional. ¿Quién la hizo? Un grupo de concejales del que el lector no puede nombrar dos. Cero participación popular. Urge su derogación.

2. En la misma ciudad de Mendoza se reactivó la construcción de un shopping a dos cuadras del kilómetro cero. El concejal a cargo de la intendencia lo decidió, cero participación popular. Si la ciudad es un caos de tránsito total hoy asusta imaginar lo que será con este centro funcionando.

En cada instancia de nuestra vida social aparecen innumerables ejemplos donde la aparición de la política y la participación desnaturaliza zonas cooptadas por poderes fácticos que ya “tienen las cosas pactadas de antemano”.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Por qué la confesión

El senado estadounidense presentó un informe muy impresionante en que da cuenta de cómo la CIA torturó a lo largo del mundo. La noticia es bien conocida y ha tenido amplias repercusiones.

El enorme impacto no se debe a ninguna revelación de hechos insospechados sino a la confesión de parte.

Resulta muy difícil entender la lógica de la publicación del informe. Por lo pronto no parece un hito que implique que van a cambiar los métodos de política internacional. Sin embargo me parece que no es cuestión de archivar el expediente sin más como un gesto cínico más en la historia del imperio. Con palabras se construyen cosas sostenía el título de un viejo libro de semiótica y confesar semejantes aberraciones no es gratuito.

Varias líneas de reflexión se disparan.

1- Las derrotas de Obama

Parece que alcanza que Obama declare un objetivo, una política, una intención, para que los sectores que abiertamente se identifican con el poder real le tuerzan la mano. Desde anuncios de retiradas de tropas en Irak o Afganistan, cerrar Guantánamo, los planes de salud, la reforma migratoria hasta este mismo caso en que luego del anuncio del respaldo presidencial a la difusión del informe, los responsables de la CIA anunciaron que no habría castigos.

Esta debilidad recuerda el apoyo inicial que Obama brindó a la Argentina en el caso de los reclamos de los fondos buitre pero que luego cambió a prescindencia cuando apareció Griesa. Mi lectura es que allí también el sector financiero buitre le dobló el brazo al presidente.

En esta clave hay una tensión entre una parte de lo que Eisenhower llamó el complejo industrial militar, sumado a las agencias de inteligencia, con sectores de la política, incluido quizá el Departamento de Estado.

2- Las implicancias en política internacional

Uno de los grandes temas del mundo actual, seguramente el más trascendente en términos geopolíticos, es qué tanto puede hablarse de hegemonía estadounidense. El imperio ve por primera vez en décadas cómo su primacía mundial comienza a verse amenazada en distintos campos. Sus respuestas hacen hablar a muchos analistas de una especie de retorno a la guerra fría. Las sanciones económicas a Rusia y la actual caída en los precios del petróleo parecen corroborar la idea de que Estados Unidos ha decidido un “ataque” a ese país por medios no bélicos (aunque sí incluyendo el enfrentamiento militar en otros escenarios como Ucrania o Siria).

En un contexto en que John Kerry, el encargado de la política exterior, necesita recorrer continuamente el mundo para sostener frágiles sistemas de alianzas, el hecho de reconstruir un imaginario al que apelar les urge.

Es decir, necesitan recuperar su excusa favorita: decir que tal país viola los derechos humanos. Con muy poco tiempo de diferencia el Senado norteamericano presenta este informe y “sanciona” a líderes venezolanos por supuestamente “violar los derechos humanos”.

Con todo derecho ud., lector, dirá: -sancionan a Venezuela por encarcelar a un tipo que generó decenas de muertos y cometió delitos que abarcan medio código penal, con toda la protección legal y en el marco del estado de derecho y Estados Unidos confiesa que tortura de la peor manera, en cualquier parte, sin respetar ninguna soberanía ni derecho de ningún tipo de sus prisioneros... ¿cuál es la equivalencia?

Claro que ud. ya sabe la respuesta: ninguna.

Pero eso no es nuevo, el doble estándar no es nuevo.

Lo cierto es, me parece, que en el tembladeral de su hegemonía les sirve generar al menos la simulación de que ellos “cuestionan” cualquier violación de Derechos Humanos, en un sistema –su sistema- que funciona con pesos y contrapesos.

3- El Estado terrorista

Los argentinos sabemos de primera mano que un Estado terrorista genera un conjunto de consecuencias tan enormes que no se agotan un escenario. La legitimación a las torturas por parte de la CIA no es un problema ajeno al asesinato de afroamericanos a manos de la policía.

Se aplica aquí, en sentido inverso, el apotegma de que la política exterior es una prolongación de la política interior. Validar las torturas en terceros países va de la mano con la feroz conculcación de libertades que aceptaron los mismos ciudadanos estadounidenses desde el 11 de setiembre de 2001.

La publicación del informe puede, entonces, verse también como una reacción al descontrol de sus organismos policiales, o mejor, a la rebelión de los negros.

4- En pleno desarrollo

Así se encuentra el debate mundial acerca de si el orbe se ordenará de acuerdo a algún sistema de derecho o a una jungla con nula regulación. Nuestro país, con el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner, es una referencia mundial poco valorada internamente, una vanguardia en la lucha por un mundo de paz, justicia y derecho. Los planteos de la presidenta en cada uno de los foros internacionales siguen cuidadamente esta línea. Una línea de política exterior que puede sostener porque para adentro también muestra una defensa y promoción de derechos humanos como no habíamos conocido en nuestra historia. Comparar este programa de Cristina con las insinuaciones de candidatos presidenciales opositores sobre Derechos Humanos es imposible, pertenecen a distintas dimensiones.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Carencias intelectuales

El 14 de noviembre murió Tulio Halperin Dongui, en palabras de Felipe Pigna, el más destacado historiador argentino.
Como suele ocurrir, hubo distintos recuerdos en los medios. Uno de ellos en la Televisión Pública. Cristina Mucci lo recordó mediante una entrevista de hace unos años.
Allí, un diálogo que transcribo como mi memoria me permite discurría más o menos así:
Mucci: Ud. sostiene que los grandes problemas argentinos parten del ’30...
THD: Sí, efectivamente. Lo que ocurrió es que allí, con el golpe del ’30, se inició una represión terrible, una agresión innecesaria a los radicales, por parte de quienes luego los necesitarían para conformar un mismo bloque.
Sabido es que el texto difícilmente refleja el gesto. El gesto de THD luego de decir lo anterior fue de notoria incomodidad, acompañado con una leve tos.
Me pareció un tremendo disparador para pensar varias cosas.
Primero, la vigencia de un antiperonismo que se ha reactualizado de modo anacrónico. Esa herencia se inserta en el debate político del presente en articulación con un sistema mediático de construcción semiótica que no conoció el mismo Perón.
Un segundo elemento es que la frase ilustra una infrecuente concepción sociológica de lo político. La idea es que los candidatos, los partidos, más allá de su voluntad, reflejan una realidad social que los excede. Hay un “bloque” al que se incorporó el radicalismo en los cuarenta y eso que fue el gran asunto político argentino en los cincuenta y sesenta prolongó su presencia hasta el golpe del ‘76. Frondizi rompió, en los hechos, el mecanismo, pero la proscripción que exigía la conducción de ese “bloque” continuó.
THD habla de un bloque pero se ruboriza cuando lo nombra. Estas líneas no entrarán en el análisis profundo de la obra y el pensamiento de un historiador erudito e intelectual relevante de la Argentina. Pero vale la pena vincular ese bloque, la potencia y la vigencia de ese bloque con el conjunto de hechos que hace que THD sea el historiador preferido de la academia, el emblema con el que los historiadores de cuchitril arremeten contra los que publican para el público masivo y contra las distintas versiones del revisionismo.
La academia no está demasiado dispuesta a que la plebe discuta sus saberes. El “bloque” no está demasiado dispuesto a que nadie cuestione sus privilegios. La academia sabe bien cómo armar un jurado o una camarilla, al “bloque” nunca le falta un juez que ponga en caja cualquier desaforada pretensión.
Y dos cuestiones más, dos ausencias.
Una, la falta en las derechas actuales, grosso modo, “el bloque”, de referentes intelectuales de fuste. En ese sentido es muy de lamentar que Halperin Dongui no participe más del debate de la actualidad. Claro que no podrá ser reemplazado por Luis Alberto Romero, grosero y ramplón propagandista, que comparte con Alejandro Rozitchner un indicio que sería injusto y preocupante generalizar pero que indicaría que las generaciones subsiguientes no llegan a la altura de los antepasados. Ni José Luis Romero ni León Rozitchner tienen por qué cargar con las pavadas de sus hijos que sí aparecen como intelectuales de las derechas vernáculas.
La otra gran ausencia es la del relato. Las derechas no tienen relato más que el relato Clarín. Relato no es como dicen los pregoneros del monopolio un “verso”, relato es argumentar la posición, explicar cómo interpreta el actor la historia y el presente y qué propone para el futuro.
Las derechas hacen explícito el relato genocida de Clarín, ese que tiene como objeto del escarnio a la presidenta y a todos los que la defiendan pero no tiene, o calla, un discurso para explicar el país. Por eso son mejores los Lanata o los Tinelli que los historiadores.
“El bloque” se caracteriza en Argentina al menos desde los setenta por ser chato, rentista, parasitario y sanguinario.
Cuando este sábado 13 de diciembre Argentina celebre en Plaza de Mayo los 31 años de recuperada la democracia no estará demás recorrer estas cuestiones.