Por Carlos Almenara
Debo confesarlo, no preví ni esperaba el
resultado electoral nacional en las PASO del 12 de setiembre.
Hoy proliferan análisis en los que parece de
toda evidencia que la derrota del oficialismo nacional “estaba cantada”, interpretaciones
que manifiestan con absoluta certeza conocer las razones del voto.
En mi caso, ratifico mi sorpresa y
perplejidad pero me propongo analizar especulativamente la cuestión sobre
algunas premisas y dar una mirada a la separata “Mendoza”.
En primer lugar, el tema bajo análisis.
Hablamos de por qué la gente votó como votó. Un problema complejísimo. Por qué
las personas hacemos lo que hacemos, qué motiva conductas, en este caso
relativa a la boleta que decide meter en una urna y otras aledañas (como ir o
no ir a votar). Atañe a disciplinas como psicología, psicología social,
sociología, economía política.
Claro que ya puede aparecer, con toda
justicia, la primera objeción. “La gente” no votó una cosa, votó muchas cosas.
Efectivamente ello es así. Una sociedad como la nuestra es un complejo mosaico
de grupos sociales y humanos muy diversos con realidades, pensamientos,
culturas, sumamente plurales.
Las motivaciones serán diferentes en cada uno
de los fragmentos del vitral que conforma la sociedad.
Sin embargo no es una demasía sostener que, a
pesar de los aspectos individuales, de la influencia de los grupos primarios en
nuestras conductas, existe una especie de “inconsciente colectivo” (si me
agarra C.G. Jung me mata), de significados sociales compartidos en un momento y
sociedad. Y que ellos son decisivos en el resultado electoral dadas ciertas
premisas.
Situando brutalmente estos conceptos, una
sensación de “esto no funciona” podría ser decisiva en una sociedad en que el
voto identitario no es mayoritario, los electorados independientes fluctuantes
son amplios y determinantes, y la construcción de sentido es mediada por la
comunicación social.
Expondré mis
premisas analíticas
- Un a priori: “la gente” siempre da
sorpresas. Normalmente aparecen cosas inesperadas, aun cuando el investigador
ratifique su hipótesis, no siempre es por los motivos previstos o surgen otras
cuestiones. Cualquier conclusión acerca de conductas sociales requiere
estudiarlas. Necesita lo obvio: preguntarle a las personas sobre su acción y
tener teorías interpretativas. Reitero, entonces, la naturaleza especulativa de
este escrito. Es decir, ya que se han dicho tantos bolazos, éste es el mío.
Intento argumentarlo convincentemente.
- Estamos atravesando una encrucijada
civilizatoria inédita. La derecha se ha reorganizado en base a un poderoso
arsenal sociológico y mediático en un proyecto de idiotizar y llevar al
exterminio o esclavitud a inmensas masas de población. Es sorprendente el grado
de coordinación y claridad que tienen para aplicar este proyecto.
- Para ello usa dos dimensiones claves de la
comunicación: razón y emoción. Estas, que en una comunicación sana están
alineadas, en sintonía, van en el mismo sentido, las derechas las hacen
estallar. El “ángel exterminador” como llamaba el periodista Jorge Asís a
Macri, podía decir en una cocina con una sonrisa y en voz baja, como pícaro, “si me vuelvo loco les puedo
hacer mucho daño a todos ustedes”. O en un discurso de tres minutos
decirnos lleno de risa que “he
decidido iniciar conversaciones con el FMI para que nos otorgue una línea de
apoyo financiero” como un respaldo al programa de crecimiento. Algo que
nunca me cansaré de señalar es cómo las derechas a la hora de escribir sus
teorías económicas suponen un “agente económico racional” pero a la hora de
hacer sus campañas políticas se dirigen a “votante idiota emocional”.
- Estos cambios civilizatorios están atravesados
por la tecnología. Lo que ya venía, se aceleró con la pandemia. Nuestras vidas
se “virtualizaron” en alguna medida. Esto trae sinnúmero de consecuencias. Una
de las que percibo es una relación distinta con la violencia. La violencia es
pesada. Lo es para quien la sufre, por supuesto, pero también para quien la
ejerce. Horacio Verbitsky pudo escribir sobre los vuelos de la muerte durante
la dictadura a partir de las confesiones de un mortificado Adolfo Scilingo. Los
curas cómplices tuvieron gran importancia porque “confortaban” a los
torturadores. Es decir, la violencia en el mundo real es densa, compromete
vitalmente a cualquiera de los actores. Muy otra cosa es amenazar de muerte por
Twitter desde el sillón de una casa. Se llega a pensar en una violencia
aséptica. Claro, aquí la contribución de los medios hegemónicos es decisiva.
Algún día habrá que poner estas acciones en el banquillo. Será útil volver a
leer “El malestar en la cultura” en clave de desinhibición virtual.
- Los niveles de alienación también son
inéditos. Los universos simbólicos tienen preeminencia sobre la realidad
material. Entiéndaseme, hago del realismo epistémico un culto y jamás
relativizaría en términos analíticos lo material. Sí digo que como motivador de
conducta es necesario reconstruir las cadenas interpretativas. Hay gente a la
que el macrismo destruyó e igual lo votó. Hay gente a la que el gobierno de
Fernández benefició y no lo votó. Esto que cada uno de los lectores puede
constatar demuestra el punto.
Mi opinión
Mi impresión, parcial, incompleta, provisoria
y sujeta a refutación, es que en relación a este 12 de setiembre vale también
la preeminencia de los escenarios simbólicos por sobre los materiales. Y esta
es una hipótesis importante, de corroborarse implicaría que no alcanzará para
noviembre una mejora material.
En otro lenguaje estoy diciendo algo que va,
al menos parcialmente, en línea con lo que en el pensamiento marxista se llama
“conciencia de clase” y que en Marx implica pasar de “la clase en sí” a “la
clase para sí”.
Aunque a muchos peronistas pueda no gustarles
la analogía, estoy convencido de la imposibilidad de revertir el resultado sin
alguna especie de toma de conciencia, sin una épica que suponga retomar la
confrontación franca con la derecha.
Mi interpretación es que esto estuvo ausente
y que los “daños auto infligidos” tuvieron un gran impacto. Pero ¿por qué?
Es realmente desmoralizador que en un país
como Argentina, un país que ha tenido de todo, cuyo anterior presidente, sin ir
más lejos, festejó su última luna de miel en un prostíbulo de Cancún regenteado
por tratantes y narcos (y según versiones bien informadas pidiendo menores para
su explotación sexual), una foto de un cumpleaños frugal, casi ascético,
produzca un cimbronazo político.
El condenado por corrupción de menores, Gabriel Conde, Macri, Awada y acompañante en prostíbulo de Cancún. |
Pero fue así. Y antes hubo un episodio análogo. Que también implicó un fuerte deterioro del gobierno. El de un supuesto “vacunatorio VIP” que culminó con la renuncia de Ginés Gonzalez García.
¿Qué es lo terrible de ambos hechos? No los
hechos en sí, que son menores en relación a la actividad delictiva que
cotidianamente ejercen los dueños de medios hegemónicos. Lo terrible es que el
presidente le dé la razón a Clarín.
Que Alberto Fernández le haya pedido la
renuncia a su ministro, que haya “reconocido su error” por la foto del
cumpleaños, produce un efecto de realidad sobre el discurso golpista de
Magnetto y el macrismo que es muy difícil revertir. La foto no es “un error”,
la autoflagelación es dar la razón a los golpistas, no en este tema, en todos.
La pregunta sigue siendo la del primer día:
¿Alberto se va enfrentar con Magnetto y con el macrismo? La respuesta no está
clara.
Allí está el corazón del sinsentido. El
gobierno “no tiene sentido” si no da las peleas que prometió explícita e
implícitamente. No es sólo lo material, es la orientación. La interpretación es constitutiva del hecho, no tan fuerte como en Nietzche, pero por ahí.
Separata Mendoza
Analizaremos tres spots de las campañas de
las dos fuerzas mayoritarias en Mendoza según los resultados de la última
elección.
Cornejo
“Estas elecciones son claves para tu vida y la de tu familia porque vas a decidir si dejás a la provincia en manos del kirchnerismo y los fanáticos de La Cámpora o, en cambio, si la seguimos cuidando quienes, como vos, creemos en el trabajo, la libertad, la decencia, las escuelas abiertas, la austeridad del Estado, la lucha contra la pobreza y el respeto por las instituciones. El domingo 12, digámosle a todos, aquí (pone su mano en el corazón) está Mendoza”.
¿Cuál es el metamensaje? ¿Qué nos
dice Cornejo?
Yo no sé qué entendieron otros,
pero yo, clarito: Cornejo va intentar eliminarnos. Yo lo tomo como lo que es,
una amenaza de la persona que controla 4 de los siete jueces de la Suprema
Corte, que nombró más de un tercio de los jueces, que concita la sumisión del
gobernador, de la Legislatura y de los organismos de control. Una persona capaz
de censurar la casi totalidad de la prensa mendocina con sobornos o presiones.
Cornejo ya arrasó, como promete volver a arrasar, los valiosos principios que
enuncia: libertad y respeto por las instituciones.
Sí, yo tengo miedo ante esta
amenaza.
Y perplejidad ante la respuesta
de Fernández Sagasti.
Fernández Sagasti
“Es cierto, las cosas no salieron como lo esperábamos. La pandemia, el trabajo, los precios... – ¿Pero sabés qué, Anabel? No vamos a bajar los brazos. – Vamos a ir a Buenos Aires a lograr los acuerdos para traer trabajo, obras e inversiones para los mendocinos. – Acompañanos con tu voto”.
Si un día, querida lectora, un
tío suyo, carnicero, le pide un comercial de promoción, le sugiero que de
ningún modo empiece diciendo “las cosas no salieron como esperábamos...”. Un
error técnico difícilmente aceptable. Desconozco cómo se hizo el guión,
probablemente tenga estudio previo y ese estudio no estuviera mal orientado.
Una cosa es hacer encuestas, escuchar la opinión pública y otra convertirse en
una veleta sin discurso propio. Auscultar opiniones es un insumo para plantear
mejor las ideas propias, no para ocultarlas o reemplazarlas. Por otro lado
“pide disculpas” una congresista que no tuvo ni tiene responsabilidades de
gestión, un sinsentido.
La idea de “buenos acuerdos”
orientó la campaña de la principal contrincante del oficialismo mendocino. Los
buenos acuerdos incluyen a Cornejo. ¡Sí, el mismo que llama a exterminarnos!
En la misma línea dio que hablar
un spot de F. Sagasti en que se compilan reconocimientos a su persona de parte
de distintos intendentes y de... Cornejo.
Apelar como fuente de legitimidad a palabras del contrincante, máxime de uno que llama a tu exterminio, sigue pareciendo inconveniente.
Más allá de sus intereses
Mendoza ha sido arrasada. Su
economía destruida, sus instituciones se pusieron al servicio de una mafia, la
corrupción campea a sus anchas y los organismos de control fueron colonizados.
Los medios hegemónicos alienan sistemáticamente a cientos de miles de
ciudadanos.
Lo desesperante es que lo que
debería ser una oposición contundente a esta degradación no lo es.
Y no es gratis.
Los candidatos tienen sus
intereses, es legítimo que los defiendan, nadie objetará eso. Pero deben
hacerlo con un mínimo de utilidad social. No pueden callar ante semejante
atropello y concentración de poder en la provincia.
Lo pendiente sigue pendiente.
Juntar todo lo que se pueda para sacar de la provincia, impugnando radicalmente
al cornejo-suarismo.
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