-Nunca tomé café en mi vida, nunca, soy un tipo raro. No tomo alcohol, no fumo, lo mío es solamente la heroína o el crack. (Mauricio Macri, 2 de noviembre de 2021, Rosario).
Desconcertados y cómplices los
medios lo tomaron como broma. No lo es.
No se ha entendido el código de
comunicación de Macri. Macri es más que un mentiroso. Cada palabra que emite es
un engaño. En ninguna ocasión dice lo que una comunicación de buena fe
supondría que quiere decir. Por ejemplo, cuando Macri dice “trabajo de calidad”
una persona de buena fe supondría trabajo registrado, pues no, para Macri es
esclavismo, en el mejor de los casos “trabajo productivo”, es decir, que
produce plusvalía.
Cada sonido es una estafa.
También cuando “parece” bromear.
Usualmente no dice una sola verdad, y, cuando la dice, parece que la dice en
broma.
Hay que mirar el video del inicio
de la nota. Termina con una sonrisa, pero no es la de alguien que hizo un
chiste, es la risa del perverso, del que goza haciendo daño, del que se burla
del auditorio. Volvelo a mirar.
En realidad, se sabe hace tiempo
que Macri es un falopero reventado. Nada menos que Cristina Kirchner en
“Sinceramente” cuenta una historia impresionante. Aquí la transcribo:
La semana anterior, el presidente electo Mauricio Macri había venido a
verme a Olivos para coordinar el traspaso del gobierno. Llegó por la tarde. Lo esperé en el despacho presidencial de la jefatura
de gabinete parada en la puerta, de modo tal que cuando esta se abriera y él
ingresara, yo estuviera ahí para extenderle la mano. Sin embargo, tardó un buen
rato porque lo primero que hizo, antes de verme, fue ir al baño. Le
pregunté a Mariano, mi secretario: ¿Y, dónde está? “En el baño”, me dijo y se
encogió de hombros. Cuando me dio la mano sentí que estaba muy
tenso, duro. Casi no hablaba y me miraba muy fijamente hasta que me dijo, como si
fuera una orden: “Usted tiene que entregarme el poder en la Casa Rosada".
“No”, le contesté. “Eso hay que hacerlo en el Parlamento”, y en seguida
le aclaré: “Usted no puede dar el discurso ante la Asamblea Legislativa si aún no
es presidente, por eso tengo que ir a la Asamblea, antes de su discurso, entregarle
la banda y el bastón presidencial".(CFK, Sinceramente)
Además de Cristina, hay decenas
de testimonios que dan cuenta de sus consumos ilegales. La foto que ilustra la
nota está tomada de Infobae y corresponde a minutos antes de debatir con
Alberto Fernández en 2019. Se ve que para enfrentar esas situaciones necesita
una “ayudita”.
Antes de decir que “lo suyo es la
heroína o el crack”, Macri afirma que es “un tipo raro”. En realidad, es
perverso y es siniestro. Todavía no tenemos idea cabal de cuán siniestro es el
vendepatria, aunque a esta altura ya nada debería sorprendernos.
En este video, Rachel Holway, reconocida militante contra la trata y el
abuso a la niñez, explica la relación de los Macri y la secta pedófila “Los
niños de dios”
En Argentina, también en otros países, los defensores de la libertad individual se encuentran a la izquierda del espectro político. Los actualmente llamados “libertarios” (el amigo Enrique Bollati los denomina liberOtarios), los neoliberales, las derechas en general, son mayormente cultoras de una falsa moralina.
Digo lo siguiente: me importa un
pito qué consuma Macri, me importaba un comino qué hiciera con su vida antes de
ser funcionario público, me importa muchísimo qué hace y qué hizo con NUESTRAS
vidas y por eso ahora sí me importa de su vida. Quiero que vaya preso y pague
el daño.
Darle importancia a estos
consumos ayuda a comprender algunos de los delitos que cometió con la base de su
perversión innata y culturalmente adquirida. Estos consumos sumaron
megalomanía, falta de empatía, deshinibición (como para decir públicamente qué
consume), paranoia. Ahora hay que saber si cuando firmó con el FMI o cuando
saqueó el Fondo de ANSES (se llevó U$S 35.000 millones de “la plata de los
jubilados”) estaba bajo los efectos de estas sustancias. ¿Lo estaba cuando
mandaba espiar a sus familiares?
¿Y sus conmilitones no tienen
nada que decir de estos consumos? ¿Nunca lo vieron consumir? ¿Quién le provee
las sustancias? ¿Cuál es la ruta? ¿Viene de Rosario y por eso lo dijo allí como
un guiño mafioso?
Una de las consecuencias posibles
del exceso en estos consumos son los problemas cardíacos. Fue
público que durante su gobierno tuvo nueve cardiólogos. Habiendo tantos,
ninguno fue capaz de darnos una alegría.
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