Por Carlos Almenara
El presente es un tiempo difícil por muchos
motivos. Uno de los principales es el poder de atontamiento de los medios
hegemónicos.
La agenda pública, es decir, aquellas
cuestiones, temas, sobre las que se estructuran nuestras percepciones acerca de
“lo que pasa” en nuestra ciudad, nuestra provincia, nuestro país, el mundo, es
mediada por un puñado de conglomerados políticos.
Sí, no me equivoqué. Grupos como Clarín no
son empresas, son conglomerados políticos.
Esas corporaciones militantes, en nuestro
caso Clarín y su claqué, fueron capaces de implementar un relato guionado que
ordena cada uno de los discursos que repiten por millones. Las mentiras que
estampan en el papel de madrugada se repiten en sus radios, con el agregado de
las declaraciones de personajes que opinaron sobre las mentiras en tinta, lo
que se reflejará en sus pantallas y portales de internet durante todo el día. Y
día tras día el mismo ciclo, potenciado infinitas veces.
Un machacar persistente y poderoso que nos
lleva a vivir en una realidad paralela, una realidad que no es la realidad. Que
se estructura sobre mentiras.
Pero esas mentiras no son tonterías arrojadas
al azar. Hay, siempre, oportunismos puntuales, en función de temas
coyunturales: pagarle a los buitres, arreglar con el fondo, en fin, temas en
los que los vendepatria actúan como tales. Más allá de esos temas, cada uno de
los mercenarios que exhiben en sus pantallas repite lo mismo. Lo mismo, el
guion. Conocen sus líneas directrices y son capaces de incorporar elementos a
la traza principal. Pueden improvisar sobre el texto de guion principal que
conocen bien.
El relato del poder hegemónico es: “hay un
pueblo sano, somos ‘Todos Nosotros – TN’, ese pueblo tendrá sus más y sus
menos, pero es ‘nuestro’, acerca del cual nosotros contamos sus avatares como
‘periodismo independiente’, y que resulta ajeno de toda ajenidad de la turba
corrupta que viene a poner en cuestión nuestros valores”.
Es, por supuesto, el relato del enemigo
interno. Es lo que hizo la dictadura. Es más, esta vez con más poder que
durante la dictadura, porque Clarín tiene más poder que la dictadura, pero
menos carnadura. La dictadura podía simular un amor a la patria (claro,
simulado) que Clarín ni intenta.
Que hayan perdido las elecciones apoyando a
Macri no implica que no tengan sofisticación. Es más, lo que verdaderamente hay
que preguntarse es “el milagro” de que Macri sacara el 41% de los votos
habiendo hecho la peor gestión de toda la historia argentina. Tome el indicador
que quiera y comprobará que nunca hubo uno peor.
Uno de los preceptos comunicacionales que
ellos manejan muy bien es el estímulo a lo sensible y emocional. No importa si
es mentira porque entre la emoción y la verdad (o mentira) hay un hiato
abismal. La emoción no es verdad o mentira, simplemente, es.
Y nada mejor para estimular la emoción que lo
sensible. Aquellas referencias que evocan sensaciones. Todo el período de
terrorismo estatal y paraestatal de Macri y Clarín aplicaron eficientemente
este método.
José López puede que haya hecho fraude en
licitaciones por cientos de millones, pero nada se compara con una operación en
que aparece tirando bolsos por encima de un muro. ¡Y en un convento (o algo
así)! En verdad no tiró ningún bolso por encima de ninguna pared, pero estoy
seguro, estimada lectora, que ud. me dio la razón porque es lo que recuerda. Su
recuerdo es falso y lo construyeron ellos. López no tiró ningún bolso por
encima de ninguna pared. Sí es cierto que lo agarraron con bolsos con plata. Y
eso fue un do de pecho para el poder mafioso.
Es mil veces más eficaz mostrar una máquina
de contar billetes en lo que llamaron “la rosadita” aunque el hecho no sea
ilegal que demostrar las millonarias estafas offshore de Macri, un hecho
“abstracto”.
Esto que hacen todo el tiempo, lo
actualizaron a partir de tergiversar a Daniel Gollán. Gollán contó una charla
con una persona en la que le decían que faltaba platita en el bolsillo de la
gente. ¿Qué sería lo sorprendente?
Los buitres, que conocen el guion y saben de
estas tecnologías comunicacionales se exitaron y ahora están con el asunto de
la PLATITA. El plan PLATITA para aquí, el plan PLATITA para allá. Insólitamente
lo contraponen a supuestos “valores”. ¡Imagínese lector, estos vendepatria de
la derecha hablando de valores! Los únicos valores que conocen se los cruzaron
en la Bolsa de Valores.
Resulta una excelente ocasión para seguirles el juego. Efectivamente la PLATITA. Sí, de eso hay que hablar. ¿De qué otra cosa más importante vamoss a hablar en política?
Qué hicieron ellos con la PLATITA, cómo nos
endeudaron PLATITA con el Fondo, cuánta PLATITA se fugaron, cómo les vamos a
cobrar la PLATITA a los macristas delincuentes.
Sí, urge hablar de PLATITA para terminar con
la pobreza y para disminuir la desigualdad.
Y después de hablar de cómo repartimos la
PLATITA de los argentinos entre 45 Millones de dignidades, hablemos de los
valores. Preguntémonos cómo pudo llegar a gobernar el país este hato ladrones y
criminales del macrismo. Cómo dejamos que estas mafias se apoderen del
gobierno. Cómo fue posible que los burócratas que tenían que controlar hayan
hecho la vista gorda. Preguntémonos por los valores que inculcan en la
población los criminales que siguen delinquiendo desde las pantallas.
La solidaridad, la igualdad, la dignidad, un
mundo mejor, un país mejor, requiere denunciar y derrotar políticamente al
macrismo y a Clarín. Y que devuelvan la PLATITA.
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